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Capitulo 3 Exactamente

Exactamente faltan 2 meses para la boda, el vestido ya fue "elegido" por mi prometida, mi traje ya esta en la tintorería, las invitaciones fueron enviadas, el salón está tal y como se planeo, las flores, la iglesia, los cubiertos, la comida, la música, los meseros, cada uno de los detalles esta en lo correcto pero por que ahora tenían que pasar esas cosas.

Todo comenzó con una puerta, para ser más exactos la puerta que da al patio. Todas la noches antes de ir a dormir dejaba todo acomodado, revisado tal y como la lista indicaba, pero a la mañana siguiente la puerta se encontraba abierta.

— ¿Acaso se metió alguien a robarnos? Parece que todo esta en su lugar — comento mi prometida.

Yo no estaba preocupado se quienes son los vecinos y a todos los de la colonia así que no podrían robarnos, todavía faltaban 2 años para que sucediera un evento así, por lo que no era algo de mayor importancia, lo que si era importante era que efectivamente la puerta estaba cerrada ayer.

Trate de no darle mas vueltas al asunto, era sencillo solo tendré que añadir a la lista que debo de asegurar la puerta para que no se pueda repetir… pero no sirvió. En la mañana nuevamente estaba abierta y no solo eso ademas unos platos estaban el suelo, claro que mi pareja no le dio importancia, ella pasa por alto estas cosas pero yo no, esto no podía estar sucediendo, yo ordeno las cosas a la perfección no hay posibilidades de que algo así sucediera, tal ves ella los movió y los acomodo de una manera incorrecta lo que provoco que se deslizaran.

— ¿YO? Estas loco, si tu eres quien revisa todo antes de dormir, será que solo olvidaste acomodarlo — acompaño el comentario con una leve risa — lo mas seguro es que ya ni sabes lo que haces.

¿Es cierto? ¿Acaso no estoy siguiendo la lista? ¿La e estado ignorando? No, no puede ser, yo siempre e seguido un orden y todo esta tal como lo planeado, nada esta fuera de lugar, excepto solo una cosa… la alberca. Cada ves que escucho el chocar del agua con las paredes, ese chapoteo infernal de olas descarriladas, me recuerdan ese tan inesperado error, no debí de haber cedido ante ese capricho, no estaba en la lista por lo tanto no debe de existir, ¿Por que existe? Por ella, por no seguí lo establecido, era un error que no podía borrar.

Todo fue de mal en peor, cada día encontraba la puerta abierta y ya no solo eran los platos, también los cubiertos ademas de que las puertas de las alacenas se encontraban abiertas. Esto provocaba una discusión tras otra.

— ¡Que no ves mujer! es imposible que yo olvide esto, los platos tienen que estar a la izquierda de los vasos, y a la derecha las tazas, ordenadas de mayor a menor y ¡MIRALOS! todos están revueltos ademas los platos cerámicos van al fondo y los de plástico arriba ¡NO AL REVES! — replique con furia

— Pues que quieres que te diga eh?! tal ves tu los pones así y no te das cuenta, o tal ves un fantasma se dedica a sacarte de quicio, con eso que es tan fácil hacerlo.

— Que estupideces dices, la única que me saca de quicio aquí ¡Eres tu!

Era una discusión tras otra y cada día era peor, estaba seguro que ella lo hacia a propósito y tenia que comprobarlo. Una noche me quede sentado en la sala viendo fijamente las escaleras que suben a nuestro cuarto, buscaba pillarla ver el momento exacto en el que ella bajaba diabólicamente para seguir jugando con mi mente. Me encontraba a obscuras ella no se percataría de mi presencia, lo único que iluminaba la habitación era unos tenues rayos de luz que provenían de la alberca, de aquella maldita alberca con su ondulante liquido, ese era el problema, la veía con odio, despreciaba con todo mi ser esa irregularidad, desearía destruirla ocultarla taparla como si nunca hubiera existido. Mi odio me hipnotizo, me levante me dirigí a la puerta del patio y antes de que yo la tocara esta se abrió, como si la alberca sintiera la misma aberración que yo le tenia. Nunca me había mentido, por mas que mi pareja me indujera de manera seductora mi desprecio a esta construcción era mayor a mi deseos carnales. El agua estaba fría, llegaba cerca de mi pecho y por un lapso de tiempo solo admire mi reflejo, en un arrebato de coraje empece a golpear fuertemente el piso con mis pies, mis manos golpeaban el agua con furia igual que un niño encaprichado, esta maldita alberca no estaba contemplada, esta es una deformidad en mi excelente plan, era un tumor que no me dejaba dormir, no podía descansar, todo por culpa de esta estúpida e inútil, *Crack* Un sonido me saco de pensamientos, sin mayor aviso el piso se rompió y el agujero me jalo al fondo, un fuerte golpe en mi barbilla me aturdió por lo que caí sin oponer resistencia y mientras trataba de reponerme el agua golpeaban mi espalda, me encontraba en aquel supuesto aljibe, la maldita alberca volvió a hacérmela. No me quedo mas que gritar, no de dolor, no de desesperación, no de ayuda, era odio, coraje, no era solo la alberca era todo, ella no había seguido la lista, si la hubiera seguido tal y como estaba escrita nada de esto pasaría.

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