4 El resultado del cambio

Esta vez la niña fue a ver a su madre para decirlo lo de siempre. La madre rió un poco debido a la conducta de su hija, nunca había visto a su hija con este tipo de actitud, era un contraste a lo calmada que era siempre

"Ya voy mi niña" dijo suavemente.

"Gracias mamá, te veo en mi cuarto" y salio volando cual cohete a su habitación.

Una vez llego a la habitación de su hija, ya estaba cambiada, con los dientes lavados, dando un aire de hija perfecta; siempre había sido así, pero el hecho de que lo hiciera con tal rapidez demostraba su interés por seguir con la historia

"Muy bien, deja recuerdo donde me quede ayer" Dijo antes de sobar la cabeza de su hija y continuar con su cuento

En un principio la señora pensó que era un simple incendio, pensó que algún dragón estaría haciendo su trabajo, pero pasando un tiempo seguía estando la misma cantidad de humo. Esto no era normal, en cualquier caso debía de haber algún cambio con el humo.

La curiosidad estaba por matar a la señora, hace mucho que no había nada que hacer, pero no podía aparecer así nada más, así que decidió utilizar un hechizo que le permitía transformarse en algo.

Hechizos tan simples como este que solo afectaba a su persona no le harían nada al mundo, con esa seguridad bajo lo más cerca de donde se veía.

Aprovechando que el humo venía de un bosque se transformo en un zorro, su pelaje era negro con violeta, a su mala suerte eso no lo podía cambiar, pero aún así decidió arriesgarse.

Al aproximarse a la zona donde se veía el humo un olor llenaba el aire, no sabía que era y sin notarlo aumento más la velocidad con la que corría.

Sus ojos no podían creer lo que estaba viendo, una raza desconocida estaba frente a ella, estaban sentados al rededor de una fogata con algún animal por encima, no tenía idea de que hacian pero otro aspecto le llamo más la atención.

Estaban ocupando alguna clase de ropa, uno tenía una armadura completa, otro solo tenía algunas partes de su cuerpo protegidas y la más extraña tenía una clase de túnica negra. La señora espero un poco para que se terminaran durmiendo con la intención de acercarse.

Lo que tenían con ellos solo era una espada y algunas dagas, además de sus alimentos y bebidas, ninguna otra raza había conseguido llevar su inteligencia tan alto como para averiguar esto.

Entonces recordó lo que alguna vez vio, los "primates" a los que vio hace tiempo realmente sobrevivieron a todo este tiempo, a pesar de las peleas y los cambios en el mundo aún seguían ahí, el simple hecho de tener más inteligencia que los demás ya era un logro, pero el lograr llegar hasta aquí era aún mayor.

Muchas razas se extinguieron en esos años, y todos habían pensado que ya habían desaparecido, pero esto era de urgencia contárselo a los demás señores.

Justo antes de salir de ahí, uno de los humanos había despertado, al principio ambos se quedaron quietos, sin saber que hacer el humano se acercó lentamente a la señora, pero por los nervios huyó lo más rápido posible.

Al estar algo lejos se arrepintió de haber huido de esa manera, pero ya no había tiempo que perder, debía de contarle esto a los demás señores.

Al llegar a su hogar, la señora convoco una reunión, al estar todos juntos la señora explicó que es lo que había descubierto, todos los señores se emocionaron a tal punto que fueron a la habitación de observación.

Al ya no haber luz del sol, era más difícil ver si había algo fuera de lo común, así que esperaron al amanecer.

Buscaron por los sitios cercanos, pero después de horas de no encontrar nada casi se dan por vencidos, sin embargo, el señor de las montañas notó algo extraño, una clase de torre se encontraba en la base de una de las montañas que creo, y no más lejos de ello, había una ciudad.

Los señores estaban sin palabras, estos seres habían incluso creado una civilización y no se dieron cuenta. Intentaron recordar porque no los vieron.

Pero también es verdad que después de la última reunión con los dragones incluso ellos no habían hecho nada.

Los señores observaron durante semanas lo que hacían, a pesar de ser cosas simples como el cocinar o comprar algo, seguía siendo un espectáculo impresionante.

Siguieron buscando en el mundo y se dieron cuenta de que había más de ellos, más y más ciudades aparecían en diferentes lados y lo más sorprendente era que cada una era especial.

Algunas creaban casas de ladrillos, otros hacían pirámides con rocas, otros hacían sus casas con piedra y barro, nunca fueron todas distintas. Así como sus acciones, tenían culturas diferentes, acciones diferentes, idiomas diferentes, los señores estaban tan felices que sin quererlo lanzaron hechizos al aire que solo creaban luces.

Después de revisar que no hubieran provocado nada revisaron el estado de la tierra, pero nada cambió, incluso preguntaron a los dragones para confirmarlo.

Pero había otra cosa, además de la caza de los demás animales, protegían sus hogares, no solo de ladrones, también de bestias increíblemente feroces.

Además de los humanos, aparecieron criaturas extrañas, algunas más pequeñas, otras tan grandes que ocupaban árboles como armas. Poco inteligentes pero más amenazadoras y fuertes que los humanos, estás criaturas tenían un aura que era extraña, los señores no tenían idea del porque, pero incluso a ellos esto les alarmó.

Sabían que los humanos podrían con ellos, no por nada habían sobrevivido todo este tiempo, sin embargo tampoco harían nada por ayudarlos si todo iba mal, estaban apenados por esto, pero la promesa era esa, querían que el mundo avanzará solo.

Años pasaron, y no mucho cambio, los señores seguían observando a los humanos, algunos reformaron sus ciudades, otros no hicieron mucho, pero los señores nunca se aburrieron.

Un día los señores estuvieron observando colo cazaban a algunas criaturas, sin embargo, empezaron a perder, lo que era un equipo de 10 se redujo a solo 4, no era una escena extraña, los señores lo habían presenciado muchas veces, las primeras fue una pena ver cómo morían, incluso la señora de la obscuridad trato de invocar niebla para que huyeran, pero los señores la retuvieron. Realmente a los señores les disgustaba que murieran, y cuando estaban por cerrar los ojos o voltear a ver otra cosa, una luz iluminó todo el lugar, a pesar que era noche y estaban enmedio de un bosque, una gran luz apareció.

Los señores acercaron lo más que pudieron de la imagen y vieron que de uno de los que estaban a punto de matar, llamas carmesí salieron de sus dedos, calcinando a los que tenía delante de él, los señores e incluso el que lo había hecho, estaban anonadados, los únicos que pudieron tomar el poder que los señores hicieron fueron los dragones, no pensaban que nadie más lo pudiera hacer, pesaron que de cierta manera eran también creados por la abundancia de magia, pero recordaron que eso no era posible, aparecieron muchos años atrás y habían evolucionado con el tiempo, entonces se preguntaron como era posible. La pelea que iban a perder terminó siendo una victoria, el humano había convertido a carbón a todos sus enemigos, pero poco después terminó en el suelo desmayado.

Habían pasado varios minutos desde el suceso, incluso el grupo de humanos ya no estaba, todos corrieron a la ciudad mas cercana para conseguir ayuda para su amigo, pero los señores estaban petrificados. La primera en "despertar" fue el señor de los mares, una vez sus compañeros reaccionaron empezó a pensar en lo que vio, aunque no le encontró sentido a esto.

A pesar que el único tipo de magia había sido del señor del fuego, no tardo mucho antes de que mas casos apareciesen en todo el mundo, y en un abrir y cerrar de ojos, la gran mayoría de humanos aprendieron a controlar la magia de los señores, no era tan poderosa, y algunos solo podían hacer lo mínimo, pero el sencillo hecho de hacer algo que solo los señores podían ya era algo sumamente grande, y esto sacudiría el mundo.

Los señores convocaron a una reunión de emergencia con los dragones para determinar que hacer. Todos estaban pensando el porque de este poder en ellos, y el primero en teorizar algo fue el señor de los mares. Según sus pensamientos, "desde el inicio de su aparición estuvieron muy expuestos a demasiada energía mágica, tal vez es por esto que sus descendientes lograran controlarla", en un principio parecía razonable, pero hubo un ponto que no se podía saltar, "miles de razas convivían con ellos"; nadie sabia que decir, incluso desde la aparición de esas nuevas razas de monstruos, pensaron que solo era por los cambios que implementaron al mundo, pero esto era mucho mas grande.

La reunión se finalizo después de pensar en todas las posibles cosas que pudieron haber pasado para llegar a este punto, todos estuvieron de acuerdo a la primera parte, pero el saber porque las demás razas no se habían vuelto inteligentes era el misterio, y después de darle vueltas al asunto durante tanto tiempo, llegaron a un callejón sin salida, sin otra posibilidad viable, determinaron que la inteligencia de los humanos era innata.

Meses pasaron desde que los humanos habían implementado la magia sus vidas, mientras que los dioses estaban algo preocupados por esto, sin saber una razón exacta, no sabrían si alguna otra raza podría hacer lo mismo. Los preocupaba que pudieran destruirse unos a los otros; ya habían seres que podían hacer magia débil para los señores, pero poderosa para ellos.

Así que tomaron una decisión muy arriesgada, cambiarían sus formas a humanos comunes, sellarían sus poderes a un punto medio, e irían por todo el mundo investigando todo lo que pudieran sobre los humanos.

Todos los señores se dividieron las zonas donde en ese entonces estaban aposados los humanos, mientras que los dragones se encargarían de cuidar de su hogar. A pesar de todos los siglos juntos, nunca pensaron que algún día se separarían; en sus corazones había una mezcla de emociones, tristeza de no ver a sus hermanos en un tiempo y felicidad de saber que su monótona vida se convertiría una vez mas en algo entrenudo, o eso esperaban.

Antes de verse las caras por ultima vez todos se dieron un fuerte abrazo y prometieron que deberían volver en 50 años, para los humanos era mucho tiempo, para los dioses seria corto, pero en sus corazones parecerían incluso 5000, Y así cada uno de los señores fue llevado por su dragón a un destino muy lejos de ahí.

"¿Y que paso después mamá?", pregunto con mucho interés su hija.

"Nada malo mi cielo, cada uno llego a su destino de forma segura y rápida, bajaron de su dragón para que volvieran y cumplieran con su deber. Para que el plan saliera a la perfección, los señores tomaron la forma de bebes, y se pusieron a las afueras de cualquier casa." Explico con calma

"¿Que paso después mamá?" su hija hacia berrinche para que su madre le contara aun mas, no se sentía satisfecha, y quería saber que los señores estaban bien.

"Sabes que solo es un poco por una noche, si te sigues portando tan bien como estos días mas pronto te contare lo que sucede, ya casi nos acercamos al final." Dijo mientras terminaba de arropar a la pequeña.

"Esta bien mamá, pero tendrá un final feliz, ¿cierto?" Balbuceaba mientras que caía dormida.

"Claro que si mi pequeña" Decía mientras le acariciaba la cabeza para que durmiera.

Después de confirmar que estuviera completamente dormida, salio del cuarto en silencio y se dirijo a su habitación, sin embargo, antes de entrar dejo salir un suspiro un poco pesado,

"O eso desearía que pasara", se lamentaba antes de entrar a su cuarto a dormir

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