128 La patada divina

Lin Fan estaba llenó de vigor. Dado que estas personas habían aparecido en sus puertas por su propia cuenta, no podía dejar pasar esta oportunidad así como así.

Su pequeño y frágil corazón dio un salto sin embargo. Después de todo, iba a recibir un reembolso por toda la experiencia perdida después de todo este tiempo.

—¿Eres Lin Fan? —Preguntó el anciano Gu con severidad. Su mirada era aguda como una cuchilla, aparentemente capaz de atravesar el corazón de uno.

Encarándose con al anciano, Lin Fan tosió.

—Yo soy un humilde servidor, así es. Entonces, ¿cuál es el propósito de la montaña Danding para este viaje?

Con esto, el anciano Gu resopló.

—La montaña Danding es el lugar de la Secta Santa para ir a refinar píldoras. La montaña sin nombre ha destruido este antiguo orden. Estoy aquí para informaros que deben dejar de refinar píldoras a partir de este día. De lo contrario, os atendréis a las consecuencias.