16 Maldita Pobreza

Al día siguiente Astalris despertó y bajo corriendo al comedor para desayunar con su familia.

Sus padres lo esperaban en la mesa sonriendo. Pero Astalris podía advertir ojeras en sus rostros, no habían dormido mucho la noche anterior.

"-Padre, te ves cansado ¿Pasa algo?-", preguntó Asltaris.

"-No pasa nada Asta, simplemente nos desvelamos consultando y preguntando ciertas cosas a varios amigos, Asta queremos hablar seriamente contigo sobre tu futuro-", dijo Krenalis seriamente mientras miraba a su hijo.

"-Ayer conversamos y hablamos con varias personas sobre lo que le dijiste al príncipe. Descubrimos que la Academia del Dragón Celestial tiene ciertos requisitos para que alguien pueda ingresar -", dijo Aeris mientras miraba a Astalris preocupada.

"-En primer lugar los estudiantes tienen que tener como mínimo diez años y como máximo quince para poder postular, en segundo lugar la cuota de ingreso son de 2500 monedas de oro y en tercer lugar tiene que pasar un examen de habilidades y aptitud-" explicó Krenalis.

"-Tu padre y yo entendemos claramente tu increíble talento en la herrería y sabemos que eres una niño muy inteligente, difícilmente podemos enseñarte algo que no hayas leído en todos los libros de nuestra biblioteca y la de la ciudad, pero no solo eso bastará, sino habilidades físicas y mágicas que aún no has desarrollado" continuo Aeris.

"-Asimismo el monto de la cuota de ingreso es demasiado elevado, el día de ayer contactamos a todos nuestros amigos intentando buscar apoyo económico, de lo que se nos ofreció y nuestros ahorros podríamos alcanzar a juntar el monto de 500 monedas de oro. El Duque también se ofreció a apoyarnos con 300 monedas de oro en caso podamos conseguir los 2200 restantes, pero aún así no es imposible.-"Dijo Krenalis suspirando preocupado. Tenía miedo de ver la desilusión en los ojos de Astalris.

"-Sabemos que no quieres pertenecer al Salón de la Gracia, ademas es muy peligroso, si el príncipe Robert perdiese la elección para Rey, es muy posible que la facción ganadora intente eliminarte para asegurar su poder-" dijo preocupada Aeris.

Como sus padres querían darle lo mejor a su hijo, pero lamentablemente su condición económica no lo permitía, esto era un gran dolor para ellos, querer darle algo a tu hijo pero no estar en la condición de poder hacerlo. No querían ver la decepción en los ojos de Astalris, tomando en cuenta el genio que era había pocas cosas que podían hacer por el, no podían enseñarle las cosas que se supone que los padres deberían enseñarle a un niño porque Astalris sabía más que ellos en muchos aspectos y su hijo nunca había tenido caprichos o deseos que pudieran hacerlos sentir que lo consentían o le daban lo que necesitaba. Era la primera vez que su hijo había decidido algo que no podía realizar el solo y necesitaba su apoyo. Por ello habían estado despiertos toda la noche pensando como lograr apoyarlo, pero no habían podido tener ninguna idea mejor, incluso consideraron vender su casa y sus pertenencias para poder vivir en un cuarto más simple, pero aún así todas sus pertenencias no superaba la cantidad de 70 monedas de oro.

Sin embargo, la mirada de Astalris no fue inundada de decepción y resentimiento como esperaban de un niño que no pudo recibir lo que creía merecer o quería, sino de amor y afecto por sus padres.

"-Madre, padre, no hay necesidad de que os preocupéis por el dinero, encontraré la forma de conseguirlo y sobre las pruebas son irrelevantes con mi talento no hay forma de que no pase los exámenes -" dijo Astalris mientras sacaba pecho hacia sus padres. El Emperador nunca había gustado de presumir sus habilidades hacia otros, pero con sus padres era diferente, demostrar su fuerza los calmaría cuando el no estuviese y los haría sentirse orgullosos.

"-Hijo, sabemos que eres muy inteligente pero no debes subestimar los exámenes físicos y mágicos, nunca has tenido experiencia en ello, ¿Dominaste los ejercicios básicos que te enseñe con la espada?-" preguntó tiernamente Aeris. Sabía que su hijo era un genio, pero el tema físico era totalmente diferente. ¿Cuantos eruditos y escolares habían existido a lo largo del tiempo cuyo límite había quedado en el conocimiento y la lectura, sin estar en la posibilidad de poner el práctica todo ese potencial?

"Madre, padre, acompáñenme al patio hay algo que les quiero mostrar", dijo Astalris lleno de confianza.

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