35 Capítulo 35: El genio regordete

Translator: Nyoi-Bo Studio Editor: Nyoi-Bo Studio

Antes de que Wentian Qin se adentrara en el Bosque Oscuro, ya sabía que existía la posibilidad de que sus enemigos lo estuvieran esperando. Sin embargo, como Mustang no se había opuesto, suponía que Mustang quería usar esta expedición para templarle.

«Ahora mismo, mi nivel de cultivo está en el octavo nivel del Reino de Refinamiento del Cuerpo y poseo la fuerza de un centenar de toros. Todavía debería ser capaz de enfrentarme a cultivadores de primer nivel que estén en el Reino de la Circulación Arterial. Sin embargo, no sé si sería capaz de derrotar a cultivadores marciales estelares del Reino de la Circulación Arterial que poseen Almas Astrales terroríficas» pensó Wentian Qin en silencio. Entonces, susurró:

—Fan Le, será mejor que nos separemos. Tengo enemigos que planean tenderme una emboscada en este Bosque Oscuro.

Bajo la tenue luz de las chispas encendidas, la mirada del regordete se posó en Wentian Qin. Sus ojos brillaron con una luz extraña cuando sonrió y dijo:

—Yo soy un genio supremo entre toda esta tropa de aspirantes. ¿Cómo voy a abandonar a mi propio compañero? No te preocupes, aunque ya estemos en el Bosque Oscuro, dudo que tus enemigos se atrevan a atacarte mientras todavía estamos en la zona peligrosa —le aseguró Fan Le—. Vámonos, hay luz ahí delante. Parece que hay una zona vacía.

—De acuerdo.

La personalidad de Wentian Qin era dejarse llevar. A pesar de que el carácter de Fan Le parecía un tanto vulgar, en el fondo era una buena persona.

Ante ellos se abría un espacio ancho y el paisaje se inclinaba levemente como una pendiente montañosa suave. Ya había varios más que habían levantado tiendas sencillas y se preparaban para descansar.

—¡Wentian Qin! —una voz llena de sorpresa le llamó.

Wentian Qin volvió la vista en la dirección de la que procedía la voz y en su rostro se dibujó una sonrisa. Nunca hubiera pensado que iba a encontrarse con un rostro familiar aquí.

— Yan Liu, ¿qué estás haciendo aquí?

Wentian Qin avanzó. Todavía creía que Yan Liu era la persona que le había salvado la vida.

—Estoy participando en el examen para unirme a la Academia del Viento Divino. Bueno, venga, extingue tu luz y ven a sentarte en la tienda. La luz podría atraer la atención de bestias demoníacas —lo reprendió Yan Liu.

Dentro de la tienda, además de Yan Liu había dos otros jóvenes. Uno era su hermano, Yue Liu. El otro era su amigo, Zufan.

—Yan Liu, ¿por qué has invitado a extraños? —Yue Liu frunció el ceño mientras que una expresión de descontento aparecía en el rostro de Zufan.

—Hermano, esta persona es la que conocimos en la región boscosa a las afueras de Ciudad de Armonía Celestial. Se llama Wentian Qin —contestó Yan Liu.

Miró a Wentian Qin antes de preguntar:

—Cierto, ¿por qué has entrado tú en el Bosque Oscuro? ¿También estás participando en la expedición de entrenamiento?

—Somos aspirantes para la Academia Estrella del Emperador. —Fan Le se estiró la ropa mientras avanzaba hacia adelante y estiró el brazo—. Bella señorita, espero que estéis bien. Me llamo Fan Le y soy de la Academia Estrella del Emperador.

—La Academia Estrella del Emperador.

Los preciosos ojos de Yan Liu refulgieron mientras también ella extendía el brazo para estrecharle la mano a Fan Le.

—Yan Liu, eres tan bonita como talentosa. Qué excepcional —dijo Fan Le.

Yan Liu sonrió mientras trataba de retirar la mano, pero Fan Le parecía no tener intenciones de soltársela.

—¿Te pertenece esta tienda? Seguro que todos tienen experiencia como aventureros. ¿Eres amiga de Wentian Qin? Es mi mejor amigo. ¡Lo que significa que también somos amigos!

A Wentian Qin casi se le salían los ojos de las órbitas, mudo de asombro, mientras contemplaba cómo Fan Le continuaba balbuciendo tonterías sin soltar a Yan Liu. Este tío era todo un personaje. Yan Liu se sonrojó. Cuando por fin logró retirar la mano con dificultad, se encontró con los ojos de Wentian Qin.

—No le conozco —dijo Wentian Qin mientras el sudor frío le recorría la espalda. Le daba vergüenza ajena.

—Y como nos hemos conocido por casualidad con ustedes dos, casi que también podemos considerar que somos amigos. Aunque esto es una simple tienda, estáis invitados a compartirla con nosotros y pasar aquí la noche.

Yue Liu se acercó mientras sonreía a Wentian Qin y a Fan Le.

—Cierto es, cierto es. Entonces haremos lo que decías en vez de ir a la ceremonia. Aceptaremos la invitación —aceptó entusiasmado Fan Le mientras Wentian Qin se mantenía a un lado, atónito.

—Yan Liu, Fan Le, voy a ir a dar un paseo. Pueden ir charlando.

Wentian Qin sonrió mientras salía de la tienda.

—Menudo tío. —Fan Le fulminó con la mirada a Wentian Qin antes de decirle a Yan Liu—: Nos vemos luego pues, Yan Liu.

Cuando alcanzó a Wentian Qin, le preguntó:

—¿Qué ha ocurrido? ¿No te gusta Yan Liu?

—No. Aunque su personalidad no está mal, sus compañeros no parecían recibirnos con los brazos abiertos. ¿Por qué nos íbamos a quedar más de lo necesario? —comentó Wentian Qin.

Fan Le también deducía que era evidente que ellos no les gustaban a los dos compañeros de Yan Liu. Cuando había dicho que tanto Wentian Qin y él eran de la Academia Estrella del Emperador las actitudes de Yue Liu y Zufan habían cambiado.

—En cualquier caso, todavía percibo auras asesinas escondidas aquí fuera que me vigilan. Lo que ahora necesito es aumentar la fuerza rápidamente. ¿Cómo podría decepcionarles?

Wentian Qin curvó los labios en una sonrisa gélida, lo que hizo que la expresión de Fan Le se quedara petrificada. Esa sonrisilla en el rostro de Wentian Qin era gélida y penetrante, como si tuviera colmillos.

—De acuerdo, de acuerdo, deja que el mayor genio de la Academia Estrella del Emperador también juegue con ellos. —Los labios de Fan Le se ensancharon en una sonrisa.

Wentian Qin ignoró la fanfarronada de Fan Le y se encaminó hacia un árbol que parecía centenario y se sentó con las piernas cruzadas. Cerró los ojos para prepararse para cultivar. Al cabo de unos segundos, su cuerpo empezó a emitir chasquidos y crujidos, parecidos al rugir de las olas en un mar embravecido.

Fan Le entrecerró los ojos. Qué técnica tan tiránica. No importaba. Había llegado el momento de demostrarle su valía. Su cuerpo titiló cuando Fan Le se echó hacia delante, hacia el corazón del Bosque Oscuro.

Bañado por la luz de las estrellas, Wentian Qin parecía estar en paz. Pero dentro de su cuerpo, su energía astral fluía y resonaba con la luz de las estrellas que caía en cascada sobre él. La fuerza tiránica lo azotaba en su interior, refinaba sus órganos internos igual que sus Meridianos Estelares y no dejaba de perfeccionar su cuerpo.

Al día siguiente, antes de que rompiera el alba, los aspirantes ya estaban en marcha. Wentian Qin abrió los ojos y vio que el regordete, Fan Le, yacía a su lado con un nuevo arco y unas cuantas flechas entre las manos.

—Gordito, ha llegado el momento de partir —le pinchó Wentian Qin.

Fan Le se frotó los ojos adormilados mientras bostezaba y luego le sonrió.

—¿Cómo has conseguido hacer el arco y las flechas? —le preguntó Wentian Qin con un tono impregnado de curiosidad.

A pesar de que parecían rudimentarios, daban la sensación de ser extremadamente afilados.

—He talado unos cuantos árboles centenarios y he matado unas cuantas bestias demoníacas —contestó Fan Le con toda tranquilidad—. Vámonos.

—Ya, claro.

Las miradas de ambos dos jóvenes se encontraron antes de que se estiraran y se afanaran a adentrarse en el Bosque Oscuro. Su velocidad era como el viento feroz y en un abrir y cerrar de ojos, sus siluetas habían desaparecido.

Al cabo de poco, una hilera de jóvenes se les echó encima. Lo sorprendente era que Orfon, de la Academia Estrella del Emperador se encontraba entre ellos, junto a otros jóvenes de otras academias marciales.

—¡A por ellos! ¡Podemos actuar después de salir de la zona de seguridad! —gritó Orfon con frialdad mientras el grupo echaba a correr tras Fan Le y Wentian Qin, como un leopardo que persigue a su presa siguiendo sus mismos pasos.

—¡Vaya, Gordito, de verdad puedes correr rápido!

Mientras los primeros rayos del alba aparecían, Wentian Qin vio cómo Fan Le, que corría a su lado, se movía como una pantera ágil en la jungla. Su sobrepeso no parecía afectarle de ninguna forma. Los movimientos de Fan Le eran ágiles y coordinados a la perfección, lo que sin querer hizo que Wentian Qin se lo quedara mirando maravillado.

—Bueno, es que soy un genio —fanfarroneó Fan Le.

Wentian Qin se rio y miró a Fan Le, que añadió:

—Hay seis personas en total persiguiéndonos. Está Orfon, que se encuentra en el segundo nivel del Reino de la Circulación Arterial. Además, hay otro muchacho que está en el primer nivel del Reino de la Circulación Arterial y cuatro más que están en el Reino del Refinamiento del Cuerpo. Será un tanto complicado luchar contra ellos. Hagamos que gasten primero su energía —dijo Fan Le y los ojos de Wentian Qin refulgieron con un brillo peculiar.

El regordete este era capaz de deducir el nivel de cultivo de alguien con mucha facilidad. ¿Sería verdad que era un genio?

—Hay alguien ahí delante —informó Wentian Qin con los ojos clavados en una zona espaciosa, allá en la distancia, ante ellos.

—Es gente de la Academia Real. El que los lidera es Zhan Ye. He visto cómo hacía el examen en la Academia Real. Su nivel de cultivo debe de estar en el segundo nivel del Reino de la Circulación Arterial. Incluso puedo percibir sus intenciones asesinas desde esta distancia. ¿A quién has provocado? Venga, cambiemos de dirección.

En cuanto lo hubo dicho, Fan Le dobló a la izquierda. Wentian Qin le siguió enseguida, sin duda. Con la intención de matarle, el Clan Ye había movilizado a todas las tropas, no habían escatimado esfuerzos. El poder y la autoridad que empuñaban en la Capital Real no tenía parangón. Si Wentian no se hubiera unido a la Academia Estrella del Emperador, ya habría muerto de forma abrupta por razones desconocidas.

El maestro Mustang le había planteado una prueba realmente complicada. Pero bueno, ¿y qué? ¿Acaso no se estaba llevando un gran amigo de esta odisea?

—Fan Le, muchas gracias —dijo Wentian Qin mientras corrían.

—No tengas envidia. Este gordito, o sea, yo, tengo tanto talento que hago sombra hasta a las nubes. En el futuro, si hay chicas guapas en las que no tengas ningún interés, por favor, acuérdate de recomendarles tu hermano regordete —sonrió Fan Le.

Sus perseguidores les seguían la pista sin cesar. Al cabo de una hora, se habían adentrado tanto en el corazón del Bosque Oscuro que había rastros de bestias demoníacas por doquier.

—Todavía hay cuatro personas que nos persiguen. Gordito, ¿qué nivel de cultivo tienen? —preguntó Wentian Qin.

—Está Orfon, ese otro que está en el primer nivel del Reino de la Circulación Arterial y también dos que están en el Reino del Refinamiento del Cuerpo. ¿Quieres enfrentarte a ellos? —le preguntó Fan Le.

—Venga —respondió decidido Wentian Qin.

Se detuvo y vio que Fan Le había canalizado la energía astral hacia sus pies. El Gordito pisó fuerte el suelo antes de dar un salto por el aire y aterrizar sobre un árbol gigante. Sonrió y le dijo a Wentian Qin:

—Déjame dirigir la lucha mientras tú te dedicas a matar. Primero ve a por los que están en el Reino del Refinamiento del Cuerpo.

—De acuerdo, lo haremos a tu manera.

Por razones desconocidas, Wentian Qin sentía que podía confiarle la vida a ese regordete vulgar. Sus pasos se solidificaron mientras se volvía y se preparaba para enfrentarse a sus perseguidores.

Orfon y sus secuaces, al ver que Wentian Qin se había detenido, redujeron la marcha. Igual que serpientes venenosas, sus miradas estaban clavadas en Wentian Qin y no disimulaban sus intenciones asesinas. Los cuatro se abrieron en abanico mientras se acercaban a Wentian Qin.

—Entonces, esta vez, ¿cuánta fuerza ha movilizado el Clan Ye solo para matarme? —Wentian Qin dirigió su pregunta a Orfon.

—¿El Clan Ye? Hay muchísima gente que quiere matarte a ti y a tu segundo tío lisiado. ¿Cómo se atreve a rebelarse? Solo es cuestión de tiempo que su cabeza termine en la tabla de cortar. Wu Qin y Chuan Qin ya están detenidos y encerrados en la Prisión Letal del Castillo Negro

Orfon se rio con frialdad mientras gesticulaba y les indicaba a sus esbirros que se echaran sobre Wentian Qin desde tres direcciones distintas, lo que revelaba su deseo de matarle.

¡Fiu!

De pronto, desde la espalda de Wentian Qin, una flecha incomparablemente afilada hendió el aire a una velocidad aterradora. Tan rápida como la luz, se dirigió directa a Orfon.

—A tu izquierda —le indicó la voz de Fan Le.

Wentian Qin arremetió de inmediato a su izquierda, contra un cultivador del Reino del Refinamiento del Cuerpo.

¡Fiu! ¡Fiu! ¡Fiu!

Las flechas atravesaban el aire sin parar, dirigidas a los otros tres cultivadores y dejando solo al que quedaba para Wentian Qin.

—Quebrar.

Orfon desató su Alma Astral de tipo lancero. La luz astral resplandeciente se unió a la larga lanza que llevaba y se dirigió hacia la dirección de la que procedían las flechas. Sin embargo, la flecha que Fan Le había disparado parecía tener vida propia. Su trayectoria era errática e incluso cambió de dirección varias veces, eludió la larga lanza de Orfon antes de dirigirse directa al centro de su frente.

—Pero ¿qué demonios…?

La expresión de Orfon sufrió un cambio drástico cuando su palma izquierda explotó hacia delante de pronto con una fuerza hercúlea mientras su cuerpo se retraía enseguida y esquivaba la flecha por los pelos. A pesar de sus precauciones, la flecha consiguió atravesarle la palma y le hizo sangrar, de modo que el suelo se tiñó de carmesí.

—¿Una flecha que es capaz de cambiar de dirección?

No solo Orfon se encontraba en este aprieto. Sus otros dos esbirros también se encontraban en la misma situación. Y no solo eso, uno de los cultivadores del Reino de Refinamiento del Cuerpo había muerto en el acto. La flecha le había dado de lleno entre ceja y ceja.

Incluso antes de que las flechas entraran en contacto con los tres, Wentian Qin había liberado un golpe parecido al rugido de un dragón embravecido contra el otro cultivador del Reino del Refinamiento del Cuerpo. El otro cultivador, que se negaba a echarse atrás, se la devolvió con un puñetazo. Pero en cuanto asestó el puñetazo, el cultivador se arrepintió al instante. La fuerza que contenía ese golpe no podía medirse con la fuerza de Wentian Qin.

Resonó el sonido de huesos que se rompían cuando el Puñetazo de Sumisión del Dragón de Wentian Qin atravesó el cultivador como un cuchillo caliente atraviesa la mantequilla. Su oponente no había tenido tiempo siquiera de liberar su Alma Astral antes de que su cuerpo terminara destrozado debido a la presión del puñetazo.

Y así, en unos segundos, Wentian Qin y Fan Le habían matado a dos de sus perseguidores.

Capítulo 36. ¡Deja que el poder de la juventud explote!

Wentian Qin giró sobre sus talones para echar un vistazo a su alrededor y vio que Fan Le

Medallón de Jade de la Estrella del Emperador

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