308 Humillación

—¡JAJA…!

A lo largo de ese vasto e ilimitado cielo, una gigantesca arca de batalla circulaba a toda velocidad. Lin Fan se detuvo en lo alto de ella, riéndose como un maníaco hacia la Tierra de la zona inferior.

—¡Es cierto! ¡El mundo exterior es a donde pertenece un humilde servidor!

Desde que abandonó los terrenos de la secta, Lin Fan se dio cuenta de lo lleno de vida que estaba en general. Junto con el hecho de que logró hacerse con el arca de batalla del Gran Maestro, prácticamente no había nada que pudiera enfriar su estado de ánimo en aquel momento.

Decidió que una vez que resolviera los asuntos de la Secta Jiuxiao, iría y deambularía por todas partes con el arca de batalla.

Aquella arca de batalla era especialmente rápida en comparación con las arcas de batalla en las que había montado antes. En un parpadeó recorría cinco kilómetros