2 Capítulo 2: Pagar la gratitud con enemistad

Translator: Nyoi-Bo Studio Editor: Nyoi-Bo Studio

El aire de la mañana era fresco y despejado. Wentian Qin, después de haber meditado durante toda la noche, tenía la mente despejada y se sentía vigorizado. Como consecuencia de no haber absorbido el Yuan Qi de los Cielos y la Tierra, su cuerpo estaba bastante débil. Por lo tanto, Wentian Qin iba a correr cada mañana, es decir, usaba el método más antiguo y original de técnica de preparación del cuerpo con el objetivo de fortalecer su cuerpo. Todo miembro del Clan Bai veía qué hacía a diario y aunque al principio sentían que este tipo de método de entrenamiento era sumamente extraño, poco a poco todo el mundo se había acostumbrado.

Con los meridianos inutilizados, era imposible que el joven señor político pudiera cultivar siquiera las formas más básicas de las artes de cultivo marcial, de modo que parecía que esperara templar su cuerpo gracias al método de correr para penetrar en el primer nivel del Reino del Refinamiento del Cuerpo.

Era una estupidez, y como resultado, todos los miembros del Clan Bai despreciaban a Wentian Qin. Si no fuera por su buena fortuna de ser el joven señor del Clan Qin, el líder del Clan Bai nunca hubiese escogido al joven señor político para casarse con Nieves de Otoño.

—He oído que la señorita mayor se abrió camino y se convirtió en una Cultivadora Marcial Estelar ayer por la noche, me pregunto si el compromiso de bodas se mantiene en pie todavía.

Unas cuantas voces, que pertenecían a sirvientes del Clan Bai, estaban discutiendo a hurtadillas mientras observaban cómo Wentian Qin seguía su régimen de correr.

—Sí, he oído que ayer por la noche, el señor del clan reunió a los ancianos para una reunión urgente con la intención de anunciar la buena nueva por toda la ciudad. ¡Se dice que la señorita mayor Nieves de Otoño ha conseguido forjar un vínculo innato con una constelación de la tercera Capa Celestial! Incluso entre los Cultivadores Marciales Estelares, se la podría considerar una genio de máximo nivel.

—Sí, estoy de acuerdo. Los humanos tienen una puerta astral dentro de sí mismos de forma natural que puede usarse para guardar un Alma Astral. Pero si uno no tiene talento, es imposible que se condense un Alma Astral y aun así la señorita mayor ha sido capaz de percibir las constelaciones de la Tercera Capa Celestial. En el futuro, cuando llegue al Noveno Nivel del Reino del Refinamiento del Cuerpo y se adentre en el Reino de la Circulación Arterial, podrá abrir otra Puerta Astral, que podrá ayudarla fácilmente a condensar una segunda Alma Astral. Como mínimo, debería condensarla de la tercera Capa Celestial. Qué miedo. No me atrevo a imaginar qué nivel de poder tendrá si abriera más Puertas Astrales.

—Y no solo eso, un Alma Astral que ha sido condensada de la Tercera Capa Celestial contiene una cantidad de energía inmensa comparada con las Almas Astrales condensadas de la primera capa celestial. Todo parece indicar que ese pobretón desaparecerá pronto del mapa.

Lo que no sabían estos sirvientes era que, a pesar de decirlo en voz baja, Wentian Qin lo había entendido de todos modos. Wentian Qin había meditado durante muchos años y, por tanto, sus habilidades sensoriales eran muy poderosas, mucho más que las de un humano normal. Incluso era capaz de oír y diferenciar las mínimas variaciones en los tonos de voz. Sin embargo, Wentian Qin no se tomó en serio los rumores que compartían esos sirvientes. Conocía a Nieves de Otoño desde hacía tres años y había tenido interacciones privadas con ella a diario. Ambos habían llegado a una relación parecida a una de parentesco. Incluso si Nieves de Otoño no le quería, no importaba, ya que los dos clanes a los que pertenecían iban a zanjar la cuestión fácilmente con un algo de debate. No le importaba si el matrimonio fracasaba y no se perpetraba, ya que hacía tiempo que quería a Nieves de Otoño como a una hermana.

«Dentro de siete días será la fiesta de cumpleaños del Tío Bai, que cumple 50, y debería condensar mi Alma Astral en ese mismo día, así podría considerarse un obsequio para Tío Bai».

Wentian Qin sonrió cuando se imaginó la situación: todo el mundo creía que él no podía cultivar debido a sus meridianos inutilizados, pero lo que no sabían es que había sido el Tío Negro quien le había ordenado que ¡inutilizara sus propios meridianos! Wentian Qin no había cuestionado ni por un segundo las palabras de su Tío Negro, y al usar los métodos que el Tío Negro le había enseñado, había ayudado a Nieves de Otoño a condensar su Alma Astral. Con todo, la personalidad del Tío Negro era excéntrica y le había prohibido terminantemente a Wentian Qin mencionar su existencia a otros.

Wentian Qin redujo la marcha cuando, sin darse cuenta, llegó al patio de la residencia de Canción-Qing Bai.

—Wentian. —Una voz se acercó y la silueta de Canción-Qing apareció. Lo miró antes de preguntarle—: ¿Ya vuelves a estar corriendo?

—Eh…—Wentian Qin asintió—. ¿Cómo está Nieves de Otoño? Me gustaría hacerle una visita.

—Wentian, incluso si no eres capaz de cultivar, no importa. No te exijas demasiado.

Canción-Qing Bai no respondió la pregunta de Wentian Qin, lo que conmocionó a Wentian Qin unos instantes, pero se serenó y contestó:

—Me esforzaré más.

—No es necesario que te fuerces. De hecho, ser un humano normal, crear una familia y llevar una vida en paz es una muy buena opción también —continuó Canción-Qing Bai, lo que hizo que Wentian Qin se quedara petrificado.

Acto seguido, miró a Canción-Qing Bai, ya que lo embargaba la sensación de que estaba hablando con alguien que no conocía.

—De acuerdo. —Wentian Qin forzó una sonrisa y añadió—: Tío Bai, me voy a ir ahora.

—De acuerdo, procura no correr por aquí durante unos cuantos días —dijo suavemente Canción-Qing Bai.

Después de que Wentian Qin se marchara, este no se encontró con Canción-Qing Bai ni con Nieves de Otoño durante dos días, mientras la nueva sobre que Nieves de Otoño había sido capaz de condensar un Alma Astral se propagaba por toda la Ciudad de Armonía Celestial.

Cuando llegó el tercer día, Wentian Qin había completado su meditación y todavía era por la mañana. Al salir a pasear, se dio cuenta de que había dos guardias que le impedían pasar. En ese momento, el corazón se le cayó a los pies y la expresión se le volvió glacial antes de decir:

—¿Qué quiere decir esto?

—Hay mucho caos fuera. El Joven señor Qin es mejor que se quede aquí, en paz, durante los próximos días —respondió con frialdad uno de los guardias mientras a Wentian Qin el corazón se le caía aún más si cabe. ´

Antes, todos los miembros del Clan Bai lo saludaban con el respeto que se debía a un joven señor político, pero ahora este guardia se había atrevido a usar un tono de voz gélido mientras hablaba con él.

Lo que le preocupaba a Wentian Qin no era el título de joven señor político, sino la actitud que había tras las palabras que le dirigían.

—¿Qué ha ocurrido?

Wentian Qin tuvo un escalofrío repentino. Desde que había ayudado a Nieves de Otoño a condensar su Alma Astral, había notado que todo se había vuelto patas arriba.

—Es mejor que el joven señor Qin se ocupe de sus cosas, sea obediente y se quede dentro de su residencia.

—¡Cómo te atreves! —lo vilipendió Wentian Qin—. ¡Quiero ver a Tío Bai!

Uno de los guardias se echó a reír con frialdad y fulminó a Wentian Qin con la mirada antes de decir:

—Muchachito, te lo repetiré otra vez: será mejor que te quedes en tu residencia. ¿En serio te creías que eras nuestro joven señor político?

A Wentian Qin el corazón se le había caído tan abajo, que había sobrepasado el nivel de los pies. No era tonto, ¿cómo no había adivinado lo que estaba ocurriendo? Ahora estaba encerrado, y cuando recordó las palabras del Tío Bai hacía unas cuantas noches, supo que el Clan Bai quería romper el compromiso de matrimonio.

«Tío Bai, si querías anular el compromiso, podrías haber hablado conmigo directamente» pensó Wentian Qin para sí, mientras notaba que se le partía el corazón. ¿Era posible que las interacciones que había tenido con el Clan Bai durante los últimos tres años no habían sido más que una pantomima?

Wentian Qin sabía que la única razón por la que el Clan Bai estaba dispuesto a acordar un matrimonio con él hacía tres años había sido porque querían adoptar la fuerza del Clan Qin. Pero pensar que el Clan Bai se atrevería a actuar así ahora…

—¡Que te calles! —Se oyó una voz cargada de reproche y Wentian Qin se volvió para ver que Qing Bai corría hacia él y lo metía de nuevo en la residencia.

—Wentian gege. —Los ojos de Qing Bai estaban rojos y llenos de lágrimas cuando esta miró a Wentian Qin—: Wentian gege, mi Clan Bai te ha fallado.

—No lo entiendo. —Wentian Qin dijo—: Qing, quiero ver a tu padre. Si no quiere que se lleve a cabo la boda, le puedo pedir a mi padre adoptivo que discuta con él los términos de la anulación del compromiso con él. Yo, Wentian Qin, nunca obligaría a alguien a hacer algo que no quiera hacer.

—Wentian gege, mi padre… El Clan Bai… Puede que quiera matarte.

Las lágrimas le corrían por las mejillas y se le rompió la voz. La voz de Qing Bai parecía una tormenta que llegó directa al corazón de Wentian Qin y le hizo quedar estupefacto.

—¿Matarme? ¿Por qué? —No entendía nada.

—No preguntes por qué, Wentian gege, es mejor que te vayas pronto —le imploró llorando Qing Bai.

Wentian Qin la contempló durante un momento antes de decir:

—Pero si ya estoy encerrado, ¿cómo puedo irme?

—Te he preparado un rápido corcel en la puerta trasera. Solo tienes que tomarme como rehén e irte. —Qing Bai sacó una daga y se la dio a Wentian Qin mientras le hacía gestos para que se acercara.

—Señor del Clan.

Les llegó una voz procedente del exterior de la residencia donde estaba encerrado Wentian Qin, además del sonido de muchos pasos, lo que hizo que el rostro de Qing Bai se tornara pálido de miedo.

—Wentian gege, espabila.

—Qing, dime por qué. —Los ojos de Wentian Qin contemplaron con aire resuelto a Qing Bai mientras pronunciaba despacio cada palabra.

Qing Bai anunció con prisas:

—Después de que mi hermana mayor se convirtiera en una genio, esa misma noche, la noticia ya se había extendido por todo el país de Chu y, al final, el Clan Ye de la Ciudad Real expresaron su interés en acordar un matrimonio.

—El Clan Ye de la Ciudad Real. —La frialdad del corazón de Wentian Qin aumentó de intensidad unos grados más—. Son enemigos declarados del Clan Qin, así que el Clan Bai quiere usar mi vida para anunciar que de verdad han cortado todos los lazos con el Clan Qin y que mi muerte sea un regalo de compromiso para el Clan Ye de la Ciudad Real.

—Wentian gege, venga, deja de hablar ya, por favor.

Qing Bai le colocó la daga en las manos. Pero Wentin Qin sacudió la cabeza y le acarició ese rostro adorable mientras en su expresión gélida se dibujaba una sonrisa:

—Yo, Wentian Qin, no importa lo impotente que esté, nunca podría caer tan bajo como para apuntarte con una daga.

Se abrió la puerta justo cuando el rostro de Qing Bai palidecía.

—Qing Bai, ven aquí—ordenó Canción-Qing Bai con frialdad.

—No, papá, ¡mi hermana mayor solo ha sido capaz de condensar su Alma Astral de la tercera Capa Celestial gracias a la ayuda de Wentian gege! ¿Por qué pagamos su gratitud con enemistad? —le gritó Qing Bai a su padre.

—¿Qué sabrás tú? ¡El talento de tu hermana va más allá de lo que puedas imaginarte! Condensó su Alma Astral de la tercera Capa Celestial solo gracias a sus propias habilidades, gracias a su esfuerzo. ¿Cuándo necesitó que la ayudara él? —anunció Canción-Qing Bai mientras miraba a Qing Bai. Suavizó el tono—: Qing, todavía eres joven y no tienes conocimiento. Escucha a papá, ven aquí.

—Qing, ve con él. —Wentian Qin le sonrió a Qing Bai con gentileza.

Esta se quedó rígida mientras decía:

—Wentian gege.

—Recuerda lo que te he enseñado. —Wentian Qin le removió el pelo y la empujó hacia Canción-Qing Bai. Después de eso, miró al padre antes de preguntar—: Tío Bai, ¿qué planeáis hacer conmigo?

—Wentian Qin, no solo eres un muchacho sin cuna ni importancia, tu conducta también es cuestionable. Y pensar que tienes los ojos puestos en mi pequeña. Dímelo tú: ¿cómo debería ocuparme de ti?

Para Wentian Qin, este Canción-Qing Bai era otra persona. La única reacción que tuvo fue echarse a reír mientras la última esperanza que albergaba se apagaba. Sin apartar los ojos del padre, dijo:

—Solo quiero saber: respecto a este tema, ¿qué piensa Nieves de Otoño?

—No tienes por qué saberlo —replicó con frialdad Canción-Qing Bai mientras adoptaba un aire amenazador, de matanza.

—Hoy, si tengo que morir en el Clan Bai, no importa la razón, me atrevo a asegurarte que mi padre adoptivo sin duda se alzará en armas y arrasará la residencia Bai con su ejército hasta hacerla polvo —afirmó Wentian Qin de forma inesperada sin miedo.

En ese instante, el semblante agradable de Wentian Qin sufrió una rápida transformación y exhibió una determinación de acero.

—Tío Bai, el Clan Bai todavía carece de la habilidad de resistir ante mi Clan Qin, así que te advierto: mejor que no la tomes conmigo.

Conmocionado a más no poder, Canción-Qing Bai miró a los ojos a Wentian Qin. Y pensar que este joven de apariencia amable poseía un lado tan feroz… Después de observarlo durante un tiempo, Canción-Qing Bai giró sobre sus talones y se fue.

—Acompañad a la señorita joven a su estancia y no dejéis que dé ni un solo paso para salir de allí. Y en lo que respecta a Wentian Qin, aseguraos de que no sale de la entrada del patio.

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