651 651 Ou Ming, te arrepentirás

—Soy yo —repitió Li Sicheng.

Ou Ming había perdido la voz y después de un largo rato dijo:

—No puede ser. ¿Li Sicheng?

Li Sicheng tenía una sonrisa en los ojos y bromeó:

—No te he visto en más de cuatro años. ¿Eres estúpido ahora?

Ou Ming sintió que debía estar soñando, se pellizcó, colgó el teléfono e inició una video llamada. Li Sicheng le respondió pronto, y su cara apareció frente a él.

—¿Estás vivo? ¿Sigues vivo? —preguntó Ou Ming, con su rostro lleno de incredulidad—. ¿Todavía estás vivo, maldito? ¿No muerto?

—¿Qué crees?

Cuando Li Sicheng respondió eso, Ou Ming solo sintió que estaba en llamas, pero al mismo tiempo, sus ojos se cubrieron de inmediato con niebla. Con los ojos rojos y candentes, preguntó emocionado:

—¿Dónde estás?

—En casa, la antigua casa.