11 Los lobos cazan en grupo

Atir avanzaba a gran velocidad seguido por dos hombres, se dirigían a la casa del objetivo.

-"¿Estáis preparados?"-, preguntó Atir a Emir y Demerir, quienes asintieron al mismo tiempo.

-"De acuerdo a lo que presumimos el enemigo debería ser un guerrero rango Santo, soy más fuerte que el promedio así que no debería tener problemas al menos que sea un viejo monstruo, pero por si las dudas y por si fuera un mago me cubriréis las espaldas."-, dijo claramente mientras sacaba dos filosas dagas que emanaban un color rojizo.

Mientras avanzaban por los tejados en la oscuridad, el contraste con la luna permitió ver a Atir un sombra que avanzaba rápidamente con ellos.

Inmediatamente Atir se puso en guardia y hizo señas a los demás, tomaron una posición defensiva y cambiaron de camino.

Sin embargo, al avanzar vieron otra sobra más pequeña que los seguía, prosiguiéndose de dos más grandes que aparecieron más adelante.

Atir empezaba a preocuparse, pero su experiencia en el campo no era ninguna broma.

Al instante empezaron a perseguir a la sombra más pequeña, debían eliminarla y continuar con el resto.

Al ver esto la pequeña sombra empezó a escapar, la siguieron hasta un callejón donde lograron acorralarla.

Cuando se acercaron pudieron ver su verdadera apariencia, era un lobo blanco azulado de tamaño considerable, pero tenía una peculiaridad, poseía dos cabezas que los miraban sonriendo.

-"Mi nombre es Furud del Can Mayor, al servicio de su Excelencia. Su Eminencia está consternado con sus acciones repetitivas e inútiles, la bondad y gracia que se les dio en afán de no interrumpir la tranquilidad o levantar sospechas tiene un límite. Hoy su Excelencia tiene preguntas para ustedes y deberían ser respondidas."-Dijeron ambas cabezas de manera unísona mientras mostraban sus dientes.

-"¿Un familiar? ¿En verdad crees que puedes detenernos?"-,exclamó Atir calmado. Pero en su interior la preocupación nacía, si este era un familiar la situación era más complicada de lo previsto.

Primero era muy probable que las demás sombras también sean sean familiares, habían detectado por lo menos 4 sombras siguiéndolos, 4 familiares era un problema.

Muy probablemente eran familiares invocados del mundo espiritual, lo que hacía que a diferencia de los humanos o razas mortales, si eran destruidos no morían técnicamente, solo regresaban al mundo espiritual, podían ser invocados nuevamente por su dueño y tenían muchas habilidades naturales impredecibles que los hacía difíciles de matar.

Por otro lado eso indicaba que el enemigo era un mago muy poderoso para poder mantener tantos familiares al mismo tiempo. Debían escapar.

Pero la ingeniosa táctica de escape que Atir empezaba a idear fue interrumpida con la llegada de otras sombras, al igual que Furud era lobos.

El más grande ellos era de color azul y parecía el lider de la manada, detrás de él habían tres lobos más, uno amarillo y dos negros pequeños, idénticos el uno al otro.

El lobo azul se adelantó y exclamó, -"Mi nombre es Murzim del Can Mayor, al servicio de su Excelencia. Empezaremos inmediatamente, nuestro señor está esperando, llevadlos."-

En ese momento la conciencia de Atir y el resto se desvaneció.

No sabía cuánto tiempo había estado dormido, pero Atir había despertado. No recordaba cuando fue la ultima vez que había perdido la conciencia de esa manera, no desde los años de su entrenamiento. Sin embargo, como experto sabía cómo fingir seguir inconsciente y no hacer ruidos o movimientos que alertase a su captor. Empezó a analizar la situación, se encontraba preso en algún lugar, posiblemente con Emir y Demerir. Su enemigo era probablemente un mago muy poderoso, las posibilidades de escapar eran extremadamente bajas.

El plan era claro, emitirá el comando que activaría las runas grabas en los corazones de Emir y Demerir para que exploten.

Todos los miembros de la Daga Roja tenían runas inscritas en sus corazones, esto se hacía mediante una cruel cirugía en la cual implantaban un comando de suicidio para ser utilizado en cualquier situación que lo ameritase y todos los Jefes de Área tenían los comandos respectivos de sus subordinados.

Luego propondría un trato al mago enemigo y revelaría parte de la información que tenía o quizás todo a cambio de su seguridad. La única solución que podía concebir en esta situación era esa. Era fiel al gremio pero no daría su vida por ellos.

Inmediatamente abrió sus ojos y recitó los comandos, pero lo que observó fue inesperado.

Emir y Demerir hacían postrados en lo que era un pequeño cuarto, ambos tenían una abertura en sus pechos y en el lugar donde debían estar sus corazones una masa azul bombeaba sangre. Sus cabezas miraban hacia el techo y sus párpados estaban abiertos. Su mirada era blanca, parecían estar ya muertos y de sus bocas una extraña niebla salía hasta el techo donde formaba una nube que emanaba colores y figuras,

En el centro de la sala había un niño elfo de cabello blanco de unos 7 u 9 años de edad sentido en un taburete que recitaba palabras desconocidas. A su alrededor varios lobos de diferentes tamaños y colores descansaban, observando la situación mostrando los dientes de vez en cuando. Atir logró contar 15 pero sabía que habían más.

Su sangre se heló, no era un mango cualquier, para tal cantidad de poderosos familiares tenía que ser por lo menos un Mago Rey. Estaba perdido si no lograba hacer un trato.

Pero sus sueños se resquebrajaron con las palabras que salieron de la boca del niño, -"Atir de la Daga Roja, ya sé lo que quiero saber, no me eres de utilidad. Morirás, a no ser que puedas ayudar a mi propósito. Dime, ¿Que estás dispuesto hacer para sobrevivir?"-

El corazón de Atir se encogió y un sudor frío invadió su espalda. Lo que más lo acongojó era que el niño había utilizado la palabra sobrevivir, no vivir. Su futuro no tenía buena pinta.

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