922 922 Una mujer vengativa es aterradora

—Qian Qian...

—No voy a sentir empatía por quienes me han hecho daño. Además, Xia Hanmo no es digna de piedad. Ella ha escogido su propio camino, y por lo tanto, debe enfrentarse a las consecuencias sola. No tiene nada que ver con nadie más.

Después de escuchar la respuesta de Lin Qian, Li Jin se sintió aliviado. Le preocupaba que ella se compadeciera de Xia Hanmo, pero estaba equivocado. Su Qian Qian no era ninguna debilucha, así que Li Jin se relajó:

—Pidamos algo de comer...

Lin Qian asintió con la cabeza y rápidamente enfocó su mirada en el menú que tenía en sus manos.

...

Después de salir del hotel, Xia Hanmo condujo hasta la casa de Zhou Qing. Desafortunadamente, cuando llegó, descubrió que sus llaves ya no funcionaban; Zhou Qing había reemplazado las cerraduras.