1 Soledad.

Me desperté esa mañana fría de otoño sin muchas ganas, preparé mi desayuno mientras veía las noticias, luego me tomé una ducha y me vestí para ir a la oficina. El cielo gris y la llovizna tenue en la parada de bus me recordó a un encuentro con una persona hace muchos años con un clima y en un sitio similar lo que me hizo sonreír mientras abordaba el transporte.

Llegue a mi trabajo, me pagaban lo justo para ganarse la vida, por lo menos era día de cobro de salarios y luego de la oficina iría a tomar unas cervezas o whisky, ignore la invitación de los compañeros de trabajo simplemente porque no quería escuchar sus aparentes felices vidas, a veces pensaba si realmente en el fondo eran tan felices como se ven o simplemente hacían lo que mismo que yo ocultando su soledad con una sonrisa.

Al salir de la oficina, me llamó mi madre, preocupada por mí y pidiéndome retomar la Universidad le dije que lo intentaría. Fui a un bar, seguía haciendo frío, encendí un cigarrillo y tomé un trago de whisky mientras miraba el paso de los autos y de la gente, con sus gruesos abrigos, luego me tomé otro trago y me quedé mirando el fondo vacío del vaso pensando en que momento me sentí tan solo, medito y me respondo, ya lo sé, lo recuerdo fue desde aquel día en que nos separamos. Salgo del bar con movimientos pesados tomo el bus y me siento en el fondo y sigo mirando las luces de la ciudad, pensando y sintiendo dolor.

La tristeza me carcome, me pongo a pensar en que debería de hacer con mi vida, que me espera más adelante, me gustaría encontrar a alguien que me diera la respuesta, me he convertido en parte del sistema; comer, trabajar y dormir es mi rutina de todos los días quizás estoy buscando a una persona que me salve de la triste monotonía, nuevamente pienso en ti pero sé que ya es imposible, que la vida ha tomado su rumbo y nos ha separado con la misma fuerza que las dos ramificaciones de un árbol.

Me bajo del bus y abro mi paraguas, me voy cruzando con varias personas que regresan a sus hogares, a todos ellos los veo cubiertos de negro hasta que me cruzo con alguien realmente brillante, mi corazón se detuvo, emocionado porque eras tú y al verte lo supe, lo sabía desde hace tiempo, mi alma seguía buscándote, seguía buscando la alegría que tuvimos hace muchos años pero ya diste vuelta la página, lo confirme en ese momento pues solo yo me di la vuelta a mirar, me dolió pero era lo correcto, te mire mientras te alejabas bajo el paraguas con tu pelo suelto y vi cómo te llevabas nuestros recuerdos de la adolescencia, después de todo ya estabas comprometida e ibas a casarte. Cuando saliste de mi vista mire al cielo y suspire con dolor en el pecho y seguí caminando con destino a mi departamento, bajo mi paraguas, en silencio y acompañado de la triste llovizna de otoño.

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