654 654 ¡Gran cosa!

Su hijo lo estaba rechazando. Li Sicheng pudo ver eso. En especial cuando escuchaba que el niño mencionaba varias veces al tío Lu, sintió que su corazón estaba siendo arañado por un gato. Quería darle una lección al pequeño y mostrarle quién era su padre. Pero eso no funcionaría. Li Sicheng tenía dolor de cabeza. Se quitó los zapatos y pisó las alfombras de colores.

Li Jianqian estaba viendo cómo Li Mosen estaba jugando. Li Sicheng bajó a la mitad de las dos camas pequeñas y quedó frente a ellos. Él preguntó:

—¿Qué estás jugando?

—¡Un juego nuevo! No sé cómo se llama —respondió Li Mosen, luchando contra el monstruo; él pronto murió y mencionó con voz abatida—: Es demasiado difícil matar a este gran jefe. ¡He muerto muchas veces!

—¡Permíteme! —indicó Li Jianqian.

El niño tomó el teléfono y comenzó a luchar contra el monstruo. Pero, después de un rato, fue asesinado dos veces y arrojó el teléfono.

—¡Es muy difícil! ¡Me rindo!