Movimientos Fetales(2)(Editado)

[Punto de vista ¿¿??]

Lo "Normal" está demasiado infravalorado, nadie tiene idea lo que se siente perderlo hasta que sucede.

Una vida normal.

Una familia normal.

Una relación normal.

Ser.. una chica normal.

Perdí el derecho a todo eso, por algo que ni siquiera podía controlar..

Pero.. que me perseguirá para siempre.

[Final del punto de vista de ¿¿??]

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(Unos días antes)

-En algún lugar del oeste de Missouri.

*Cambié el lugar de nacimiento, ella nació en Mississippi pero lo cambie a Missouri.*

—Adios mamá, voy a la escuela.—dijo una chica al salir de su casa con prisa.

La linda chica corrió después de despedirse de su madre, ella parecía un poco emocionada en el camino.

Tenía una pequeña sonrisa, que era acompañada por su rostro sonrojado.

—Hoy tratare de besarlo..—murmuró mientras corría a la escuela.

La linda chica de cabello castaño se encontraba emocionada por conocer a su pareja.

Debido a que ella se desarrollo un poco antes que las demás chicas tenía muy buena figura, además tuvo la suerte de conocer a un lindo chico que la tomaba enserio.

A diferencia de la mayoría de los chicos de su edad que solo miraban con lujuria su cuerpo, su pareja la respetaba y la quería.

Al punto de sugerir tomar las cosas con calma.

Algo que era bastante sorprendente teniendo en cuenta como eran normalmente los chicos de su edad.

Pero ella era una chica normal..

¿Que chica de 14 años no tendrá curiosidad por esas cosas?

Además ella pensaba que si debía experimentar esas cosas..

¿No sería lo mejor hacerlo con alguien que la respetará?

Por eso decidió ir a la ofensiva, planeando iniciar un beso por primera vez con su novio.

Después de un tiempo llegó a la escuela, tomó las clases normalmente, dando ligeras miradas coquetas a su novio de vez en cuando.

Más tarde en el receso para almorzar decidió atacar, llevo al chico a un lugar apartado planeando hacer el beso con rapidez.

"Solo será uno pequeño"

No podía evitar decirse para calmarse un poco, mirando al chico con calma.

—Anna, ¿Que hacemos aquí?—preguntó con confusión el chico, parecía no captar la intenciones de su pareja.

*Golpe*

La chica llamada Anna lo acorraló contra la pared, podía sentir su corazón latir como nunca, pero decidío ir al asunto directamente.

El chico por fin parecía entender lo que planeaba su pareja, lo que provocó que se sonrojara y espera el inminente beso.

Pero lo que debió ser una escena que ambos recordarian en el futuro con nostalgia..

Se convirtió en un suceso que destrozaría sus vidas.

*Muah* *quejido* *estremecer* *Golpe*

Ella no supo que paso..

Solo podía recordar la sensación de algo entrar en su cuerpo.. pudo sentir cientos de recuerdos entrar en su cabeza provocandole un intenso dolor de cabeza.

Fue demasiado estresante, el dolor duro unos segundos.. para cuando recobró el sentido notó a su paraje en el suelo inconciente.

Después.. ella no recuerda mucho..

Solo gritos.. reclamos.. a ella disculpándose..

Recuerda la cara de desprecio de su familia.. el odio en la cara de los familiares de su pareja.. el asco en las miradas de todos..

Fue demasiado para una chica de 14 años..

Tenía que irse.. no podía quedarse en un lugar donde ya no era bienvenida.

Así que huyó.. viviendo en las calles.. pero al menos así no lastimaría a nadie más.

Su cabello cambio, ahora era un recordatorio permanente de aquel incidente.

Robo e hizo lo necesario para vivir.. pero no pasaba ni un día sin anhelar lo que perdió ese día.

Una vida normal.

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-en algúna intalación secreta-

Un hombre se encontraba en una oscura instalación militar, fuertemente atado a una mesa de operaciones por grilletes de acero.

A su alrededor, científicos y soldados observaban con frialdad mientras preparaban los equipos para algún tipo de procedimiento.

"¿Esta listo el adamantium?"

El hombre pareció escuchar su conversación, pero por alguna razón se encontraba extrañamente aturdido, por lo que no logró entender del todo.

Una sensación de miedo y desesperación lo invadía mientras luchaba por liberarse de sus ataduras.

Recordaba flashes de dolor y confusión, el momento en que había sido arrancado de su vida normal, que había batallado para poder conseguir, sola para ser arrojado a este infierno de experimentación.

El no podía evitar recordar con gran dolor a su pareja.. que había sido asesinada unos días antes.

Las luces parpadeaban intermitentemente, creando sombras grotescas en las paredes.

El sonido de las máquinas llenaba la habitación, aumentando la sensación de claustrofobia y desamparo.

El hombre cerró los ojos con fuerza, negándose a rendirse ante el terror que amenazaba con consumirlo.

Sabía que este proceso sería doloroso, que lo cambiaría para siempre, pero también sabía que debía resistir, que no podía permitir que sus captores lo derrotaran.

El había experimentado demasiado a lo largo de su vida, este incidente solo sería uno más en la lista de cosas que recordara en su vida.

Cuando las agujas penetraron en su piel y el adamantium comenzó a fluir, una ola de dolor lo invadió.

Gritó, su voz resonando en la sala de operaciones mientras su cuerpo se retorcía en agonía.

Cada fibra de su ser parecía estar siendo destrozada y reconstruida, mientras el metal líquido invadía sus huesos y músculos.

El Comandante William Stryker observaba con satisfacción desde la distancia, mientras los médicos llevaban a cabo el procedimiento.

—Este es el punto culminante del Proyecto Arma X, con esto, crearemos el arma definitiva— dijo con una sonrisa fría llena de una expectación maliciosa.

A medida que el adamantium se fusionaba con su esqueleto, el hombre sentía que algo dentro de él se desvanecía, los recuerdos se desvanecían, su identidad se desmoronaba.

Recordaba el rostro de su esposa, la dulce maestra que lleno de amor su oscura existencia y lamentaba profundamente su pérdida.

Cuando finalmente abrió los ojos, se encontró rodeado por un resplandor plateado.

El adamantium había completado su fusión con su esqueleto, convirtiéndolo en algo más que humano, se levantó de la mesa, sintiendo el peso de su nueva forma.

Ahora, Logan sabía que estaba destinado a ser un esclavo de aquellos que lo habían creado.

Con sus garras de adamantium y su espíritu roto, se convertiría en un juguete en manos de sus captores, luchando por mantenerse a flote en un mar de oscuridad y olvido.

Eso es lo que el pensaba, sin saber que alguien lo salvaría algún día.

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Autor: lento pero seguro..

Ya solo quedan como 2 a 4 capitulos antes de continuar la historia principal.

Les deseo una agradable lectura.