496 Violencia extrema

—¡Humano! ¡Sé el alimento que estás destinado a ser para mis Cuentas Devoradoras de Almas obedientemente! —El Quiliarca de la Raza Ancestral gritó. Dando palmas con ambas manos, una gruesa y densa cantidad de Qi del Espíritu Santo estalló y rodeó esas Cuentas Devoradoras de Almas.

De repente, un aura de oscuro resentimiento se elevó en el aire al instante. Incontables y horribles rostros aullaban de angustia dentro de esa aura de resentimiento. Aquel era el rencor combinado de todas esas personas de los cientos de razas.

Como Quiliarca de la Raza Ancestral, estaba al cargo de capturar a los miles de seres de las otras razas. Al torturarlos en gran medida, aquellos métodos provocarían que emanara una gran cantidad de resentimientos. Usando una técnica singular para reunirlos, los cultivó en ese terrorífico tesoro.