15 Invitación al Salón de la Gracia

El silencio inundo el salón mientras a través de las puertas principales un apuesto joven de largo cabello rubio de aproximadamente unos 25-30 años ingreso. Vestía unas elegantes prendas azules y su traje era formal pero práctico. A su detrás venia otro hombre de aspecto mayor ya canoso que vestía con unas ropas blancas formales y caminaba con los puños atrás.

"A su costado lo acompaña el Consejero Real, Augusto Maneris,"- Continuo la presentación el guardia en voz alta.

-"Saludamos a su Alteza Robert y al Consejero real Augusto"-, dijeron unisonamente todos los presentes mientras hacían una reverencia leve.

El príncipe Robert era el primogénito de los tres príncipes del reino humano de Imuruth. Sin embargo el tratamiento de los príncipes y su distinción era muy diferente al de otros reinos, ser el primogénito no lo convertía en príncipe heredero, tanto el como su hermano y hermana tenían las mismas posibilidades de ser elegido. Cada hermano provenía de una esposa diferente del Rey, ninguno compartía la misma madre, lo que hacía más fácil la competencia entre los príncipes. Una vez que alguno de ellos sea nombrado príncipe heredero su estatus se elevaría por los cielos, no solo las personas que lo saludasen tendrían que hacer una pequeña reverencia, sino tendrían que arrodillarse y postrarse en el suelo hasta que el diese el permiso para que pudiesen levantar su cabeza.

Pero todo ello eran cosas del futuro, por ahora el Príncipe Robert era solo uno de los tres príncipes y debía hacer todo lo posible para ganar la elección. Y algo esencial para ello era poseer siervos o aliados poderosos, o al menos con un gran potencial.

El despertar de un usuario de signo principal rango SSS era algo digno de leyendas, a lo largo de la historia muy pocas personas había tenido la oportunidad de ser bendecidas con un signo así.

El Príncipe se acercó al altar y miro al sacerdote para preguntar de manera despectiva,- "¿Es esté el niño con el signo rango SSS? ¿Un elfo?"-

El sacerdote rápidamente asintió.

El principie Robert voltio la mirada a Asltaris y preguntó con un noto más amable y amigable, "¿Cómo te llamas muchacho?"-

Quizás para muchos no significaba nada pero el tono despectivo y el desprecio oculto en los ojos del príncipe no pasaron desapercibidos para Astalris. Sin embargo, debía limitarse y actuar de acuerdo a las circunstancias que lo rodeaban. Junto su mano derecha en su pecho y respondió cordialmente, -"Saludos su Alteza, mi nombre es Asltaris Ith'laris Zanir."

El principie advirtió que Astalris no había realizado ninguna reverencia, eso le disgusto, pero no se encontraba en la posición de reclamar pues aún no era príncipe heredero y cualquier reverencia era pura formalidad. No obstante, su fin era reclutar a Astalris así que no mostró molestia alguna sino respondió con una sonrisa mientras se susurraba asimismo, -"Mocoso insolente, cuando sea rey serás el primero en morir, estaría demente si te dejará crecer"-

-"Astalris Ith'laris, ¿Te gustaría unirte a mi Salón de la Gracia? Serás instruido por los mejores guerreros y magos según tu habilidad, te prometo que con poco esfuerzo podrás llegar a ser un guerrero nivel avanzado en veinte años y un mago en treinta."- dijo el príncipe mientras sonreía confiado.

El salón se inundo en murmullos y los ojos de muchos se llenaron de envidia mientras miraban a Asltaris. El salón de la Gracia, era la facción perteneciente al Príncipe Robert. Cada uno de los príncipes tenía una facción y todos competían por el trono.

-"Que injusta es la vida, si yo tuviera un rango así también podría llegar a ser un guerrero nivel avanzado en veinte años, que tristeza."-

-"Ser entrenado por los mejores instructores del Salón de la Gracia, es todo un sueño"-

-"Mi signo es de rango B, ¿Crees que su Alteza me pueda dar la oportunidad de ingresar al Salón de la Gracia?-

-"Estas loco, solo un genio de rango SSS podría recibir tal privilegio."

Sin embargo la reacción de Asltaris fue diferente a lo esperado. Hizo un gran esfuerzo por no escupir sangre al escuchar la propuesta. "TIENES QUE SER IMBÉCIL. CUALQUIER PERSONA QUE NECESITE VEINTE AÑOS PARA LLEGAR AL NIVEL AVANZADO SOLO PUEDE SER CALIFICADO DE RETARDADO. Para ese tiempo fácilmente estaré en el nivel de Rey o Emperador con mi potencial actual", maldijo para si mismo.

Pero debía hacer un esfuerzo para mantener la calma y no vomitar por la estúpida propuesta.

-"Su alteza, agradezco inmensamente su oferta, pero mi sueño siempre ha sido ingresar a la Academia del Dragón Celestial, por ello debo declinar su amabilidad.", dijo Asltaris tras meditarlo.

En el salón volvió a reinar el silencio. Nadie esperaba el rechazo de la maravillosa propuesta.

La academia del Dragón Celestial era una famosa Academia ubicada al centro del continente, había sido fundada hace cientos de miles de años por un Mago Emperador con un signo principal de Rango SSS. Si bien con el tiempo su estatus había decaído aún era considerada una potencia en el continente y su nivel superaba en grandes margenes al reino de Imuruth.

El príncipe frunció el ceño, pero luego inmediatamente volvió a sonreír y exclamó,: -"Astalris, ¿Estás diciendo que los instructores de mi Salón de la Gracia no son lo suficientemente buenos para enseñar a un usuario de Rango SSS?.

Astalris sabía que era una trampa, si contestaba sí, era un claro cuestionamiento a la calidad y habilidades de los instructores del Salón del a Gracia y por lo tanto una ofensa al Príncipe, esto le daría pie a tomar acciones contra él por la falta de respeto. Por otro lado si contestaba no, podía tomarse como una excusa simple y generaría el mismo efecto.

Si hubiese sido cualquier otro niño, hubiese caído fácilmente en la trampa y en las manos del príncipe. Pero el príncipe Robert era solo un insignificante insecto comparado con Asltaris en el arte de la diplomacia y el habla.

-"Su alteza, la calidad de sus instructores solo puede ser juzgada por usted mismo, aunque no esperaba que los calificase tan bajo. ¿O insinúa que están al nivel de la Academia del Dragón Celestial?, si es así me preguntó como tomaran este alago la academia, deberían sentirse orgullosos de mantener tal calidad".- respondió sonriendo Astalris.

-"Tch, este mocoso. Si la academia o el Rey se enteran que divulgo que la calidad de mi Salón es similar a la de ellos será tomado como una ofensa y estaré perdido. Bien jugado mocoso.", murmuro para si mismo Robert.

-"Claro que no niño, jamás podría compararme con la legendaria Academia del Dragón Celestial. Pero no creo que quieras ir a una Academia ubicada tan lejos de tu ciudad y de tus padres, ¿No sería mejor que estudiases dentro del Reino? Los cuarteles principales de mi Salón de la Gracia están ubicados en la capital, podríamos dirigirnos inmediatamente hacia allá junto a tu familia."-, dijo el Príncipe.

Aeris y Krenalis se miraron nerviosos. Su futuro y su lugar de estadía estaba siendo discutido por su hijo de siente años y el Príncipe Robert, sin siquiera consultarles o pedirles su opinión.

"Su Alteza, me gustaría primero intentar ingresar a la Academia, creo que mis padres están de acuerdo con ello. Si mi talento no es lo suficiente para ingresar a la Academia, estaría más que dispuesto a apoyar a su Alteza.", dijo Astalris.

El príncipe medito la respuesta de Asltaris. "Desconozco tu talento independientemente del rango de tu signo, pero solo el pago para el examen supera las dos mil monedas de oro, no hay forma que tu padre herrero y tu madre guardia personal del duque puedan conseguir ese monto, eso sin ver como llegarías hasta allá. Solo eres un niño, dejaré que intentes cumplir tu sueño y cuando la realidad te golpee vendrás arrastrándote hacia mi."

"Entiendo Astalris, tienes razón. Alguien con tu nivel y tu talento debe aspirar a más, sin embargo, las puertas del Salón de la Gracia estarán abiertas para ti cuando desees volver"-, dijo el príncipe y luego procedió a retirarse del salón.

Cuando el príncipe se hubo retirado, al fin todos pudieron respirar.

Asltaris bajo del altar y se retiro con sus padres, mientras el sacerdote continuaba con los pocos restantes sus despertares. No hubo ninguna otra gran sorpresa digna de mención.

Ir a la academia era la opción más segura, no solo el prestigio de la academia le servia de respaldo a los intentos de manipulación o control por parte de los diferentes grupos de poderes actuales en el reino, sino que le permitía salir de la vigilancia de sus padres y poder recuperar su poder con mayor velocidad.

Sin embargo, en el transcurso a casa, Astalris advirtió preocupación en los ojos de sus padres.

Al llegar sus madre le dio algo de comer y lo mando a descansar, pero antes de retirarse lo miro a los ojos y le dijo "Asta, tu padre y yo estamos un poco preocupados con la decisión que has tomado y el rechazo al príncipe, descansa ahora mañana hablaremos. Pero quiero que recuerdes que lo importante es que seas feliz. Ambos queremos lo mejor para ti, pero los logros son relativos y la perspectiva es importante. Elijas la opción que elijas, siempre sigue tu corazón, nunca vayas contra el, solo así podrás ser feliz."

Su padre paso su mano por la cabeza de Astalris y sonrió diciendo, -"Hijo, no importa el camino que elijas, recuerda que siempre te apoyaremos."-

Astalris asintió levemente y e inmediatamente se ocultó en sus sabanas. Algo tibio y acogedor empezó a recurrir su pecho. Se sentía bien, se sentía amado. Era un sentimiento que no había tenido la oportunidad de disfrutar en su vida pasada. Astalris decidió en ese momento que protegería ese sentimiento, no dejaría que nada le pasase a sus padres.

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