26 Capítulo 26 - Veneno (4)

Durante todo un día y toda la noche, Jun Qing estubo tendido en la cama al borde de la muerte, todos los médicos que vinieron y le tomaron el pulso tenían la misma expresión de preocupación, todos tenían el único veredicto: Jun Qing estaba a un paso de distancia de la puerta de la muerte.

Jun Xian parecía haber envejecido diez años durante la noche mientras se sentaba junto a su hijo mientras agitaba las manos y le pedía que regresaran al palacio. Se sentó allí con tristeza mientras hundía la cara en sus manos.

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—¿Es eso cierto? —El Emperador que estaba sentado en el estudio estaba escuchando al médico que le estaba informando la situación de Jun Qing, con el rostro carente de expresión mientras escuchaba solemnemente.

—Este humilde no se atreve a mentir. El veneno de Jun Qing ha actuado y el veneno ha atacado el corazón —el médico informó con la verdad.

—Eso es una pena, ordene que el Snow Mountain Ginseng y el Red Lingzhi sean enviados al Palacio Lin —el Emperador se sentía muy generoso, tanto el Snow Mountain Ginseng como el Red Lingzhi son hierbas raras que se utilizaban para prolongar la vida y era evidente para todos que Jun Qing no tiene mucho más tiempo para vivir.

—Si su Majestad.

—Retírese —el Emperador agitó su mano.

Cuando el doctor se fue, el Emperador se reclinó en su silla mientras repasaba los diferentes pergaminos en el escritorio, se podía ver una pequeña sonrisa.

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El Palacio Lin se vio ensombrecido por la tristeza cuando Jun Qing yacía inmóvil en su cama, su respiración era muy débil.

Jun Xian se sentó a su lado con los ojos rojos.

—¿Por qué sucedió esto de repente? Estuviste bien todos estos años, ¿por qué el veneno estalló repentinamente? —Jun Xian no pudo entender, todos estos años su condición había sido estable, ¿qué podría haberlo desencadenado?

El hombre que estaba a un lado tenía una expresión solemne mientras apretaba el puño con fuerza.

—¿Algún personal sospechoso ha entrado al Palacio últimamente? —Jun Xian preguntó con un oscuro ceño fruncido.

El hombre negó con la cabeza mientras miraba a Jun Qing acostado en la cama, su corazón estaba luchando internamente. Antes de que se desmayara Jun Qing, le había dicho específicamente que no le dijera a nadie que Jun Wu Xie estuvo allí antes. Sin importar lo que hubiera sucedido, creía desde el fondo de su corazón que Jun Wu Xie no lo lastimaría. Simplemente lo tomó como que su vida iba a terminar un poco antes, eso es todo. No quería implicar a su sobrina en el gran plan de nadie para lanzar al Palacio de Lin a más confusión.

Pero ahora todos los médicos han diagnosticado que no le queda mucho tiempo. ¿Tenía que ocultarlo para siempre? El hombre estaba en conflicto, si se tratara de alguien más, los habría interrogado directamente, ¡pero la autora fue Jun Wu Xie!

Si Jun Qing realmente moría, Lin Palace no tendría más futuro.

—Esto... ¿qué pasó aquí? —una voz desconcertada de repente sonó.

El hombre y Jun Xian se volvieron a mirar al mismo tiempo que veían a Jun Wu Xie con un gato negro en sus brazos, con una expresión curiosa en la puerta.

—Wu Xie... —La voz ronca de Jun Xian estaba llena de tristeza.

El hombre apretó su tembloroso puño y reprimió las palabras que quería decir.

—Tu tío ha sido envenenado —Jun Xian lanzó lentamente mientras cerraba los ojos con desesperación.

¿Envenenado? Jun Wu Xie se sorprendió un poco cuando escuchó esto. Inmediatamente se fue a la cama ignorando al sorprendido Jun Xian y al hombre mientras tomaba el pulso de Jun Qing.

Su pulso era muy débil, apenas perceptible. La cara de Jun Qing estaba pálida y cubierta de sudor mezclado con una sustancia oscura. Todo esto encaja con la descripción de ser envenenado.

Si se tratara de otros, lo habrían concluido como envenenamiento severo, sin embargo, ¿quién era Jun Wu Xie? Ella había encontrado inmediatamente algo diferente.

Aunque el pulso de Jun Qing era débil, también era muy estable.

Jun Wu Xie retiró inmediatamente la colcha y retiró la almohada.

—Wu Xie, ¡¿qué estás haciendo?!

—El tío está bien —la mente de Jun Wu Xie estaba centrada en el tratamiento y no sabía cómo sus repentinas acciones y palabras habían impactado al resto que estaban allí de pie boquiabiertos.