1 Capitulo 1.

Era el mismo escenario, yo llorando por ella, apenas me levantaba las lágrimas ya se encontraban en mi rostro o en mis ojos. La sensación de pérdida seguía presente, anhelaba ver por última vez su cara neutra, solo quería disfrutar de su seriedad tres segundos; pero era imposible.

Empezamos mal. Deberíamos contar primero el principio de esta historia, la historia que marcó y destruyó mi vida, la cual empezó hace tres meses.

Tres meses atrás.

Mis ojos se abrieron, asustado tomé en mis manos mi celular y afirmé lo que pensé, llegaba tarde a mi primer día de trabajo.

—¿Por qué mierda no sonó la alarma? —me pregunté.

Cuando al fin llegué al restaurante, corrí hacía él, posiblemente solo duraría un día en él.

—Buenos días, disculpe mucho el retraso —me disculpe avergonzado. Las personas de allí voltearon hacia mí, eran una señora, dos hombres y una chica un poco más grande de edad que yo.

—¿Eres Alek? —preguntó el muchacho rubio, yo asentí como respuesta—. Señora Miranda, el nuevo llegó tarde —acusó con una sonrisa burlona.

—Si, Mario, la vejez aún no me impide tener noción del tiempo —se acercó a mi—. No te preocupes cariño, todos cometemos errores la primera vez. Bueno, no perdamos tiempo, acompáñame y te mostraré dónde te cambiarás —me guió hasta un pequeño cuarto con una fila de casilleros—. Este es donde podrás sacar y meter tus cosas, dentro está tu uniforme, cuando te cambies puedes salir a atender las mesas —sonrió mientras se iba.

Acate sus órdenes, cuando estuve listo salí y tomé una de las libretas pequeñas para anotar las ordenes de los clientes.

—Ly, mesa cuatro —se oyó decir a quien recibía a los clientes. La chica que mencionaron pasó frente mi, era más pequeña que yo, algo morena y de cabello oscuro amarrado en una coleta alta, caminaba con elegancia y dejaba rastros de su perfume.

Ly, era un nombre corto, original y memorativo. Se me había quedado clavado sin saber lo que me esperaría. Él desastroso recuerdo que ese nombre significaría.

—Tú, novato —oí la misma voz que la llamó a ella ahora llamándome a mi—. La mesa de la esquina principal —asentí mientras me dirigía a dónde me había dicho.

—Buenos días, soy Alek y las atenderé hoy, ¿Qué desea que le traiga? —saludé a las dos jóvenes con uniforme de secundaria.

—Nos gustaría dos copas grandes de helado de chocolate, por favor —pidió.

—En seguida se las traigo —dije antes de retirarme.

—Es muy guapo —oí a mis espaldas haciendo que me sonrojara. No era feo, pero me daba pena que dijeran que soy guapo.

—Dos copas grandes de helado sabor chocolate, por favor —repetí en la cocina.

—Ya trabajo en eso —respondió uno de los dos cocineros.

—Ly —llamó la señora Miranda—. ¿Dónde está Ly? —preguntó, ella se paró frente a ella— Daniel te está buscando, está en la entrada —explicó y la morena asintió mientras iba a dónde se le dijo.

Me coloqué en el marco de la puerta y la miré. Estaba platicando con un hombre un poco mayor que ella, él tenía características parecidas a ella. La abrazó y depositó un beso en su frente antes de irse.

—¿Qué tanto observas a los hermanos Ferri? —preguntó Mario.

—¿Cómo?

—Los hermanos Ferri, Ly y Daniel. Inseparables y él siempre preocupado por ella. Viven juntos por la enfermedad de Ly, aunque a veces pienso que es porqué Daniel no puede vivir sin ella y ella no puede vivir sin él —explicó—. Cómo sea, acostumbrate a ver repetidamente la cara de Dani por aquí —terminó de hablar mientras se iba.

Me era raro ver una pareja de hermanos llevarse bien, yo ni siquiera puedo pasar diez minutos cuidando a mi hermano pequeño.

"La enfermedad de Ly". ¿Qué enfermedad podría tener ella?.

(..)

Entré al pequeño cuarto con un plato de comida y un vaso con agua, topándome con el cuerpo sentado de Ly, era mi oportunidad de hablar con ella, en realidad quería tener buena amistad con mis compañeros y compañeras.

—Hola —saludé con algo de timidez, ella me miró y alargó un suspiro para después devolver su vista a su sándwich, me senté frente a ella y al no obtener respuesta decidí preguntar—. ¿Eres muda? —mientras hacía la pregunta también hacía señas de habla con mis manos, sabía muy pocas.

—No —respondió también haciendo señas—. No me interesa hablar contigo —siguió. No sabía si las señas eran una burla o algún juego, pero me incomodaron un poco.

—Oh... Lo siento, solo quería entablar una conversación contigo, me gusta platicar con las personas —expliqué.

—A mi no me gusta hablar —respondió—. En general —se levantó con los objetos en manos para después salir— adiós, joven platicador —dijo por último para cerrar la puerta detrás de ella.

El cuarto quedó en silencio.

—Joven platicador —repetí mientras le daba un bocado a mi comida.

Solo quería platicar con ella. No tenía porque ser tan cortante.

Suspiré y le di una mordida a mi sándwich. No quería que esto se volviera como la universidad, ser el rechazado al que todos miran raro.

Ahora que había dejado los estudios había tomado la decisión de ser más sociable con las personas a mi alrededor. Aunque no debía de torturarme tanto, yo lo había intentado y ella fue quien decidió no hablarme.

Pero la curiosidad no dejaba de estar en mi, ¿Qué enfermedad podía tener ella?

—Hola —escuché la voz femenina de alguien más, era una chica joven rubia y de ojos marrones—. Me llamo Sabrina, un gusto —se presentó mientras se sentaba frente a mi.

—Hola, soy Alek —me presenté de regreso.

—Si, lo sé. Eres el nuevo —sonrió.

—Oye, ¿Ly está de mal humor? —pregunté intentando sonar amigable.

—Oh. No, ella es así —respondió—. La mayor parte de su vida la pasó en un hospital por su enfermedad, creo que eso la hizo un poco antisocial. Ella me contó que solo hablaba con su hermano. Siente que es la única persona con la que se puede encariñar de verdad, como sea. Si ella te contesta cortante, fría o sarcástica, lo más probable es que no sea tu culpa —explicó.

—¿Qué enfermedad tiene?

—En realidad no se sabe muy bien, los doctores solo saben como salvarla de ella, pero no saben describir la enfermedad... Hablé de más, a Ly no le gusta que hablemos sobre su enfermedad, es un tema "oscuro" para ella. Te lo contará algún día, o lo hará su hermano... Si es que te llegan a tomar confianza, mientras no te preocupes por eso.

Era raro. No sabían que era, pero si sabían con que curarla. Si había cura. ¿Por qué se preocupaban tanto?.

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