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La ruta de Moriat

Destellos de luz se filtran suavemente a través de las copas de los árboles, mientras el brillo del sol poniente nubla mi vista más allá del bosque. 

Doy mis últimas pisadas entre las raíces, y al pasar a través de dos troncos una fuerte brisa me invade desde el otro lado, esta trae algunas hojas y pétalos, los cuales pasan por mis costados haciendo que mi túnica se levante. Me cubro los ojos con mis brazos y doy un paso más, saliendo hacia lo desconocido. 

Como un rocío que cae desde las alturas, el cielo levemente baña con un tono cada vez más anaranjado el paisaje. Es de hecho una vista bastante hermosa y puedo ver como el bosque termina abruptamente, comenzando así la pradera de Acedera.

Volteo y observo el camino casi inexistente por el cual atravesé el bosque.

- He llegado bastante lejos... ¡Bien! debo continuar.

Tras tomar un descanso y algo de voluntad, continúo mi camino. En medio de la pradera y a un costado del bosque veo la ruta de Moriat, la cual atraviesa gran parte del país, por lo que sé, inicia en un gran cráter minero y pasa por algunas aldeas hasta llegar a Ágora la capital del Reino Vanrea.

 

***1

 

- Ah… realmente no he avanzado nada.

Con la poca luz que queda, veo un cartel indicando que a solo unas horas está la entrada al cráter, no sé cómo es mi expresión exacta en este momento, pero sin duda refleja mi decepción.

- Pensé que el bosque sería un atajo.

No puedo evitar inclinarme y agarrar mi cabeza por mi error. Luego de un respiro, vuelvo en mí mismo y pienso de manera un poco más positiva.

- Bueno… por lo menos llegué a la ruta, tal vez encuentre una aldea o una posada de paso cerca.

Veo hacia el lado contrario de donde indica la flecha y simplemente continuó como hasta ahora, un paso tras otro.

Mis provisiones para ese viaje se acabaron a mitad del bosque, por suerte conseguí cazar algunos conejos carpinteros, el cuchillo que llevo atado en mi pierna derecha fue de utilidad, lo conseguí junto con un bolso cruzado y una capa verde, la elegí porque la capucha me pareció buena para las lluvias, la tela es algo áspera para mi gusto, pero cubre gran parte de mi cuerpo, y sobre todo, me permite ocultar la espada en mi cintura, que a pesar de toda lógica, está completamente vendada incluyendo su funda, no me gusta la idea de que la vean y mucho menos usarla.

El resto de mis vestidos es solo un conjunto algo gastado, lo último de mi dinero se fue en un chaleco que entre sus hilos hay algunos metales, es resistente pero pesado, de todos modos, esas monedas no sirven en Vanrea, y prefiero proteger mi pecho, por otro lado, aunque las botas de cuero que hacen conjunto con mis guantes solían ser bastante cómodas, a estas alturas puedo sentir su desgaste, por lo que me detuve a sacarlos luego de caminar casi todo el día. Claramente dejé mi capa, mi bolso y la espada a un costado en el suelo para poder sentarme.

- Mis pies están sangrando de nuevo, creo que ahora entiendo a los heraldos de los reyes y la casa Hermes.

Observo las heridas en la planta de mi pie izquierdo mientras cambio el vendaje que lo envuelve.

- Esta venda es la última, espero que dure un poco más.

Me digo a mí mismo algo frustrado. Mientras en el horizonte el sol oculta su rostro dando paso a la noche, miro al cielo y me recuesto en el pastizal que cubre gran parte del paisaje.

Con el caer del sol, la sonrisa y actitud jovial en mi rostro, son disueltas y remplazadas por una fugaz y agónica reflexión.

- Esto… solo oculta las heridas, no las elimina.

Mi mano derecha saca el collar que oculto bajo mi ropa, puedo sentir como la hermosa amatista azul en forma de punta de flecha, destaca sobre todo lo demás, mientras la luz casi desaparece, el fino oro de sus cadenas me genera un gran nudo en mi garganta, y al mismo tiempo, mi mano izquierda se acerca de manera suave a la espada vendada que está a mi costado, acariciándola.

- Aunque… realmente no me duelen los pies.

De manera pausada y suave, mi voz revela mis sentimientos, aprieto fuertemente el collar mientras veo fijamente el cielo sumirse en la oscuridad, la pradera se inunda de un profundo silencio. Si no escuchara mi corazón latir, diría que estoy sordo.

- Yo… ojalá…pudiera…

Antes de que pueda terminar mi deseo, todo es interrumpido. Puedo ver cómo por encima de mí, una luz traspasa el cielo partiendo la noche en dos, y por unos segundos, miles de pequeños destellos marcan su camino. Ante tal acontecimiento mi cuerpo toma vida propia, mis ojos se abren maravillados y me levanto mirando arriba, sin dejar de seguir la luz. 

<<2 ¿Qué fue eso? ¿Una estrella fugaz? >>

El viento de la pradera resucita mientras me pongo de pie, un poco confundido, tomo mis pertenencias y comienzo a seguir el rastro que coincide con la ruta y dirección que he seguido hasta ahora. 

A pesar de no saber exactamente de qué se trata, algo me empuja a seguir, y tras avanzar unos minutos, llegué a la cima de una elevación en el camino, aunque la luz del cielo ya desapareció, la puedo ver claramente gracias a la luna llena que ahora brilla intensamente, más allá en la distancia, hay una posada de paso algo camuflada, realmente cerca comparado con el bosque.

 

***

 

En menos de lo que me di cuenta ya estoy parado en frente de la puerta de la posada, cierro mis ojos, ajusto mi cinto y acomodo la capa. Una vez confirmado lo más básico, abro la puerta y entro.

<< Las posadas de paso pueden ser muy distintas, dependiendo de la ruta y la nación. He escuchado que hay algunas que solo permiten a personas importantes o a cazadores asociados a alguna orden, si es así, tal vez simplemente me echen o en el peor de los casos me tomen como un intruso y me ataquen. >>

No puedo evitar pensar eso mientras entro y observo a mi alrededor, a primera vista no parece ser ese tipo de posada, nadie se ha volteado para verme, tampoco hay guardias.

Observando un poco es algo extraño, hay muchas personas, parece más alguna clase de comedor, está lleno de mesas la mayoría con grupos de 2 hasta 5 personas. 

<< ¡Está increíblemente lleno! >>

Pienso para mí y luego veo una gran mesa que divide al personal de los demás hasta el fondo.

<< Es más grande de lo que parece por fuera. Tal vez tienen habitaciones. >>

Me dirijo hacia la mesa que supongo es la recepción, a su vez parece estar mezclada con un bar, lo que me resulta extraño, normalmente no juntas a gente borracha y a otros que quieren descansar. Pero el olor de las bebidas es evidente, incluso puedo escuchar algunas conversaciones:

- Entonces cuando lo tenía en mis manos me mordió y se escapó.

- Jajaja ¿eres tonto o qué? solo es un caballo.

- ¿Y por qué no lo intentas?

- Lo haré, tengo una estrategia infalible.

 

- Dicen que las vieron cerca de la mina norte.

- Tiene sentido esa parte ya está seca.

- Tomaría el trabajo, pero…

- Sí, yo no me arriesgaría con esas cosas.

 

Entre esos comentarios se destaca una voz femenina.

- ¿Qué se le ofrece?

Una joven del personal se acercó a preguntarme, parece una campesina bastante promedio al igual que la mayoría de personas en este lugar, aunque lleva puesto lo que parece ser una clase de uniforme, un vestido blanco con un delantal verde en frente y un pañuelo en su cabeza.

- ¿Tienen habitaciones?

Respondo sin vacilar, a pesar de llevar semanas sin ver siquiera a otra persona, quiero hacer esto rápido, realmente mi agotamiento está en el punto que no tengo ganas de socializar, además que quiero pasar desapercibido en la medida de lo posible.

- Claro, aunque debe esperar a que prepare todo.

- No hay problema.

- Mientras tanto podemos ofrecerle algo de comida y bebida.

- Estoy bien, no tengo tanto dinero.

- Como guste, le avisaré cuando esté lista.

<< Inesperadamente tienen un muy buen servicio, aunque pensándolo mejor, recuerdo haber visto un camino que se unía a la ruta principal un poco más adelante, por lo que sería un buen punto de descanso para comerciantes y aventureros, lo que significa que probablemente una noche sea cara y en realidad no tengo monedas de Vanrea, tendré que intentar intercambiar algo de lo que traigo en mi bolso. >>

Observando mejor, la gente a mi alrededor es bastante variada, algunos se ven agradables y otros tienen una postura amenazante, en particular hay un grupo armado que mira en mi dirección sin ningún cuidado, lo cual me está comenzando a incomodar.

<< ¿Acaso hay algo raro en lo que llevo puesto? aunque estoy cubriendo la mayoría de mi cuerpo con la capa. >>

Viéndolo de reojo, el sujeto más grande parece estar diciéndole algo a uno de sus compañeros. Para disimular un poco, regreso la mirada hacia el frente donde se encontraba el personal trabajando y me apoyo en la mesa.

- ¡Es muy extraño encontrar a alguien tan llamativo en un lugar como este! ¿no creen?

- …

Al parecer es la voz del grandulón, el cual se acaba de parar. Estoy intentando no mirarlo, sin embargo, la mayoría de las personas aquí seguramente sí lo hicieron, llamarás mucho la atención si gritas de esa manera.

- ¡Oye! ¿por qué no te presentas?

<< ¿Eh? ¿se supone que deba hacer eso? >>

Aunque no fueron palabras que salieron de mi boca, casi le contesto por impulso, la pregunta me dejó bastante confundido.

- ¡No sé de qué lugar vengas, pero aquí se debe saludar y presentarte correctamente cuando entras!

<< Parece que ese sujeto tiene unos modales bastante particulares, ¿Quién entra presentándose en un lugar como este? sin duda sería irritante. >>

- Tch. ¿no me escuchas? ¿acaso tengo que gritarte al oído?

El grandulón hizo un sonido vulgar y ahora puedo escuchar sus pasos acercándose. Me paro recto y ahora dirijo la mirada para verlo directamente, normalmente lo ignoraría hasta que me tocara, pero estoy agotado y ya no tengo paciencia.

Es un sujeto con una armadura de bronce algo gastada, es casi una cabeza más grande que yo y tiene un cabello negro y largo, lleva una espada en su espalda. Sus ojos son aún más afilados que los míos y de color marrón, su mirada está fija en frente. Al tenerlo a solo un paso, me preparo para contraatacar afirmando bien mis pies, pero él extiende su mano hacia arriba de mi hombro izquierdo, y sin agarrarme, procede a apartarme de su camino con su antebrazo…

<< Estaba casi seguro que venía por mí. Entonces ¿a quién le habla? >>

Pensé para mí y al dirigir la mirada hacia atrás veo a su objetivo real. Sentada en una mesa que está en la pared opuesta a la del grupo del sujeto, una chica joven probablemente de 18 o 19 años, es muy hermosa, tiene el cabello de un largo medio y de un color pálido con una leve tonalidad lila, a la izquierda de su rostro cae un mechón atado con un hilo negro.

Lleva un vestido con un sujetador blanco y encima una faja roja, la cual parece extenderse en los costados luego de un cinto dorado, no puedo ver bien su falda, pero parece ser púrpura. 

También lleva una seda translúcida de un tono similar en sus brazos, conectada por tres brazaletes dorados, y en su cabeza una vincha de la que sale una clase de velo de la misma seda, cubriendo la parte trasera de su cabello. 

<< No sé cómo pasó desapercibida cuando entré, pero el sujeto tenía razón, es increíble ver a alguien tan llamativo en una posada. A diferencia de todos los demás, refleja cierta elegancia digna de un noble, su ropa se ve impecable y está… ¿sola? >>

- ¿Me vas a seguir ignorando cuando te estoy hablando a la cara? 

El sujeto le habla directamente a la chica, pero ella simplemente toma su taza, que parece tener alguna clase de bebida hecha con hierbas, y procede a tomar tranquilamente como si el grandulón al lado suyo no existiera.

- ¿Esta cosa es más importante que otra persona?

Perdiendo la paciencia el sujeto toma la taza de la chica y la aparta lejos.

- ¿Sigues sin contestar?

La chica cierra sus ojos y parece susurrar algo en voz baja, no tengo un oído tan agudo, pero probablemente fue algo así como "devuélvela".

- Claro, con gusto.

El sujeto levanta la taza y derrama el líquido en la cabeza de la joven, la cual sigue con sus ojos cerrados, la mayoría diría que está muy calmada a pesar de que su velo está arruinado, pero desde mi ángulo, veo como parece estar apretando sus puños.

- Así es como se aprenden los modales, más te vale no ignorarme la próxima vez.

El Grandulón camina de regreso a su asiento, con un aire de absoluto poder. No lo entiendo muy bien, las personas de las otras mesas simplemente se callaron con el primer grito que dio y cuando comenzó a caminar la mayoría ocultó su rostro, supongo debe ser un aventurero o cazador reconocido, se ve bastante fuerte y al parecer su mesa es de una calidad un poco mejor que las demás.

<< Tengo suerte de que esa chica sea la que llamara toda la atención. >>

Mientras pienso eso me relajo un poco, regreso a mi posición de antes y veo a la chica por curiosidad, tal parece que se está parando y ahora… se está acercando hacia donde estoy yo.

- Deme una botella de esas.

La chica dice señalando lo que parece ser una botella de vidrio pequeña.

- Sí.

Quien atiende el bar se la da. Inmediatamente la chica se percata que la observo, me mira y me pregunta.

- ¿Cuántas monedas de Vanrea llevas contigo?

- ¿Qué?

Estoy algo confundido, esa pregunta vino de la nada.

<< Espero que no esté insinuando que pague por ella. >>

- ¿Cuántas?

- ¿8?

Contesté un número relativamente bajo para que no sospeche, pero mi mirada se desvió de una manera un poco incómoda.

- Pagaré tu estadía si le das en la cabeza.

- Oye oye, estás bromeando ¿verdad?

- Si tuvieras 8 monedas podrías pagar 2 días con comida, te ves agotado y con hambre, pero no has pedido nada.

<< ¡Rayos, tendría que haber dicho tres, la próxima vez primero preguntaré los costes! >>

Mientras Maldigo mi falta de información, la chica me clava su mirada de una manera bastante profunda, por mi parte evito el contacto visual. Llevo mi mano a mi boca para aclarar mi garganta y digo:

- ¿Por qué crees que aceptaré? Aunque no tenga dinero, tampoco tengo energía para pelear.

- Pero cuando pasó cerca de ti estabas a punto de encararlo.

- Eso fue porque pensé que venía por mí.

- Entonces al menos crees que puedes defenderte.

Ella muestra una sonrisa, mientras me acerca la botella.

<< Creo que he caído en su trampa, no sé cómo se dio cuenta de mis intenciones de luchar en ese momento. Necesito una excusa ¿tal vez ir al baño?>>

Mientras yo me preguntaba cómo salir de esta, la chica toma la botella y da un paso atrás. 

- Espera, yo no quise… 

Mi excusa es interrumpida cuando ella apunta hacia el grandulón que está comiendo en su mesa, si bien intenté detenerla, mi suerte no me deja agarrar la botella a tiempo, ahora solo la puedo observar viajar por el aire hasta aterrizar y reventarse en la mesa del sujeto llenando su comida con fragmentos de vidrio. El líquido que se evapora lentamente en forma de humo verde, me indica que era un brebaje de sanación. La loca a mi lado expresa en voz baja:

- Tch. Fallé.

La cara del sujeto se acaba de poner roja y ahora nos mira de manera muy amenazante. 

- Aaah… ¡maldición!

Me digo a mí mismo y por si no fuera suficiente, la joven a mi lado también abre su boca mucho más confiada que al inicio, hace una reverencia levantando los costados de su vestido, y cruzando sus pies de manera agraciada dice:

- Oh disculpe, así es como saludamos en mi tierra natal, considérese honrado.

- ¡Te crees muy graciosa!

El sujeto completamente furioso da un golpe en la mesa, se levanta rápidamente y se acerca a nosotros. Tal parece que ahora estamos solos, la gente a nuestro alrededor se ha apartado como si de un grupo de palomas se tratase.

- Tranquilo, solo ignórala, podría decirse que ahora están a mano.

- ¿Y tú que, vienes con ella?

- … 

<< ¿Por qué la estoy defendiendo? No me digas que realmente ese fue su plan desde el inicio. >>

El grandote me mira desde arriba y parece observar la espada en mi cinto.

- ¿Una espada envuelta? ¡ja!, seguro es una baratija que se rompió a la primera.

El sujeto saca su espada y la clava en el suelo, se acerca a mi rostro y con un aliento bastante desagradable dice:

- Esto es una espada de verdad, ahora apártate gusano.

Tras escuchar eso, ahora soy yo el que aprieta sus puños.

- … Oye, ¿la estadía incluye comida?

Hace tiempo no sentía que mi sangre quemara de esta manera, así que de mi boca salió esa pregunta sin filtro hacia la chica que ahora está parada detrás mío.

- Sí.

Mi mirada no se aparta del sujeto el cual está frunciendo el ceño de manera intimidante.

- Quiero 8 monedas extra.

- Solo si lo noqueas.

No lo vi claramente, ella contestó con un tono bastante serio, pero puedo imaginármela haciendo una pequeña mueca. Al escuchar eso inmediatamente doy 3 pasos hacia la mesa del personal y dejo mi capa, mi bolso y la espada. me doy media vuelta y tomando una postura con mis puños digo de manera presumida:

- No necesitaré esa espada para noquearte.