El Duque de Venomania

Joachim era el nombre del exentrico Duque de Venomania, un noble perteneciente en origen a la familia noble del Artois, primo del gran Roberto I de Artois, y señor de las tierras del Ducado de Venomania, y como todos los nobles de la época, vivía rodeado de cada lujo que el dinero pudiera comprar, aunque, era cierto que para aquel señor ducal, aquello que se podía. adquirir soltando unas toscas monedas de oro, era parte de una vida aburrida.

Por otra parte, había mas en su vida oara placer del gran Duke, por ejemplo, las intrigas de la nobleza eran uno de sus placeres mas entretenidos, ya que todo era una estrategia posiblemente Mortal, si un noble jugaba mal sus cartas, ese alguien moría envenenado en el mejor de los casos, pero si el verdugo había jugado peor las suyas llevaba una desgracia mayor a su casa.

Por otra parte, los placeres de la carne y la bebida, eran buenos, de las pocas cosas realmente placenteras entre lo que el dinero pudiera comprar, y en su castillo ducal, su voluntad era ley, los mandatos del rey, eran apenas una molestia, las amenazas de guerra, no le importarían, aún sin el apoyo del reino, Venomania no caería de manera sencilla ante ningún enemigo, él era el mas grande de los señores ducales o condales, el era el señor del mas poderoso ducado del reino, el magnífico ducado de Venomania, que con sus gruesas murallas y sus soldados siempre listos para la acción, era mas seguro que las moradas de cualquier rey, tal como lo dispusiera el primer duque de Venomania, el Gran Enrico I de Venomania.

Una copa siempre en su mano, una pipa y tabaco en los bolsillos, eran casi un accesorio eterno del duque, Joachim no se medía en las exentricidades, y jamás se ató al matrimonio, en cambio, las orgías en las que participaban mujeres y hombres por igual eran comunes en su palacio, sin importar las clases sociales, el dinero y la fama, los únicos requisitos que exigía el duque, eran la belleza, la juventud y la pulcritud, pues aún entre las entregas carnales, se destacaba una clase especial en el castillo de Venomania.

La vida de exentricidades nunca tendría fin para él en su retorcida mente, animaba las fiestas con su dulce voz, o tocando cualquier instrumento, confeccionaba sus propias vestiduras, y dominaba cada danza que conociera él o cualquier visitante a su palacio, los excesos y el placer, no eran mas que el día a día en el ducado de Venomania.

Todo para placer del Duque, cuya alma, si es que aún la tenía, estaba mas negra que el carbón, y aunque se decía que no era otro que el mismísimo diablo encarnado con la misión de corromper a toda la humanidad, como señor ducal, era admirado, respetado y temido, sabiendo hasta el mas mísero de los habitantes de aquel ducado, que mientras el Gran Duque Joachim estuviera protegiéndolos, ningún enemigo habrían de temer.