webnovel

Dos palomas con brazaletes

El viento que me rodea es refrescante, siento como mi brillante y hermoso cabello flamea suavemente. Cerrando mis ojos no puedo evitar pensar.

<< Se siente bien >>

Luego de unos segundos disfrutando la sensación, escucho el sonido de unos aleteos a mi costado. Abriendo nuevamente mis ojos digo.

- Y ustedes ¿Por qué me siguen?

Al ver las palomas blancas que vuelan cerca mío. Pienso en voz alta.

- Se que parezco un ángel, pero lamento decirles que no tengo alas.

Balanceándome sobre mi báculo comienzo a descender, pero las palomas aún me siguen. Al estar un poco más abajo veo que una tiene un brazalete en su pata.

<< ¿Una paloma mensajera? >>

- Es tu día de suerte, tienes la atención de la grandiosa Clare.

Dando un salto me paro en sima de mi báculo, a pesar de estar aún a unos 50 metros del suelo y viajando a una buena velocidad, confío planamente en mis habilidades. Extiendo mi mano y atrapo a la paloma. Luego me volteo y con mi otra mano agarro la otra.

Aún con mis brazos estirados para mantener el equilibrio, desciendo lentamente hasta que mi báculo está a solo unos centímetros del suelo, dando un paso atrás hago que la punta se clave en la tierra, dejando un pequeño rastro y reduciendo así la velocidad. 

- Bien, ¿Qué es lo que traen aquí?

Juntando a ambas palomas con cuidado, consigo calmarlas acariciándolas un poco. Inspeccionando de cerca veo algo que cambia mi expresión a una un tanto decepcionada.

- No hay nada.

Los compartimientos para notas de ambas palomas están vacíos.

- ¿Quién manda palomas sin un mensaje? ¿O acaso Ambas palomas lo perdieron?

Viendo a ambas palomas de cerca intento adivinar sus pensamientos. Luego mirando hacia arriba comienzo a caminar de un lado a otro.

- La dirección es desde Ágora hacia Mytria o… Marte. 

Una sonrisa se dibuja en mi rostro. Me agacho y dejo a las palomas en el suelo, pero no se mueven en lo más mínimo de su lugar. Girando sus cabezas me ven fijamente.

- Bueno, ya que están cautivadas por mi belleza, les pediré un favor.

Metiendo una mano en mi bolso saco mi única pista y digo:

- ¿Pueden encontrar al dueño de esto?

Sostengo la cola quebrada de una flecha, sus plumas son negras y tiene un hilo rojo atado. Las palomas lo ven fijamente sin reaccionar.

- Haaa, mi contrato no me permite hablar con animales. ¿Había un contrato así?

Suspiro y me levanto. Mientras observo la cola de la flecha reflexiono. 

<< Llevo días buscando a los Martenses que el Duque Angus me solicitó, y no me darán la audiencia con el Príncipe hasta que los encuentre. Mi única pista es que a mitad de camino encontré un carruaje con una gran jaula rota y esta cola de flecha, pero no había ningún rastro de hacia donde fueron. Pensé que los tenía cuando me topé con uno ese día en la posada, pero solo era un viajero. >>

Pensativa me doy cuenta de algo:

- ¿Como dijo que se llamaba?

Regresando mi vista hacia las palomas dije:

- Bueno, no es importante, dudo que lo vea otra vez.

Como de costumbre, comencé a jugar con mi mechón de cabello y me dije a mi misma:

- Sí, suave como siempre, aunque debería lavarlo un poco…

Una frase de ese sujeto cruzó mi mente:

 "La ruta de Moriat es larga, y aunque está bien cuidada, es imposible que tu ropa esté tan impecable luego de recorrerla"

Inmediatamente observo mi báculo y luego a las palomas. No puedo evitar sonreír al decir:

- Los Martenses no pueden volar ¿cierto?

Rápidamente escribí una nota y la coloqué en una de las palomas, curiosamente la que tenía la nota regresó a Ágora y la otra continuó su ruta original.

 

***

 

Llegué a mi destino luego de un tiempo y todo seguía igual. La jaula rota a un costado del camino inmediatamente al lado del inició de un bosque. Mientras me acerco pienso.

<< ¿Como le hacen un grupo de Martenses para moverse sin dejar rastro? Ninguno puede volar como yo, asique la única opción que queda es esta.>>

Levanto mi báculo y apunto a la jaula.

- Tauro

Respondiendo a mi llamado una onda expansiva, con la forma de un círculo perfecto, salió desde la punta de mi báculo y empujó al carruaje que estaba unido a la jaula, rompiéndolo aún más en el proceso.

- Como esperaba. 

Debajo de donde estaba la jaula Estaba lo que quedaba de una fogata con una gran cantidad de cenizas.

- Son muchas para ser una simple fogata.

Me agacho y entre los restos hay un pequeño brillo. Extiendo mi mano y saco lo que parece ser un pequeño amuleto metálico con forma de cruz.

- Un muñeco maldito, cuando se autodestruye tiene un efecto que borra rastros, pero si está mal hecho su núcleo queda intacto, eso explica la falta de pistas de los Martenses.

Me levanto y observo la gran jaula y luego veo hacia el bosque cercano. Mientras avanzo me digo:

- No sé qué es lo que llevaban, pero si escapó seguramente lo hizo por el bosque. La primera vez que vine no me adentré porque no quería ensuciarme o que mi ropa se rompa con las ramas.

Adentro del bosque puedo ver algunos árboles con marcas o inclinados, como si algo muy grande los empujara para abrirse paso. Adentrándome un poco más veo en el suelo, cerca de uno de estos árboles, la cola de una flecha, sus plumas son negras y tiene un hilo rojo atado. 

- Mi único problema ahora es ¿Qué pasa con estas flechas? Si no querían dejar rastros ¿Por qué siguen aquí?

Dándome vuelta veo hacia la jaula y llevando mi mano hacia mi mechón de cabello continúo con mi monologo.

- Ha pasado una semana desde que los vieron entrar a Vanrea. Que perdida de mi tiempo. Probablemente a estas alturas ya llegaron a su destino.

Recordando como las palomas que encontré se separaban. Suelto mi cabello y me digo con un tono sarcástico:

- Eso o regresaron llorando porque perdieron su…

Llevo mi mano a mi cara y decepcionada digo:

- Si pierdes tu paquete, el dueño se enojará verdad.

Regresando de vuelta al camino saco mi conclusión:

<< Desde que los vieron hasta que encontré el carruaje pasaron 5 días. Las flechas me dicen que le dispararon a lo que traían cuando se escapaba, pero no funcionó, viendo la jaula rota se dieron por vencidos. Llegar sin nada a su destino no era opción asique regresaron sobre sus pasos, no sin antes hacer un muñeco maldito improvisado para confundir. Han pasado otros 5 días. Suponiendo que sin su carga van un poco más rápido, deberían estar terminando de cruzar la frontera en donde los vieron. O en otras palabras >>

- Los tengo.

Al reconocer mi increíble intelecto no puedo evitar sonreír. Mientras giro mi báculo las llamas de Ares se manifiestan. Me preparo para mi lanzamiento y digo:

- Transporte.