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Capítulo 12

Derek:

La luz del sol naciendo en el horizonte nubla mi vista, ojala hiciera lo mismo con el coraje que llevo dentro, la maldita Emma está destruyendo todo, mi plan, mi libertad, mi familia. Puede que suene algo dramático pero es así, tengo que hacer algo para que la descubran de una vez por todas, cuanto quisiera poder revelar lo que sé, pero si lo hago sé que ese si sería el inicio de mi final. Todo por ser un estúpido y  haber ocultado información tan importante. No dejo de pensar en lo idiota que fui al no delatarla, me hubiera ahorrado todos estos líos y quizás hasta ya estaría armando la máquina.

La casa de Magy aparece en mi panorama mientras continuo caminando hacia el amanecer, la verdad es que no se me ha ocurrido otro lugar donde refugiarme. Es extraño lo que me está pasando ahora, realmente siento como si escapara de una tormenta que no tiene fin.

Toco la puerta con mi puño intentando no hacerlo muy fuerte. Casi al instante Magy la abre y me mira sorprendida, parece que recién se ha levantado de la cama, trae el pelo enmarañado y los ojos hinchados.

— Dery, ¿Qué haces aquí tan temprano? – me pregunta lanzando un bostezo.

— Disculpa, es que tengo problemas en casa y necesitaba ir a algún sitio a descansar, no he dormido en toda la noche.

— Pobre de ti, ¿ha pasado algo con tu padre y Cleo?,  ¿Le ha molestado que la lleven a casa?— me pregunta haciéndome pasar.

—No, no es eso papá solo la ha visto dormida por unos segundos cuando iba de salida y no hemos hablado mucho del asunto dijo que lo hablaríamos en la noche — me tomo un segundo para procesar bien lo que voy a decirle— lo que pasa es que Cleo quiere quedarse permanentemente en mi casa— por su reacción me doy cuenta que le sorprende un poco lo que le acabo de decir.

—Mm... sabes que con los nuevos integrantes de los protestantes casi siempre es así, de un momento a otro pueden botarlos de su casa y a veces no tienen dónde ir, claro que entiendo tu posición, una boca más que alimentar será difícil, mas con la escasez de trabajo para nosotros, no creo que tu padre se sienta feliz con la noticia— no había pensado si quiera en el dinero. ¡No puede ser! un problema más que no había visto venir.

—No, no es eso bueno si existe el problema del dinero, pero hay algo mas— hago una pausa para medir bien mis palabras— lo que pasa es que Kalem ha reaccionado de muy mala manera cuando le advertí que no podía pasar nada entre ella y él porqué probablemente es nuestra enemiga.

— ¿Ha pasado algo entre ellos?— me pregunta curiosa.

— Parece que sí, los encontré durmiendo uno muy cerca del otro, cuando llegue esta mañana y la idea que ronda en mi cabeza de lo que pueden o no haber hecho me está volviendo loco y lo peor es que Kalem solo se empeña en darme la contra en el asunto.

— Pero Der, tú no sabes si ella es nuestra enemiga ¿qué tal si no lo es?, Kalem se ganaría una chica  protestante como nosotros o sea que no lo lastimaría nunca pues estaríamos seguros de que jamás usaría su botón contra el— no puedo creer que hasta Magy la defienda. Si supiera quien es ella estoy seguro que no diría lo mismo.

— Es que Magy no es.....— el sonido de un puño golpeando contra la puerta me interrumpe.

— ¡ya voy ! –Grita Magy y luego se voltea a verme – Espérame un Segundo— me dice antes de dirigirse a la puerta.

Voy detrás de ella para ver quién es. Para mi sorpresa es uno de los vigilantes.

—Magy, estamos buscando a Derek y no está en su casa...— se calla cuando se da cuenta de mi presencia— ¡Derek! Qué bueno que te encuentro, tenemos noticias importantes— me dice entusiasmado.

—Cuéntanos— le insiste Magy sin dejarme responder. Típico de ella.

—Tenemos un prisionero, es un miembro de la mesa redonda llamado Aron según nuestras investigaciones— de inmediato me acuerdo el nombre que vi en el iophone de Emma anoche— Tiene datos importantes sobre la infiltrada y me acaban de informar que les ha revelado su nombre— mi cuerpo se llena de emoción, al fin atraparan a Emma, no tendré que esperar mucho más para que mi vida vuelva a la normalidad.

Emma:

Aún sigo atónita por el beso, nunca un chico me había besado por primera vez, yo siempre soy la que da el primer paso y esto me ha confundido demasiado.

— ¿Qué sucede ya se te fueron las ganas de jugar?— me pregunta Kalem desde la cocina mientras se sirve un vaso de agua.

—No— le respondo sin saber que más decir. Todavía estoy adormecida con los pensamientos que han estallado en mi cabeza

—Tranquila, quita esa cara larga— me dice aproximándose a la sala— no quiero nada serio contigo. Considérate libre de compromisos, lo de antes solo fue un beso. Nada más — lo miro levantando una ceja.

— ¿Qué clase de hombre no quiere compromisos luego de un beso?— le pregunto sintiéndome algo extraña por lo que me acaba de decir.

—Pues la clase no sé cuál será, pero el hombre aquí presente no quiere compromisos— me dice guiñando un ojo.

— ¿Entonces qué es lo que quieres?— le pregunto.

— divertirme. Así de simple— me responde sentándose a mi lado en el sofá.

—Qué suerte, a mí me fascina divertirme— le respondo relajándome un poco. No estoy segura de sí me siento bien o mal con esto.

—Estoy seguro de que si sabes, pero también estoy seguro de que no sabes hacerlo bajo las reglas de mi juego— me lanza una sonrisa y me mira fijo.

— ¿Quién dijo que esto es un juego?— le pregunto sintiendo que mi respiración se acelera mientras mis ojos se encuentran con los suyos.

—Los juegos son divertidos ¿no?— hace una pausa y me toma de la cintura – pues divirtámonos— finaliza mordiéndose el labio inferior.

— ¿Estás seguro de lo que haces?— le pregunto con el corazón palpitando con más intensidad.

—Bastante seguro— me responde. Pone su mano sobre la piel desnuda de mi vientre bajo mi blusa. Siento una electricidad correr por mi cuerpo,

Mis manos se posicionan en su cuello. Apenas lo hago sus ojos se encuentran con los míos por segunda vez, sin darme cuenta ya está a milímetros de mi rostro. Cuando de la nada y sin previo aviso escuchamos que la puerta se abre.

—Derek se rápido, esto lo tenemos que hacer lo antes posible— grita una voz masculina.

Derek aparece en la sala casi al instante, de inmediato Kalem se aleja de mí. Derek no dice una palabra y se acerca a nosotros con una expresión seria, me toma del brazo y me arrastra por la sala.

— ¡Suéltala!— le grita Kalem empujándolo.

Derek me suelta y se planta frente a Kalem con las manos como puños.

—No te metas si sabes lo que te conviene— lo amenaza haciéndolo sentar en el sillón.

Kalem se queda callado y gira la cabeza para no mirarnos, Derek me mira y me hace una seña con la cabeza para que entre en su cuarto.

No tengo idea de porqué, pero le hago caso sin protestar. Cuando entro en el cuarto, me sigue de cerca y luego cierra la puerta con llave. Esta tan enojado o peor de lo que estuvo más temprano, me siento vulnerable.

Sus ojos azules se funden con los míos, en su mirada puedo ver desesperación y tristeza pero todo su cuerpo expresa ira. Miro a mi alrededor y me doy cuenta que no hay manera de salir del cuarto, la ventana está cerrada y si intento escapar será imposible abrirla antes de que me atrape.

—Yo..— intento hablar pero no me deja decir nada más.

—¡Cállate!, cállate si no quieres que te mate aquí mismo— me dice enfurecido.

El pánico a invadido mi cuerpo, siento sudor frío correr por mi espalda y mi frente. Somos solo él y yo, no saldré si él no lo quiere así, no hay escapatoria. Da dos pasos en mi dirección, yo retrocedo dos al mismo tiempo, pienso en todas las posibilidades de salir de ahí antes de que algo malo me suceda.

Noto que ha dejado la llave en su bolsillo, es imposible tomarla. Me he quedado petrificada de mente y cuerpo no sé qué hacer. Creo que Gwen se equivocó al pensar que estaría preparada para una situación de este tipo, creo que me equivoque al pensar que era capaz de lograr algo de esta magnitud.

—Mírame— me ordena Derek sacándome de mis pensamientos. Sin pensarlo dos veces lo hago.

—Lo sé todo— me dice haciendo que los nervios y al tensión que antes tenía se multipliquen.

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