89 Redimiéndome, el aire no cambia

En la desierta montaña sin nombre, Lin Fan suspiró mientras se sentaba en una roca. Entonces, comenzó a mirar a lo lejos, pensando en la vida y el significado del mundo.

Una ráfaga de viento sopló, moviendo algunas hojas, enfatizando la desolación que parecía existir allí. Este lugar parecía desierto, comparado con la próspera secta no muy lejos.

Estaba solo y no tenía a nadie en quien confiar en este lugar desconocido. ¿Qué debería hacer?

Lin Fan echaba de menos su vida anterior, pero ya se había ido.

En medio de estos pensamientos, el cuerpo de Lin Fan se convirtió en uno con el entorno, y la sensación de depresión se extendió por todas partes.

Pasó un día.

Pasaron dos días.

Lin Fan se sentó en la roca sin moverse, como una piedra.