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Entré a la habitación junto a Akira, aún no sé por que me quedo aquí.

-¿Cómo te sientes con el trato, señorita?- preguntó Akira

-Te haré pagar por esto, Akira.

-No pudiste ayudar a tu hija, ¿Qué clase de padre eres? ¿La escuchas? Te está pidiendo ayuda- rio

-Eres un hijo de puta, me las pagarás.

-Ya pagué mis deudas, ahora te toca a ti pagar las tuyas.

-Suéltame, yo mismo te mataré.

-Esta bien, acepto el reto. Suéltalo-soltaron a Kaiza -. Me pregunto, ¿Qué puede hacer un viejo como tú contra mí?-Kaiza tiró varios golpes, pero Akira los esquivó -. ¿Eso es todo lo que tienes?-la furia de Kaiza era cada vez más, que le tiraba con más fuerzas a Akira, quien no sé a defendido en ningún momento

-Te haré pagar por lo que acabas de hacerle a mi hija. - le tiró varios golpes, y Akira seguía esquivandolos

-Yo no le hice nada, fueron ellos- rio

-Tu padre te va a matar, así como hizo con tu madre, cabrón. -la risa de Akira se pasmó

Tocó un tema muy delicado para Akira

-Has acabado de firmar tu sentencia de muerte, Kaiza.-Akira de un solo golpe tiró a Kaiza al suelo; se subió sobre él y lo comenzó a golpear en la cara sin detenerse, parecía otra persona

-¡Akira, lo vas a matar! -Mr. Jefferson intervino

-Tráeme a esa puta acá-ordenó Akira

Mr. Jefferson la acercó, y la puso de rodillas en el suelo

-¡Déjala!- murmuró Kaiza, en un tono débil, casi sin poder moverse

-¿No la vas a ayudar, Kaiza?-Akira se levantó y se arrodilló detrás de la hija de él, removiendo el pelo a la espalda

Kaiza intentó arrastrarse, pero Mr. Jefferson le puso la pierna en la barriga, haciéndole presión a contra el suelo. Es como si estuvieran sincronizado ellos dos.

¿Qué es lo que planea hacer Akira?

En instantes respondió mi pregunta. Akira sacó una cuchilla de la nada, y apuñaló sin avisar a la hija de Kaiza en el costado. Podía escuchar sus gritos de desesperación. Akira no lucía como una persona, parecía un demonio. Puedo entender que haya mencionado algo tan doloroso como la muerte de su madre, pero esto es demasiado cruel. ¿Por qué tiene que desquitar su rabia con ella? Mi cuerpo estaba temblando al ver el rostro de Akira. No le importa nada en este momento. Miré a otra parte, porque no podía soportar sus gritos. Sacó la cuchilla del costado de ella y la acercó a su cuello, no podía moverse pues estaba amarrada y Akira la agarraba con fuerza.

-Cuéntale como te duele a tu padre- le pidió

Kaiza estaba llorando, y forcejeando con Mr. Jefferson para levantarse, pero no podía hacerlo.

-¡Detente, por favor!-le suplicó Kaiza

-Ya es muy tarde, cabrón-le cortó el cuello a la hija de Kaiza sin pensarlo dos veces

Podía ver la sangre saliendo de su cuello, recorriendo todo su cuerpo. Las manos de Akira estaban llenas de sangre. No podía aguantar esto, me sentía asqueada. El olor a sangre me recordaba muchas cosas, y ese olor me repugna. Salí corriendo del lugar, no pude aguantar las náuseas por lo que tuve que salir a vomitar. ¿Cómo puede ser capaz de algo así y no sentirse mal por esto? ¿Con qué clase de monstruo sin corazón estoy viviendo?

*Akira*

-Aquí tienes a tu hija - le tiré el cuerpo de su hija encima de él

Se escuchaban sus gritos y el llanto. Tiré el cuchillo y caminé a la puerta.

-Mr. Jefferson, vendré luego a encargarme del viejo. Iré a buscar a lisa.

-Akira, será mejor que la saques de aquí.

-Eso haré. Ella y yo tenemos unos asuntos pendientes.

*Lisa*

Vi a Akira caminar hacia donde mí. Podía sentir asco de él, no lo quiero cerca ahora. Toda su ropa y manos estaban llenas de sangre.

-No te acerques a mi-me alejé, lo más que pude

-¿Tienes miedo de mi, corderito?- Akira siguió acercándose, por lo que seguí retrocediendo

-Me das asco. ¿Cómo puedes tener el corazón tan podrido?- mi cuerpo estaba temblando al verlo caminar hacia mi

-¿Ahora te das cuenta? - rio -. Eres tan imprudente. Quisiste venir aquí, y no puedes soportar algo tan simple como eso, no puedo entenderte. Sabías lo que venía a hacer, y aún así me quisiste acompañar.

-No quería que la mataras, Akira. Tu problema era con él, no con ella.

-Y dale con la misma mierda. Me tienes cansado con tu actitud de niña buena. De nada me sirve que te quejes, de nada me sirve que estés aquí, si no es para apoyarme.

-¿Apoyarte a matar a alguien inocente? ¿Perdiste la cabeza?

-Parece que no te a quedado claro, princesa. Soy yo quien decide a quien mato, y a quien no. No tienes que sentir lástima por los muertos, pues muertos están. Deberías preocuparte mas bien por a quien tienes enfrente en este momento, que está cansado de tu actitud - me encaró

-¿Me vas a matar porque no estoy de acuerdo a que sigas matando personas inocentes, Akira? ¿Es lo que estás tratando de decir?

-Jamás te haría algo así, corderito. Eres mi princesa, además hay maneras de hacerte entender las cosas y no es precisamente hablando. Vamos al auto.

-No voy a ir, Akira. De esta manera no quiero que llegues a la casa.

-¿Y quién te dijo que iremos a la casa?-me jaló el brazo, y me llevó al auto

-No voy a ir contigo a ninguna parte- forcejeaba con él, y no me soltaba

-Ya veremos - sonrió maliciosamente, metiéndome al auto

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