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Jamás había visto mi propia sangre y aunque fui atendido por ella, ahora mismo yo estaba en un conflicto entre la chica rodeada de vendas con esos ojos verdes y la chica que me corto con sus uñas la cual era pelirroja y daba un presencia muy amenazadora, podría decirse que mi vida dependía del resultado de esta discusión, definitivamente no me agradaba en absoluto la idea.

Cuando esta me cortó caí desmayado. Durante un lapso de unos 20 o 30 minutos tuve al fin un descanso prometedor y puede que ahora me encuentre bien, aun así, el ambiente entre ellas estaba más que tenso y a pesar la conversación no fuera entendida por mi parte desde mi percepción, la manera en que sus cuerpo se expresaban eran muy retadoras de parte de ambas.

-"No lo vamos a matar"- Empezó a decir la chica de las vendas -"Si lo metieron en esta jaula significa que tal vez nos pueda ayudar a salir"- esta me señaló.

Aunque con un tono más dominante la pelirroja continuó hablando -"No es algo a discutir, si no nos deshacemos de él nos podemos meter en muchos problemas"-

Ella se colocó al frente mio -"He dicho que no te dejare, me haré cargo de él. Las consecuencias que él pueda generar, no importa, me haré responsables de estas"-

Aunque la pelirroja trató de moverse para adelante y tratar de quitarla, esta no lo logró. La manera en que estaba colocada la chica de las vendas no le permitía acercarse a mí de ninguna manera aunque esta lo tratara.

-"¡Aggg!"- golpeó el muro de donde yo entré- Está bien, pero no pidas que lo defienda si se mete en problemas- ella se retiró y se dirigió a la puerta de la celda, donde se quedó viendo con desconfianza.

-"Cree en mí, necesitamos más fuerza para poder salir de aquí"- la chica de las vendas le dirigió una sonrisa a la pelirroja pero esta solo le apartó la mirada.

-Gracias- no sabía que había pasado realmente pero entendía que no era para nada un invitado.

Ella, la chica de las vendas se sentó al frente mío, se me quedó viéndome extraño hasta que tomó mi cara específicamente de mi mandíbula la cual empezó a mover de un lado a otro, revisó mis brazos los cuales eran delgados. Al hacerlo me pellizcó revisando mis músculos, los cuales eran blandos y pequeños ya que jamás me había ejercitado como debía. También revisó mi pecho, mi espalda, el abdomen y mis piernas, hasta que me percaté de que no traía nada de ropa, pero cuando la volví a ver su expresión no me dejaba nada claro de si tenía algo de malo o si estaba bien.

-¿M..Me podrías dar algo que ponerme?- Dije aunque no esperaba una respuesta, pero no podía seguir ignorando este hecho. Ella se me quedó viendo extrañada, me dejó más que claro que no me entendía, sin más se levantó

-"Tengo que resolver esto de la comunicación"- aunque no logré entenderla, vi que se dirigía hacia unas bolsas de tela que estaban al final de la celda.

Entre las bolsas de telas que tenían ella empezó a rebuscar, realmente me daba curiosidad pero en cuando me traté de mover esta me volvió a ver de reojo dándome a entender que me quedara quieto. Poco después sacó un pantalón y una camiseta. ¿Será que si me entendió o solo lo dedujo? Al darme la ropa me la puse pero ella aún seguía buscando algo. Cuando terminó de buscar me enseñó un fruto el cual tenía pinta de ser uno venenoso.

Cuando ella se acercó me tapó la nariz dificultando mi respiración hasta que me hizo abrir la boca y me hizo tragar la fruta la cual inmediatamente me quemó la garganta, podría decir que me hizo tragar ácido pero ese no era el caso -Aggg, ¿Qué te pasa?- no estaba seguro pero eso no sabía a un fruto venenoso, podría ser incluso algo peor ya que ningún fruto te quema de esa manera.

-Al fin ya te entiendo- Me volvió a ver, aunque estaba un poco sorprendido ya que no entendía cómo hizo para poder entenderme ¿Acaso tenía que ver con la fruta que me hizo comer? -No me esperaba que las técnicas que se usan con los niños funcionaran contigo-

-Espera un momento ¿Me puedes explicar lo que acabas de decir?- Aunque estaba sorprendido aún no entendía nada, llevaba como una hora en el infierno pero seguía sin ser capaz de analizar todo lo que me rodeaba, definitivamente era mucha información que digerir y capaz todo lo que he tratado de pensar no tenga ni una pizca de raciocinio.

-Te explico entonces, esta fruta se llama Parlsat, además es la razón por la cual la mayor parte de los demonios hablan este idioma, algunas razas de demonios poseen su propia lengua pero normalmente hablan Parlsat también- Eso explicaba el por qué la podía entender, aunque parecía algo sorprendente que ellos ya tuvieran un idioma universal y los humanos tan siquiera han pensado en ello

-Muchas gracias, a pesar de que no entendí que pasó me alegro mucho de al fin poder comunicarme- Ella me sonrió y se levantó me extendió la mano con la cual me levante al salir, así pues me llevó al lugar donde se dirigieron los demás.

-¿A dónde vamos?- le pregunté, no muy seguro de mi, ya que esto era una prisión por lo tanto no podía estar totalmente seguro de ello.

-Donde tendrás que trabajar con nosotras de ahora en adelante- me dijo mientras nos dirigimos a un gran pasillo que llevaba a la salida.

Pude ver en el transcurso donde teníamos que trabajar, vi que donde estábamos era un generador de materiales, todos los materiales que se hacían eran únicos y diferentes a mi me tocó transportar los metales ya que la celda donde estaba se encargaba de generar armas, sin embargo cuando llegamos ya se estaban preparando para volver a la celda.

-Lo lamento, me atrasé demasiado- dijo apenada a las chicas.

Cuando llegamos me quede viendo de arriba a bajo el lugar, pues me enojaba ver lo esclavizado que estaba el lugar, era increíble la habilidad que tenían los demonios, las bestias y los hombres-bestia trabajan el la recolección y extracción de material que había, Además los hombres bestias también elaboraban unos ladrillos tanto decorados como simples, me parece increíble lo que están haciendo, pero ¿Por qué sólo ellas están elaborando armas?

Un hombre bestia con la apariencia de un toro estaba dejando mineral al puesto donde me encontraba al estar en medio de su camino, sin percatarme este me tiro, a pesar de que quisiera reclamar no podría hacer nada, su cuerpo destacaba por sus músculos e incluso sabía de empezar una pelea ahora era una estupidez, además aunque tratara de hacerla con dialogando esto no se quedaría solo con palabras de su parte.

Unas de las chicas de la celda, la cual tenía un tono rubio en su cabello me tomó del brazo, moviéndome así de aquel lugar y evitando un enfrentamiento. Seguidamente me guió hacia donde se encontraba una peliazul afilando armas con una rueda, como lo hacían antes, ella estaba afilando algunas armas.y como si leyera mi mente me dijo -Gira la rueda…- me lo dijo con una leve sonrisa su belleza realmente era admirable luego la chica rubia se retiró y no pude ver a donde se dirigió, ya que la peli azul me pidió que girara la rueda, al inicio iba muy lento por lo cual me ayudo al principio -Bien, sigue constante, no dejes que frene- así le ayude para que afilara las armas las colocamos luego en una carreta, cuando volví a prestar atención a la chica de las vendas.

Unas chicas las cuales parecían gemelas se acercaron a ella -No pasa nada nos encargamos de tu parte- me volvieron a ver para luego volver a dirigirle la palabra -¿Que planeas hacer con él?- yo también me preguntaba eso… pero ella no les dio repuesta ya que los guardias se dirigen hacia aquí así que todas se apresuraron por el "invitado" que tenían en su celda.

Los guardias pasaron al frente nuestro, de alguna manera creí que era por que se habían dado cuenta de mi existencia en la prisión, pero al entrar los guardias siguieron con su camino.

Cuando pasó al frente de nosotros me pareció extraña la forma que tenía, era un no muerto, esperaba un demonio como los que había visto en el lugar donde se elaboran materiales, pero estos tenían incluso una forma muy destacable, su columna agrietada y puntiaguda, sus brazos grandes y sus dedos puntiagudos llenos de gotas de sangre, se podía ver lo grande y robusto que era, incluso era tan pesado que al caminar dejaba marcas en el suelo.

-Si te atrapa te va a partir en dos como si nada- me explicó, tal vez lo explicó un poco simple, pero tenía razón. Al no haberla contestado inmediatamente a si que replicó -Te expliqué lo que es, mas te vale volver a tiempo si no quieres quedar así- estaba claro que no me tenía que acercar a quel tipo.

-¿Por qué tanta seguridad?- pregunté a las gemelas que se acercaron a mi mientras que las otras chicas se quedaban distantes.

-El actual rey demonio está perdiendo el control sobre su poder por lo tanto creo que ya va siendo hora de cambiar de rey, eso sí, son muchas facciones quienes quieren que su pueblo tenga un miembro con ese título así que para prevenir el aumento de ejércitos debemos de tener una buena seguridad, esa es la clave- me pareció extraño al momento de escucharlo pero tenían sentido en lo que decía, si están en la prisión no es solo por no haber pagado una factura, sino porque son seres peligrosos y si me pusiera en sus zapatos también buscaría ayuda sin importar de donde provenga.

La oscuridad de donde estábamos se hizo mucho más evidente al punto de ya no poder ver nada, era como estar totalmente ciego; simplemente el entorno se convertía en nada. A lo lejos se escuchaban pisadas y el sonido del metal, la madera y otras cosas que se había hecho se escuchaban como se las llevaban.

-¿Cuánto llevan aquí?...- No estaba muy seguro de que hacer, no era bueno socializando ni siquiera cuando estaba en el mundo de los humanos, lo poco que lo hacía no era porque no me gustara, más bien porque siempre sentía el rechazo en las miradas por no tener talento en nada.

-Shhh- escuché a una de las chicas callarme, no me había percatado que todas se estaban acomodando para dormir, sin embargo mis ojos ya se estaban acostumbrando a la oscuridad y lograba ver entre aquello que anteriormente era nada.

-Ven- me tomó de la mano y me acomodó a su lado -Preguntame lo que quieras, tan solo habla lo más bajo que puedas- me lo dijo en un tono bajo, de esta manera ya no molestábamos a las chicas que estaban durmiendo a la par nuestra.

Volví a preguntar y me respondió sin ánimo -Un año..- creo que desde el principio arruine el ambiente, pero quería saber el motivo por el cual ella también estaba aquí.

-¿Y por qué están aquí?- mi curiosidad era evidente pero el temor de que hicieran algo descomunal, no soportaría saber que sus manos estaban manchadas, estaba claro que no podría estar tranquilo, eso sí, mi pulso se aceleró por la pregunta hecha anteriormente ¿Que pasaría si se lo tomaban a mal y cambiaba de parecer y me mataban?…

-Jsjsjs- ella se acercó a mi oído, su respiración y cálido suspiro me pusieron los pelos de punta -Nos revelamos contra una Dama del infierno y Rukki le dió una bella muerte a su padre - aunque el juego de palabras era evidente Rukki era la pelirroja y desde lejos cualquiera sabría que era la más fuerte entre todas.

-¿Pero… si hicieron eso no deberían de estar en una peor manera?- ¿Cómo es que habían sobrevivido después de tales hechos?

-Ahh…~- bostezó -Ya es muy tarde ve a dormir- ella se intentó acostar dándome la espalda para que así no seguir preguntando, jamás me detuve tan siquiera a observar la situación en que me encontraba.

Me parece increíble que esté rodeado de chicas, ya que tan siquiera me volvían a ver antes, en el mundo humano, tal vez por mi déficit de destacar o falta de talento. Es una sensación diferente, conocer a personas que no sean las amistades de siempre o mis familiares, no obstante no se podía decir que tenía muchas amistades, en realidad solo tenía una amistad después de todo.

No podía dejar de pensar en todo lo que dejé en la tierra, me preocupaba mis familiares y por supuesto mi querida abuela ¿Cómo reaccionarían cuando se enteraran que morí? Pobre de mi abuela todo el tiempo rezó para que fuera al cielo y ahora estoy en el mismísimo infierno. Con todo esto parece ser que he perdido mucho tiempo sumido en mis pensamientos, no haré nada pensado en que debió haber pasado es una nueva oportunidad un nuevo mundo, del cual dudo destacar .

Me traté de acostar en el suelo áspero y duro el suelo era puntiagudo de cierta manera pero a simple vista no se notaría al momento de caminar se sentiría como un antideslizante pero al dormir se podía sentir que hasta penetraba en tu piel,era realmente muy incomodo y no solo eso, podía escuchar la respiración de un hombre bestia a lo lejos de nuestra celda y ni hablar del olor asqueroso que había en las noches.. Por si fuera poca mi desgracia de la primera noche cabe recalcar que no había comido nada desde mi llegada, por supuesto mi cuerpo estaba que me lo gritaba a gritos pero no podría hacer nada hasta que llegara el siguiente día, con fe me darían algo comestible. Por todo aquello aunque tratase de dormir ahora mismo sería el peor sueño que jamás habría tenido.

Esto era una porquería, no solo tenía que vivir en el infierno de ahora en adelante si no que estoy en el peor lugar que podría estar, tal vez si saliéramos de aquí podría dormir en una cama medianamente decente y comida digerible.

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