22 Capítulo 22: El chico más apuesto en la Universidad del Océano Este

Translator: Nyoi-Bo Studio Editor: Nyoi-Bo Studio

Durante los dos días que siguieron, Hao Ren no dio clases a Zhao Yanzi; en su

lugar aprovechó ese tiempo en las noches para practicar, y corría largas distancias

en el campo deportivo. No esperaba ganar el primer lugar, pero tampoco deseaba

terminar último.

Confiaba en que sus habilidades para las largas distancias aún seguían allí y que

solo tenía que recuperar su forma.

Con apenas 4 o 5 lámparas que iluminaban la pista de carreras sintética de 400

metros que circundaba el exterior de la cancha de futbol, todo el campo deportivo

lucia apacible y solitario.

Regulando su respiración y sus pasos, Hao Ren practicó solo. Había elegido

practicar aquí a las nueve en punto de la noche a propósito.

En una hora, la entrada a los edificios de dormitorios sería cerrada. Los jugadores

de básquetbol y fútbol ya habían regresado todos, y por eso nadie lo distraería

mientras practicaba.

Hoy, en la clase de Procesamiento de Señale Ópticas Débiles, la bella Su Han

estaba utilizando una camisa tachonada, shorts de jean y botas Dr. Marten. Se

veía tan radiante que los chicos gritaron y vitorearon.

Sin embargo, no le dedicó ni una mirada a Hao Ren, como si no lo hubiese

llamado a su oficina la semana anterior.

Se mantuvo distante durante toda la clase hasta que se fue. Aunque Hao Ren

sabía que sus caminos se habían cruzado en otro mundo, ellos habían regresado

al mundo normal y aquí eran desconocidos. Después de todo, una profesora más

que hermosa nunca daría ningún trato especial a un estudiante tan ordinario.

Creía que Su Han debía haber ido a hablar con Lu Qing.

Mientras corría, su mente recorría los eventos que habían pasado hoy.

Súbitamente, una pelota de básquet rodó hasta sus pies.

Hao Ren dejó de correr y recogió el balón de básquet, y miró hacia el lugar de

donde había salido la pelota. No muy lejos de él, un chico buenmozo con una

camisa blanca estaba sentado en la banca. Con un cuerpo bien proporcionado y

robusto, el chico tenía cejas gallardas inclinadas hacia arriba y hacia afuera.

Hao Ren lo reconoció.

Conocido como el "chico más apuesto en la Universidad del Océano Este", Huang

Xujie era el presidente del Club de Escalada de la universidad y una celebridad

estudiantil, incluso la chica más popular de la escuela, Lin Li, había intentado

conquistarlo.

Hao Ren hizo gesto para preguntarle si la pelota era de él; levantó el balón de

básquet con una mano y lo apuntó con la otra.

Huang Xujie asintió e hizo un gesto con su dedo.

Hao Ren dio un paso adelante y le lanzó el balón con una mano.

El balón de básquet cubrió los 20 o más metros y cayó en la dirección de Huang

Xujie.

Huang Xujie estiró una mano y atajó el balón.

Con la pelota fuera del camino, Hao Ren balanceó sus brazos y se preparó para

comenzar a correr de nuevo.

—¡Novato! —dijo repentinamente Huang Xujie.

—¿Uh? —lo miró Hao Ren desconcertado.

—¿Escuché que tú también te inscribiste en la carrera de 1500 metros? —

preguntó abruptamente.

Hao Ren lo miró con cautela, percibiendo un rastro de hostilidad en él.

—He escuchado que últimamente has estado mucho en el centro de atención. —

preguntó Huang Xujie, dando giros al balón con su dedo—. Vives a lo grande, ¿no

es así? Y te han recogido del campus en limosina, ¿cierto?

—¿Te robé el espectáculo? —preguntó directamente Hao Ren.

¡Paff! Huang Xujie dejó de girar la pelota de básquet de forma abrupta—. Sí. Tus

espectáculos descarados me molestan.

Aunque mantenía un perfil bajo, a Hao Ren nunca le asustaban los

enfrentamientos. Parándose en la pista de carreras frente a Huang Xujie,

preguntó—. Así que, como estudiante del último año, quieres enseñarme una

lección, ¿o me equivoco?

Huang Xujie no respondió. En su lugar, preguntó, —Dicen que Su Han te convocó

a que fueras solo a su oficina. ¿Qué hay entre tú y ella?

Viendo los rastros de hostilidad, Hao Ren sintió su intensa envidia.

—¡No tengo nada que decirte! —Volvió a correr Hao Ren.

Huang Xujie quedó paralizado por un momento, sorprendido de que un novato

ordinario resultase tan arrogante. Su mano apretó el balón de básquet mientras

miraba fijo a la espalda de Hao Ren.

Cuando Hao Ren regresó de completar la vuelta, Huang Xujie ya se había

retirado.

Sabía que había atraído mucha atención en el último par de semanas, y que las

numerosas recogidas en limosina en el campus lo habían hecho ver como un

presumido.

Más importante aún, la invitación a ir a la oficina de Su había hecho que los ojos

de los chicos apuestos y presumidos se tornasen rojos de envidia. Tal vez

pensaban que las acciones previas de Hao Ren habían sido esfuerzos para atraer

la atención de Su Han, y los estudiantes famosos estaban ahora furiosos de que

sus torpes esfuerzos hubiesen dado resultado, atrayendo con éxito el interés de

Su Han por él.

Después de todo, su comportamiento extravagante solo les había ganado los

gritos de las chicas lindas mientras la bellísima Su Han no demostraba ni una

pizca de interés.

Por cierto, la belleza de Su Han estaba más allá de lo que la gente podía imaginar,

y era natural que los alumnos varones se volviesen locos por ella. Si Hao Ren no

hubiese conocido su identidad real, él también habría estado silenciosamente

impresionado por su belleza.

Eran tres cuartos pasadas las nueve cuando Hao Ren corrió de regreso a su

dormitorio. Zhao Jiayi y los otros dos compañeros de habitación estaban inmersos

en un feroz juego de cartas con Gu Jiadong, de la habitación de enfrente a la de

ellos.

Hao Ren tomó su palangana y una toalla para tomar una ducha fría. No le

comentó a nadie sobre las provocaciones de Huang Xujie.

El viernes pasó rápido con solo medio día de clases. Como la mayoría de sus

estudiantes provenían de áreas cercanas, por lo general la Universidad del

Océano del Este se hacía muy tranquila los viernes a la tarde.

Zhao Jiayi y los otros no querían volver a casa ese fin de semana, y arrastraron a

Hao Ren y varios otros del dormitorio próximo al de ellos a un KTV* cercano.

Después de cantar hasta el hartazgo, fueron a un buffet de platos calientes. Se

rellenaron con cerveza y carnes antes de volver al dormitorio para un juego de

cartas.

Los días eran decadentes y despreocupados.

El tener tal grupo de hermanos con él sin importar lo que pasara, consoló a Hao

Ren. Hacían todo juntos: ir a clases, saltarse las clases, beber y darse festines.

El Tercer Tío de Zhao Yanzi nunca apreciaría este tipo de felicidad de la que

disfrutan los mortales.

A las nueve en punto, Hao Ren soltó las cartas que tenía en su mano y dijo, —Iré

al campo deportivo a practicar mi carrera.

—Oh, no te vayas. No tiene sentido practicar faltando tan solo unos días para la

carrera. Juega cartas con nosotros…—intentó detenerlo Zhao Jiayi.

—Puedo recuperar algo de mi forma con la práctica. Gu Jiadong, ¡ven y juega

cartas! —Hao Ren colocó sus cartas en las manos de Gu Jiadong—. Si pierdes, la

pérdida será mía, y si ganas, todos los beneficios serán tuyos.

Sonriendo frente a esta promesa, Gu Jiadong tomó sus cartas y se sentó de

inmediato.

Hao Ren se cambió, se puso sus zapatillas de correr, y trotó hacia el campo

deportivo.

El campus era muy tranquilo las noches de los viernes. Cuando pasaba por el

edificio de oficinas, Hao Ren levantó involuntariamente la mirada cuando se le vino

a la mente un pensamiento extraño, — Su Han debería estar en casa ahora.

¿Dónde vivirá ella?

Zhao Hongyu había dicho que Su Han tenía una conexión especial con el Clan

Dragón del Océano Este, y Hao Ren se preguntaba cuál sería…tal vez fue por eso

que ella había tomado un puesto como profesora en la universidad de Lu Qing…

Mientras corría, Hao Ren se preguntó sobre ella. Se encontró a dos chicas que

estaban caminando. Resoplaron con desdén cuando notaron que su mirada

permanecía fija en la oficina. Casi todos los estudiantes masculinos de la

universidad tenían alguna clase de sentimientos por Su Han, y a los estudiantes

varones los atrapaban todo el tiempo espiando la oficina de Su Han, con la

esperanza de vislumbrar un atisbo de la incomparable belleza.

Era frustrante para todos ellos que Su Han no mostrase su rostro excepto cuando

estaba caminando hacia o de vuelta de sus clases. Nadie la había visto siquiera

en la cafetería. Todo esto acentuaba la impresión de que ella era como un hada

que no consumía comida del mundo mortal.

Hao Ren llegó al campo deportivo y comenzó a correr las diez vueltas, de acuerdo

con lo que había planeado. Descubrió que sus energías se recuperaban más

rápido que antes y se preguntó si era un resultado de haber alcanzado el primer

nivel del Rollo de la Concentración Espiritual.

Las tenues luces extendían la sombra de Hao Ren mientras él disfrutaba de lo

vasto del campo deportivo y de la soledad de la noche. Haciendo circular la

energía siguiendo al Rollo de la Concentración Espiritual, y saboreando la esencia

de la naturaleza, reguló su respiración y sus pasos mientras corría a un ritmo

constante.

Sus ropas flotaban en el aire. Hao Ren no se dio cuenta de que había un aura libre

y relajada rodeándolo mientras corría. Cada paso era estable y firme, mientras que

una suave brisa flotaba a su alrededor y a través de sus ropas.

El Dao Celestial provenía de la naturaleza. El orden de la naturaleza había

influenciado a Hao Ren sin que este se diera cuenta, y cada uno de sus

movimientos en esta noche pacifica seguían las rutas más fáciles y lógicas como

sugerían los Cinco Elementos** y los Ocho Trigramas.

Después de completar diez vueltas, corrió diez más.

Hao Ren se sorprendió al notar que su fuerza no había disminuido en lo absoluto.

Practicaba correr distancias largas, pero se sentía como si paseara casualmente

sin percibir ningún peso en sus pasos.

—¿Eh? —tuvo la repentina sensación de que alguien lo observaba desde una

esquina, después de un rato.

Miró en esa dirección.

Vio a Xie Yujia, en un largo vestido de chiffon floreado, tranquilamente sentada en

un escalón, a una docena de metros de distancia. Ella lo miraba con una sonrisa.

*KTV es un lugar de Karaoke.

** Los Chinos creen que existen cinco elementos en la naturaleza (agua, fuego,

tierra, viento y metal)

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