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Descanso y honor

Son las 6:30 de la mañana, un viejo hombre de aproximadamente 70 años abría las cortinas de una hermosa habitación, dejando que los primeros rayos del sol entrarán para iluminarla. 

Seguido a esto se escuchan los quejidos de una joven señorita de aproximadamente 21 años de edad demostrando su disgusto por dicha acción -"Sebastián, ¿podría cerrar esas cortinas?". A lo que el viejo hombre con una leve sonrisa en su rostro contesta -"lo lamento, pero el joven amo ya la está esperando en el comedor"

El desayuno se llevó a cabo sin mucha diferencia a lo habitual, lo único que faltaba era recoger las maletas y subir al auto que los esperaba fuera.

Esto era algo que ocurría una vez al año dónde toda la familia se reunía en alguna gran ciudad turística, está vez la reunión se llevaría a cabo en Londres, un viaje corto de apenas una hora y quince minutos en avión desde París, lugar donde residían. 

Sebastián ya sabía el protocolo, llevar a los dos jóvenes al aeropuerto y esperar a que abordaran, después volvería para seguir cuidando la mansión, pero está vez recibió una sorpresa, su joven amo, un chico apuesto de tan solo 16 años que ya emanaba un porte torpe pero autoritario, apenado le entregó un boleto de avión -"Sebastián, nos cuidas todo el tiempo y nunca tienes la oportunidad de descansar, así que queremos que vengas con nosotros y puedas disfrutar unas vacaciones bien merecidas". 

El chico no se equivocaba, Sebastián tenía más de 40 años sirviendo a su familia con total devoción, era un estilo de vida tranquilo que él apreciaba mucho, pero al ver cómo su joven señorito lo invitaba no pudo evitar apelar a su lado sentimental, por lo que tomando el boleto y con una leve reverencia dijo -"será un placer acompañarlos".

Al abordar y comenzar el despegue no hubo ninguna complicación, pero después de algún tiempo en el aire, algo se sentía mal.

Sebastián observó que la tripulación del vuelo estaba nerviosa y con la excusa de ir al baño se levantó de su asiento, se dirigió a una azafata para preguntar que ocurría -"Disculpe, eh notado que el ambiente se ha vuelto más pesado y me gustaría saber lo que ocurre", la azafata con preocupación por no saber si contar lo que estaba pasando -"No se preocupe, todo está bien, es solo que se han acabado los aperitivos y no estábamos preparados para ello". 

Al ver el claro nerviosismo en su respuesta Sebastián estaba convencido de que había algo raro en todo esto, así que al volver a su asiento habló con los dos jóvenes -"Joven Erick, Joven Irene" ambos voltearon a verlo de inmediato ya que notaron el tono serio en su voz "no quiero que se alarmen y deben mantener la calma, pero parece que hay algún problema con el avión", está afirmación causó que ambos se conmocionaran pero al ver la calma en el rostro de Sebastián los hizo recuperar la compostura.

-"¿Qué debemos hacer?" Preguntaron ambos con convicción y plena confianza 

-"Por ahora abrochen sus cinturones" a lo que Sebastián sacó su equipaje de mano del compartimento sobre de ellos

-"tomen cada uno una bolsa, estas contienen contiene dos MRE, si lo racionan podrá durar hasta por 4 días, también hay un Gps que su padre me encomendó, al activarse se enviará una señal en vivo de su ubicación con la cuál es posible rastrearlos…" Sebastián no pudo terminar su explicación sobre los demás elementos de la bolsa cuando una fuerte turbulencia azotó el avión, era algo que temía, acababan de perder un motor.

Cómo si ya estuviera preparado para esto Sebastián rápidamente tomó las máscaras de oxígeno que cayeron y ayudó a los jóvenes a ponerlas como debían, mientras el resto de pasajeros entraban en pánico hubo un segundo estruendo, el segundo motor estaba en llamas y parecía que un trozo de motor golpeó el cuerpo del avión causando una leve fisura la cual se expandió rápidamente por todo el fuselaje lo que llevo a qué en menos de 30 segundos un lateral del avión saliera despedido por la velocidad arrastrando a múltiples pasajeros hacía el exterior a una caída larga y aterradora.

Los dos jóvenes ya no podían mantener la calma, el miedo los invadía completamente y no era para menos, estaban cayendo sin nada más que poder esperar el impacto, los breves instantes se sintieron como horas, los gritos y llantos de los pasajeros restantes eran agobiantes, pero había un solo hombre que mantenía una mirada estoica y confiada, Sebastián, el estaba seguro de sobrevivir al impacto ya que sobrevolaban el mar, y aunque sería un golpe catastrófico era posible soportarlo… y así fue, después del choque y que logró estabilizarse un poco, rápidamente desabrochó su cinturón y el de los dos jóvenes, estos estaban golpeados he Irene había perdido el conocimiento pero no era motivo para descansar, su deber era cuidar de ellos dos, eran casi como sus hijos, los vio crecer y quería verlos ser grandes personas de bien en el futuro, no dejaría que este accidente los detuviera, hizo que Erick le ayudará con su hermana llevándola directame

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