3 Capítulo 3 – Él Y Ella, Conociéndose Cara A Cara.

Translator: Nyoi-Bo Studio Editor: Nyoi-Bo Studio

El proceso de transfusión de sangre fue muy rápido.

La enfermera llevó a cabo un chequeo de rutina y extrajo la sangre.

Sacó la aguja y la instruyó:

—Señorita Nian, luego de donar sangre, es mejor tomar un pequeño descanso antes de irse.

—¿La niña está bien ahora? ¿Puedo ir a verla? —preguntó Nian Xiaomu con preocupación, mientras presionaba la bola de algodón en su brazo.

—Eso… puede que requiera el permiso de la familia del paciente —La enfermera se mordió la lengua y miró incómoda a Nian Xiaomu.

Ella no sabía mucho y sólo había oído que ésta no era una niña normal. No mucho después de haber entrado en la sala de operaciones, un montón de guardaespaldas se habían reunido afuera de la habitación.

—Por cierto, esto es suyo, señorita Nian —la enfermera puso la torta sobre la mesa.

Mirando a la torta enfrente de ella, un destello de luz brilló en la mente de Nian Xiaomu.

¡Oh, no! ¡Cómo podía haberse olvidado de por qué estaba allí!

Nian Xiaomu se puso de pie y se masajeó las sienes para calmar el mareo. Luego tomó la torta y corrió fuera de la habitación.

Al salir corriendo de la sala de flebotomía, y justo cuando estaba por entrar al elevador, una figura alta y ancha apareció de pronto doblando la esquina del pasillo.

Tomado por sorpresa, él se chocó con ella.

—Ah…—Nian Xiaomu perdió el equilibrio y tropezó hacia atrás, resbalando sobre sus pies.

Instintivamente, lanzó las manos hacia adelante para agarrarse de lo que pudiera, y terminó sujetándose de la ropa de la otra persona.

*¡Riiip!*

El sonido de ropa desgarrándose alcanzó sus oídos. Captó un vistazo de esa estoica mirada en los ojos de él y se desplomó en el suelo.

Antes de que pudiese siquiera pedir ayuda a gritos, los labios del hombre se habían presionado contra los de ella...

El aliento desconocido que tocó su rostro estaba lleno de una intensa carga de testosterona… y un aire de perfume a menta.

¿Su primer beso… había sido robado?

La mente de Nian Xiaomu se puso en blanco.

Yu Yuehan nunca había esperado que tal accidente ocurriese mientras iba a ver a su hija. Su expresión helada se oscureció mientras se enderezaba apresuradamente.

Sin dudarlo, se secó los delgados labios con sus dedos. Un gesto de asco pendía en su rostro.

Esa aura formidable sofocó todo el ambiente que los rodeaba.

—Joven amo, ¿se encuentra bien? —El nervioso asistente no podía procesar la escena que se había desarrollado frente a él.

Era muy conocido que su amo nunca se acercaba a ninguna mujer. Pero ahora, una mujer había aparecido de la nada e incluso había besado a su jefe.

—…—Nian Xiaomu se recobró de su estupor al oír esa voz.

Ey, señor, ella era la que había sido tirada al suelo, ¿por qué su amo estaría herido?

Era ella quien se había lastimado...

Nian Xiaomu usó sus manos para estabilizar su cabeza mareada. Conmocionada, se dio cuenta tardíamente de que sus manos estaban vacías.

Giró la cabeza y miró a su lado. Su torta había rodado por el suelo, y la crema de mantequilla estaba desparramada por todos lados.

—¡Mi torta! —Nian Xiaomu sintió un dolor agudo en su corazón y se agachó para levantar la torta.

Ésta estaba ya aplastada de forma irreconocible dentro de la caja, y todo lo que se podía ver eran capas de migajas grasosas.

Cuando alzó la vista de nuevo, la persona que había chocado contra ella estaba intentando alejarse.

—¡Ey, señor, espere un momento! —Nian Xiaomu dejó su torta como estaba y se levantó rápidamente para detenerlo.

Si él no hubiera chocado contra ella tan repentinamente, ella no se hubiese tropezado. Y aún así, él se estaba yendo sin decir una palabra.

Cuando vio el rostro del hombre con claridad, Nian Xiaomu se sintió ligeramente aturdida.

Atractivo… La palabra "atractivo" no podía describir de forma adecuada lo bien que él se veía.

Sin embargo, el aura de esa persona era demasiado fría, como si hubiese emergido de una cámara de hielo.

Cuando los ojos de él la miraron por un breve momento, ella pudo sentir que toda su piel se erizaba.

Al segundo siguiente, ella vio que sus ojos se estrechaban mientras pasaba por su lado caminando.

—Discúlpeme, señorita, nuestro joven amo está presionado por el tiempo. ¿Cuánta compensación necesita? Puedo discutirlo con usted…—El asistente notó que la expresión en la cara de su jefe no era buena, y rápidamente se metió para explicar.

Desde el momento en que había oído que su hija había sido víctima de un accidente de auto, Yu Yuehan había corrido como maníaco hacia el hospital. Pero ahora era abordado por una extraña incluso antes de que pudiese ver si su hija estaba bien.

El asistente tenía mucho miedo de que su jefe matara a alguien.

—¡No quiero dinero, quiero que él se disculpe conmigo!.

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