¡Las mentiras de Hailey!

Las gotas de lluvia seguían cayendo sobre el vidrio del coche. La zona en la que Cayden se detuvo estaba muy oscura. Además, las ventanas del coche Aston Martin eran muy oscuras. La situación en el interior no podía verse en absoluto desde el exterior.

En ese momento, él incluso apagó los faros. Era como si se escondieran en un cuarto oscuro bien escondido, que era extremadamente seguro y que pasaría rápidamente desapercibido. 

Hailey se sentía muy «segura» en ese entorno. La razón era que nadie podría ver nada aunque hiciera algo en el coche con Cayden. 

Ambos se tomaban de la mano fuertemente como lo haría una pareja. 

—Cayden, en realidad yo también me siento muy bien contigo. Eres muy elegante, y además vienes de una familia rica. ¿A qué chica no le gustarías? Sin embargo, al fin y al cabo nos conocemos desde hace poco tiempo, y mi maridito me trata muy bien ahora, así que lo siento, pero tengo que rechazarte.