2 Capitulo 2: Agua Salada (2)

"¡¿chico planeas sumarte a esta increíble aventura? Te prometo riqueza y honor!" dijo Cristóbal con su sombrero de capitán y una sonrisa en su joven rostro, Atlas intuyo que este hombre tenía 27 o 28 años, la voz del hombre se escuchaba algo cansada debido a la innumerable cantidad de veces que había estado gritando e intentando atraer gente a su nave.

"Si señor" respondió Atlas rápidamente

"Hay peligros pero también rique… ¿Qué dijiste?"

"Sí quiero sumarme señor"

"..." Cristóbal no pensaba que nadie accedería este dia al igual que los días anteriores por lo que la respuesta de este joven lo sorprendió "¿sabes que planeamos cruzar la muralla blanca?"

"Si señor"

"¿Cuánto tiempo tienes como marinero?"

"Dos años señor"

"…" Cristóbal pensó que este talvez era un joven que nunca había estado en el mar por lo que no entendía lo que estaban planeando, pero al parecer no fue así "parece que eres un verdadero intrépido, vamos sube a bordo, estás contratado" barcos como este en situaciones normales sería muy estrictos con la contratación, pero Cristóbal estaba desesperado y deseaba cumplir el mínimo de tripulación necesaria para esta misión.

El hombre subió a la nave y tras el Atlas quien se movía con pasos curiosos analizando hasta el más pequeño detalle en el barco "vamos joven déjame mostrarte el resto de la tripulación" dijo Cristóbal Atlas asintió y camino tranquilamente tras el aunque por dentro sentía algo de nervios.

En la cubierta del barco revisando unos planos se encontraba un hombre de mediana edad "este es el primer Oficial Cage" dijo Cristóbal señalándolo desde cierta distancia.

Atlas asintió e intento ignorar las incontables botellas de brandy vacías junto a la mesa del primer oficial y su leve tambaleo, aunque ni siquiera habían zarpado, Además del primer oficial había otro hombre en la cubierta, este hombre era joven y su cuerpo estaba muy bien construido con músculos mostrándose aquí y allá su apariencia no era como la de un marinero si no más bien como la de un buen soldado y aún más cuando afilaba su espada con cuidado en la cubierta.

"Él es Rock es un espadachín elemental que está afiliado a mí, nos dará una mano" explico Cristóbal con simpleza pero Atlas quedo impactado de gran manera.

"¡¿un espadachín elemental?!" pregunto Atlas con emoción.

"Si un espadachín elemental aunque apenas está en la etapa inicial"

"Increíble" los ojos del joven Atlas fueron totalmente atraídos hacía Rock.

Una de las grandes ocupaciones del mundo actual los espadachines elementales eran quienes aprovechaban el elemento en el ambiente gracias al cristal elemental que guardan en su cuerpo condensado el elemento para fortalecer su propio cuerpo y también para hacer movimientos casi irreales, los espadachines elementales eran la base del poder del continente claro esta que hay varios otros modos de tocar el poder pero los guerreros mágicos eran el más común, para convertirse en un espadachín elemental es necesario no solo un cristal elemental sino también una técnica para absorber y circular el elemento en sus cuerpos, cada familia noble tenía que tener una técnica por obligación pero estas eran totalmente celosas con el compartir de sus técnicas tanto así que en algunas familias nobles de bajo rango solo al hijo que iba a heredar el puesto se le enseñaba la técnica, además los espadachines elementales afiliados eran personas a las que los nobles elegían como sus sirvientes y les impartían su técnica y les proporcionaban las casi imposibles de obtener cristal elemental claro todo con un costo un espadachín elemental afiliado tenía su alma atada a la persona que lo afilio y esto hacia que nunca pudieran desobedecerla, traicionarla o lastimarla, la esclavitud era el precio de este poder.

Además de estas personas el resto de los tripulantes eran pobres diablos sin nada a que aferrarse en la vida y solo para un total de 17 tripulantes y hay que saber que incluso un barco pesquero tenía 20 tripulantes como mínimo pero este barco no era un pesquero fácilmente era tres veces más grande y elegante que un barco pesquero, pero aquí estaban solo 17 tripulantes contando al capitán Cristóbal y a su guerrero mágico afiliado.

"¿Cuándo partiremos?" pregunto Atlas

"en una semana" le respondió Cristóbal "ten todo listo"

Atlas asintió rápidamente y cuando Cristóbal se estaba retirando Atlas dijo "¿señor hay algún problema con que me hospede en el barco este tiempo?"

Cristóbal se giró y lo miro unos segundos "¿no tienes familia?" pregunto

"No en Porto señor" dijo Atlas claro que tenía familia pero estaban a varios días de viaje de donde se encontraba ahora y al irse Atlas había prometido que volvería con una carroza elegante, mucho dinero y gente a su servicio incluso había mencionado una posible esposa para cuando regresara y aunque sus padres le insistieron en que nada de eso era importante Atlas no planeaba volver solo con las pocas monedas que llevaba en el bolsillo

"¡entonces bienvenido al intrépido!" le dijo Cristóbal con una sonrisa "Poto lleva al nuevo a una de nuestras habitaciones y explícale sus obligaciones" dijo el capitán mientras hablaba con un hombre gordo de barba sucia que fumaba como una chimenea "si capitán" respondió el hombre rápidamente.

"Sígueme muchacho" le dijo el hombre gordo mientras bajaba por unas escaleras, Atlas lo siguió rápidamente y con emoción.

"¿nombre?" pregunto Poto

"Atlas" respondió el joven.

"ohh, Atlas como el del rey imparable" dijo Poto

"Sí, mi madre sabe leer y siempre amo ese libro" explico Atlas "mi segundo hermano se llama Cornelio" dijo el joven con una sonrisa.

El libro El Rey Imparable era la mayor obra de literatura conocida por los plebeyos, trataba de un joven campesino que se une al ejército de su país con la intención de mejorar la situación de su pobre familia, en su vida el joven pasa por muchas situaciones difíciles como traiciones, engaños, derrotas, humillaciones, prisión, esclavitud, desamor, dolor y tristeza pero aun así cuando ya es un hombre se logra coronar rey de su país y fue renombrado por los dioses como Atlas "el que soporta y supera todo" eso significaba su nombre y fue escrito por el vizconde de Lotania Cornelio Delos.

"Tu madre tiene un muy gran gusto" dijo el hombre con una sonrisa algo fea en su rostro antes de detenerse en una puerta fina en el pasillo "esta será tu habitación, repórtate esta noche para la cena y más instrucciones, si necesitas algo más consíguelo" le dijo el hombre antes de irse.

Atlas se sorprendió pero aun así entro en la habitación y se sorprendió a un más, en la habitación había una cama un escaparate y un escritorio "esto es lo mejor en lo que he estado" dijo el joven con un rostro congelado la madera era fina y una linda ventana se encontraba en el costado reflejando el mar, normalmente en los pesqueros Atlas se quedaba en el sótano del barco con otras veinte personas sudorosas y durmiendo en macas incómodas pero en este barco le ofrecían su propia habitación y de con lujo.

La verdad era que por la carencia de tripulación Cristóbal decidió dejar que los pocos que tenían estuvieran en las habitaciones para viajeros de su bote después de todo no había ningún viajero que deseara ir más allá de la muralla blanca, el tiempo paso rápido y Atlas recibió el puesto de marinero oficial aunque también debía ayudar con la limpieza y con cualquier cosa que se necesitará después de todo estaban cortos de gente.

El 22 de septiembre el Intrépido zarpo de Porto y no hubo nadie para despedirlos todos miraron el barco como si fuera un desperdicio total.

"¡icen todas la velas!" grito el señor Cristóbal parada junto al timón "¡si todo va según lo planeado en diez meses estaremos frente a la muralla blanca!" a pesar del entusiasmo de Cristóbal ninguno más en la tripulación se sentía emocionado de llegar a la muralla blanca por lo que la atmosfera era un poco tenue, la mayoría de la tripulación era fugitivos, fracasados, algunos esclavos y la pequeña minoría era gente con verdadera ansia de aventura y los únicos dos de esta minoría eran Cristóbal y Atlas por lo que con el paso del tiempo se hicieron cercanos ambos.

El tiempo volaba en alta mar por lo que los meses pasaron rápidamente y antes de lo que todos quisieran el intrépido ya estaba frente a la muralla blanca, la atmosfera era mucho más pesada y existía el rumor de que algunos querían tomar el barco y abandonar aquella misión suicida pero ninguno se atrevió a dar un paso al frente después de todo Cristóbal tenía a Rock de su lado quien los vigilaba continuamente, no es como si los espadachines elementales fueran invencibles de hecho Rock solo estaba en la etapa inicial por lo que aunque era mejor que un hombre normal no podría lidear con muchos a la vez, si todos se unieran acabar con él no sería un problema, claro los marineros no sabían esto eran plebeyos comunes y su única interacción con espadachines elementales era cuando el baron Porto salía de la ciudad con su gente, ninguno de ellos había ido a la guerra por lo que nunca vieron a un espadachin elemental en acción, ni siquiera a Rock porque este se la pasaba la gran mayoría del tiempo en su habitación que era más espaciosa que las demás, para ellos los guerreros mágicos eran personas inalcanzables por lo que la idea solo siguió siendo eso una idea.

"¿me llamo capitán?" pregunto Atlas mientras entraba a la oficina de Cristóbal.

"Claro Atlas sigue" lijo el capitán mientras señalaba una silla frente a él.

Atlas asintió y se sentó en silencio él era un chico listo por lo que no tardaba mucho en aprender que comportamientos lo beneficiaban y la mayoría de las veces que el capitán lo llamaba no era por que estuviera buscando una conversación era solo porque quería a alguien que lo escuchara sin responder nada a menos que él lo pidiera, era como si el capitán quisiera hablar solo pero por miedo que se volviera una costumbre llamaba a alguien.

"Te explicaré por qué estoy seguro de que más allá de la muralla blanca hay muchas cosas sin descubrir" dijo Cristóbal y Atlas se sorprendió siempre había sentido curiosidad por la procedencia de seguridad que Cristóbal tenía sobre sus ideas "¿qué has oído de los shura?" pregunto

"shura" respondió Atlas con algo de decepción "son solo leyendas señor, cuentos para niños traviesos, creaturas de piel totalmente negra, cuernos largos y una fuerza colosal con la que se podría acabar todo un ejército me lo contó mi vecina cuando tenía seis" dijo Atlas, era cierto para la gran mayoría de los plebeyos los shura eran solo un mito como el coco o la pata sola.

"Te equivocas los shuras son reales" le dijo Cristóbal y sin darle tiempo a refutar continuo "yo vi uno con mis propios ojos, te lo explicaré como lo sé, hace 800 años mucho antes de que Porto se estableciera las tierras eran gobernadas por el conde Polo Tori, un día sin aviso sus ciudades fueron atacadas por terribles creaturas de color negro con cuernos y un gran poder que podía acabar con ejércitos en ese tiempo las piedras de maná aún no habían sido descubiertas por lo que solo soldados comunes se enfrentaron a estos monstruos, eran poco en cantidad alrededor de 20 describió él pero asolaron a su ejército de 3000 hombres por esto pidió ayuda al reino y gracias a esto con un enorme ejercito de 20000 lograron acabar con las amenazas, el conde se refirió a los monstruos como shuras y así se quedaron, la cosa es que el conde tomo el cuerpo de un shura como trofeo, el tiempo paso y la familia del conde pereció al igual que el castillo, mi bisabuelo Tio Americo encontró las ruinas y el cadáver del shura que al parecer no se descompone también los diarios del conde Polo Tori, desde entonces mi familia los ha guardado como tesoros familiares" explico el hombre "el conde Polo investigo y llego a la conclusión de que los shuras habían venido del mar de más allá de la muralla blanca, por eso estoy seguro de que hay cosas por descubrir tras ella y por eso gaste toda mi heredad en toltes para construir este barco y bueno este escritorio" dijo el chico con orgullo "puede que halla mejor madera pero el toltes flota muy bien" dijo con una sonrisa "puedes irte, mañana a primera hora entraremos en la muralla blanca y será difícil"

Atlas asintió y salió rápidamente de la oficina del capitán cerró la puerta tras él y sus piernas temblaron "este loco nos lleva al nido de las shuras" se dijo para sí mismo hace un segundo no creía en ellos pero si existía la más mínima posibilidad no quería arriesgarse, su sed de aventura se apagó como la flama de una vela al soplar y un gran miedo lo consumió "maldito demente" volvió a gritar "no debí entrar en este barco" luego se maldijo a sí mismo y a todos en esa posada de quinta.

Atlas llego arrastrándose a su habitación y se lanzó a la cama intentando dormir con suerte mañana se sentiría más tranquilo, pero no fue así por que no pudo visitar el palacio común de todos los seres, el sueño, cada segundo fue más tortuoso que el anterior "maldito loco" pensaba dos segundos.

Atlas había venido con la idea de que tal vez detrás de la muralla blanca no hubiera más que más y más agua salada o talvez un abismo pero pudieran regresar o eso esperaba nunca pensó que tal vez del otro lado de la muralla estuviera el nido de las creaturas más terribles de las leyendas y no se exagera en el continente existen muchas creaturas como, Vampiros, Hombres bestia, druidas, orcos, los elfos, los enanos, las bestias y otras más pero ninguna tan aterradora como los shuras o por lo menos eso cuentan sus leyendas y ahora el un marinero común se dirije a lo que posiblemente sería su nido, ni siquiera había un ejército de su lado lo único en el que podía confiar era Rock el espadachin elemental de etapa inicial pero Atlas estaba seguro de que él no sería suficiente.

Pero aunque el joven paso toda la noche intentando idear un plan para asegurar su pellejo no encontró nada, se encontraba a demasiadas lenguas de la tierra incluso si sigilosamente soltaba la balsa de apoyo y remaba en dirección contraria nunca llegaría a tierra "incitar un botín solo terminara con el señor Rock cortándome la cabeza" pensó el joven antes de que la luz caliente del sol entrara por su ventana como una alarma para ponerse de pie "solo me quede rezar a los dioses" se dijo mientras se acomodaba su ropa antes de salir de la habitación.

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