1 Capítulo 1

La Tierra, un lugar donde el hambre y la sed, el odio y el amor, la sed del poder del hombre habitan ni más ni menos en propio infierno. ¿Será que existe el infierno, o solo es el espejo de la tierra? ¿Y el cielo?

En un pequeño pueblo, cerca de la costa, donde la gente muere de hambre todos los días, un pueblo poco turista ni importante, más que la importación de pescado y la piel de lobo, pero poco llega para dar de comer a las familias. Ya han fallecido tres niños esta semana por culpa del hambre, apenas hay niños ahora y más con el frío, que cogen catarros y pulmonía. Al igual que ellos, los mayores no resisten ni el frío ni el calor. Sólo quedan los jóvenes del pueblo, los chicos que van a la caza y a la mina, unos al bosque a por troncos para la casa, y otros al puerto intentando pescar lo que de pueda, aunque en invierno poco se consigue. Y las chicas... ¿Qué van a hacer ellas? Van al mercado a conseguir lo que se pueda, al bosque para cazar pequeños animalitos y recoger algunas que otras setas y plantas, limpiar la casa y cuidar de sus hermanos, todas casándose a los quince años.

Salvo una chica, la cual le hacen de lo peor. En su familia, ocho hermanos y dos padres estrictos. Cuatro chicas y cuatro chicos. Ella es la segunda de ellas, a la peor qie tratan porque parece que no hace nada en la casa, sólo sirve para cuidar de los cerdos e ir al mercado, según sus padres... Su madre no deja de gritarle y mandarla a hacer de todo. ¿Quien puede con ocho hijos en una casa pequeña y con poco wue comer? A sus hermanas se las trataban mejor, vestidos más bonitos, botas para el frío qur protegen mejor, incluso alguna bisutería del mercado. Alis, la mayor, tiene un pretendiente, Daniel, el hijo del panadero, el chico más guapo del pueblo y escuela. Todas lo alaban con palabras bonitas, pero ¿y a ella? A aquella chica que no hace nada, nadie la quiere ni la busca, ni siquiera un pretendiente, todos la llaman piggy ya que pasa más tiempo con sus cerdos que con los del pueblo, ni siquiera tiene amigos y todos se burlan de ella porque es fea y tiene la nariz robusta y hombros de hombre con dientes de caballo, pero nadie podía decir nada de sus ojos, porque eran los más bellos de todas las damas del pueblo. Un color exquisito, entre azul oscuro, gris y pinceladas de púrpura. ¿Que clase de ojos son esos? Algunos la tomaban por bruja, incluso la querían mandar a juicio y colgarla del árbol de su casa, pero no lo hacían porque le temían. Sus siente hermanos ni siquiera le prestaban atención, menos su hermana la más pequeña, quien más la quería de todos, comparten la comida incluso ropa y cama.

En la cena, sus cuatros hermanos con su padre esperaban en la mesa a por la comida mientras que las chicas podían la cena, llegaba ella por la puerta con una camisa de tela fina con agujeros y pantalones de hombre y dos cubo de restos de comida que les había llevado a los cerdos. Se acercaba a la mesa para sentarse pero su madre le reprochó:

_¿Piensas sentarte así en la mesa? Ve a lavarte las manos ahora mismo.

Ella no dijo nada y se fue a lavar las manos en la fuente de afuera. De pronto unos chicos de unos veinte años se acercan a ella, parecen algo bebidos tambaleándose empezaron a decirle cosas, más bien burlándose.

_Hola bonita, ¿no te apetece venir con nosotros? - dice uno de ellos.

_Sí - dice el otro que se va acercando más a ella, casi a dos metros, ella en cambio intenta retroceder pero el miedo la detiene - Nos encantaría que vinieras a tomar algo con nosotros y los demás - su amigo se ríe y este le sonríe - Sabes, en el pueblo todos los chicos tienen curiosidad de qué se siente acostarse con una bruja - el chico se acerca casi al rozar su cuerpo con el de ella, poco a poco acerca su mano para desnudar su hombro con la camisa fina - A mi no me pareces tan fea como dicen...

_Marchaos o gritaré - dice ella con voz temblorosa.

_¿No crees que hace mucho frío para ir así vestida? ¿Por qué no me acompañas a mi casa y te doy algo?

_¿Por qué tardas tanto? - su hermana pequeña sale a llamarla a cenar, entonces los chicos se van riéndose - ¿Estas bien hermana? - se abrazan y vuelven a entrar. Al cerrar la puerta se siente observada.

Ya todos en la cena.

_¿Estabas provocando a esos chicos hija, te crees que no te he visto por la ventana? - suelta su madre y todos la miran en silencio - Mira cómo vas vestida, ponte algo más de ropa la próxima vez y no nos avergüences - dice su madre molesta.

_No tengo ropa - dice ella entre dientes.

_¿Cómo? ¿Estás diciendo que no te compramos ropa, que no te lo damos todo? - continúa su madre.

_Leya - su marido la manda a callar pero ella desiste.

_Maldita niña, ni en la mesa nos das buenas conversaciones, siempre quejándote, a ver si empiezas a ponerte más guapa y buscarte a alguien que te dé lo que necesites - su madre se levanta de la mesa al igual que ella yendo a su habitación compartida con sus hermanas.

_La estaban acosando madre... - dice Matilda, la hermana pequeña.

_Y a mi qué, que haga lo que le dije si no quiere que la mandemos con tus tíos, ya me tiene harta.

La pobre chica cansada de vivir así, rompe a llorar en silencio como todas las noches, sin haber cenado casi nada y con el estómago vacío intenta cerrar los ojos y dormir un poco, cuando duerme al menos se olvida del día que ha pasado.

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