webnovel

109

Llegamos a un lugar donde nunca habíamos venido. Akira me llevó aguantándome del brazo. Me molesta que para resolver las cosas actúe así. 

—Sr. Akira, ¿Qué le ha pasado? ¿Está herido?— preguntó, un hombre desconocido

—No, dame las llaves del apartamento.

—Si, señor. No sabía que venía acompañado—el hombre me miró y sonrió amablemente

—¿Qué es lo que miras, pendejo?¿Quieres que te saque los ojos?

—Lo siento, señor— bajó la cabeza

Akira me llevó del brazo al lugar.

—¿Qué es lo que te pasa? ¿No sabes tratar a la gente?

—¿Te gustó el pendejo ese?

—¿Eres estúpido?

—En este lugar vamos a poder resolver todos nuestros problemas y diferencias.

—Que considerado. ¿Tienes que traerme a la fuerza aquí, en vez de ser un poco más civilizado?

—¿Podrías dejar de hacerte la difícil por un momento?

—¿Podrías tú dejar de ser un imbécil por un momento?—respondí molesta

—Si supieras como me encanta que me hables así.

—¿Así es como planeas que hablemos?

—Bueno entonces comencemos. ¿Qué te molesta tanto de mi?

—Todo, tu arrogancia, tu estupidez, tu frialdad, tu manera de hacer las cosas, tus impulsos, que involucras a personas inocentes por lograr lo que quieres, ¿algo más?

—Eso es demasiado, no entiendo cómo te enamoraste de mí si te molesta todo eso— su tono sarcástico me molestó

—¿Ves? Contigo no se puede hablar.

—Eres demasiado bipolar, muñeca. Antes de casarte conmigo sabías como era, y aún así te enamoraste de mí, ¿Por qué te molesta ahora?

—Porque no soporto que sigas ensuciando tus manos, Akira.

—Ya lo dije, es muy tarde para eso. Gracias a ese idiota no pude ver a mi hija nacer, no pude abrazarla cuando nació, me quedé sin ninguna memoria de mi esposa, ni de mi vida, más  fue el culpable de mis dolores de cabeza, ¿No es suficiente razón para matarlo?

—Podías habérselo dejado a Mr. Jefferson. Habías cambiado por nuestra familia, Akira. Ahora volviste a ser el mismo hombre sin corazón y cortante que antes eras, un hombre que me causa miedo.

—¿Miedo?— me encaró

—No eres el hombre del que me enamoré, Akira.

—Mi cambio y amor tengo que demostrarlo a mi hija y a mi esposa, no a mis enemigos. De este hombre sin corazón y cortante fue del que te enamoraste. Que sea bueno contigo y con mi hija, no significa que realmente lo sea, ni tampoco cambia todo lo que he hecho. ¿Así que de qué te quejas? Intenté cambiar por las dos, me quise dedicar a mi familia, ¿Y de qué valió? Hasta que no mate a Kaiza, y a mi padre no puedo prometerte cambiar.

—Entonces ¿no te importa dejar a Kaori sola o a mi? Estas pensando en una venganza contra tu padre, arriesgando tu vida otra vez,  ¿a eso le ves algo de sentido?

—Si no elimino el problema de raíz, a donde quiera que las lleve le harán daño. Es por eso que saldré del problema y luego les daré la vida de reinas que tanto se merecen, mientras tanto deberías apoyarme como la esposa que eres, en vez de quejarte tanto.

—Todo lo que hago, lo hago porque me importas, porqqué quiero una vida contigo y nuestra hija. No quiero que vayas tras esta venganza y algo malo suceda. No me perdonaría que algo te pase.

—¿Tan poco confías en mí y en mis capacidades? ¿Crees que las dejaré solas?

—Tu no sabes lo que pueda pasar, podré confiar en ti, pero no en ese hombre. Ya hemos pasado por mucho y no quiero que nada malo más te pase, quiero que Kaori pueda estar con su padre, ¿Es mucho pedir?

—No, no es mucho pedir, pero no es algo que te pueda asegurar, preciosa. Lo siento, pero no voy a permitir que mi familia este otra vez en riesgo solo por descuidarme.

—Entonces, ¿seguirás con esto?

—Sí, hasta que acabe con ese cabrón.

Bajé mi cabeza, sentía ganas de llorar, pero no era el momento.

—Entonces , ¿Qué te molesta de mi?—le pregunté

—Varias cosas, la primera es que luego de todas las cosas que pasaron, aún sigues con el estúpido miedo y sintiendo lástima por los muertos. ¿No sé supone que ya te hayas acostumbrado? Me molesta que siempre que voy hacer mi trabajo, quieras interferir en el. Me molesta también que no seas honesta contigo misma, que siempre tu boca diga no, cuando quieres decir  sí, y aún hay más, y son tus actitudes. Has estado muy insolente últimamente, me tratas muy mal, ya ni siquiera me besas por tu cuenta, siempre tengo que andar detrás de tu culo para que me beses. Eres tan jodidamente sexy cuando eres honesta, y cuando haces lo que sientes. ¿Cómo se supone que te haga entender eso?

—Tonto, no tomás nuestra conversación en serio— fruncí el ceño

—Si lo hago, solo aprovecho para decir lo que pienso.

—Yo no te trato mal, solo que tu forma de ser me molesta en ocasiones.

—¿Eso es lo único que vas a responder de todo lo que dije?— desvié la mirada y me quedé en silencio

No puedo responder, porque supongo que tiene razón.

—Dime lo que estás pensando —me miró fijamente, esperando mi respuesta

—Nada.

—¿Ves? ¿Cuándo será que dirás lo que sientes sin ningún problema?

—Como si tú lo hicieras, Akira.

—¿Quieres que te diga lo que pienso en este momento?

—Viniendo de ti, estoy segura que en lo que estás pensando, no tiene nada que ver con el motivo de haber venido aquí, ¿Cierto?

—De alguna forma si tiene que ver, porque hay una cama.

—En eso es lo único que piensas.

—Cuando te veo molesta no puedo evitar sentir esas ganas de cogerte.

—Eres un pervertido. Solo me quieres para eso— fruncí el ceño

—Entonces, ¿Quieres que te diga lo que realmente pienso?

—Como si lo fueras a decir— me encaró nuevamente

—Eres mía, y aunque seas tan testaruda, bipolar y celosa, no creo que deje de amarte solo por eso. Te amo así como eres, aunque no te guste nada de mi. Por algo me casé contigo, porque me complementas. Tú y Kaori son lo único importante en la vida que tengo. No eches a perder lo que tenemos solo por miedo o por orgullo.

Me quedé en silencio ante sus palabras, no sabía qué responder. Estaba nerviosa. A pesar de decir todo eso, él no es la misma persona del que me enamoré. Akira suspiró.

—Eres tan complicada, mujer. ¿Cómo puedo tener tanta paciencia contigo?—se aguantó la cabeza

El teléfono sonó y lo dejó sonar

—¿No vas a responder?

—No.

—¿Y si es importante?

—No hay nada importante que no sea arreglar esto. ¿Cómo puedo llegar a que me digas las cosas y a que te abras conmigo? ¡Maldita sea!—se veía algo molesto

—No sé qué decir, eso es todo. Me dices todo eso, pero cuando salgamos de estas cuatro paredes, seguirás siendo este nuevo Akira que no me gusta. El Akira del que me enamoré no es el mismo que tengo enfrente.

—¿Qué mierdas dices, lisa?

—Luego del accidente has cambiado por completo. Quisiera creer lo que dices, pero me da miedo que vuelvas a ser el de antes otra vez. El hombre que ví hoy, no es el mismo del que me enamoré. Tu actitud, todo ha cambiado. Tengo miedo de perderte para siempre.

—Me molesta lo que dices, lisa. ¿Cómo debo hacerte entender esto? ¡Dime lo que quieres y lo hago!

Lo amo como jamás he amado a alguien, pero su forma de actuar últimamente no es la misma, me causa algo de temor. No quiero volver a lo mismo.

—Ese hombre cariñoso, amoroso, dulce, atento, sobreprotector, no sé dónde está. Han pasado 8 largos meses, sé que nada puede ser como antes luego de lo que te paso, pero has cambiado las cosas que más me gustaban de ti. No me siento segura a tu lado, Akira. Tus impulsos, tu forma de actuar y de ser, me dan miedo. En ocasiones pienso que dejaste de amarme, que me odias o que me vez como tú enemiga. Quiero entenderte, pero me duele que después de esperar tanto tiempo, ahora seas así.

Akira de la nada me jaló el brazo y me tiró a la cama

—No sé ya qué más hacer, pero si la única opción que me queda es esta, entonces esto haré. Mis palabras jamás te alcanzan, es desesperante — me besó bruscamente

—¿Ves a lo que me refiero?

Next chapter