937 En efecto, lo realmente habían descubierto

Lin Fan se sentó allí de forma relajada, como si no estuviera totalmente preocupado por todos los asuntos terrenales.

—¡Aquí está la escoba! —Como de costumbre, Yang Batian llevó la escoba de inmediato.

Cuando el Príncipe Heredero y Shang Qingcheng vieron esa escoba, la expresión de sus caras cambió ligeramente. Era como si hubieran perdido su valor un poco. Pero en ese momento, el Príncipe Heredero salió inmediatamente y no hizo caso de la escoba.

—¡Aiyoh! ¡Hay algo extraño hoy! Y pensar que vendrías a buscarme en persona. ¿No tienes miedo de que mi escoba te golpee? —Lin Fan preguntó mientras se reía.

—¡Jeje...! —El Príncipe Heredero reveló una sonrisa extremadamente incómoda.

—Dios, eres aún más feo cuando sonríes que cuando lloras. Pon una cara seria, por favor — comentó Lin Fan.

—¡Sí! —Inmediatamente, la cara del Príncipe Heredero se volvió seria. Entonces miró a Lin Fan con una expresión suplicante.