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MASCARAS

"La marca de la ironía humana, es que mientras más parezca ante el mundo que eres tú mismo, menos es así"

Salió del lugar, arrogante como siempre, no encontró resistencia, ni la esperaba, aunque, estaba listo para encontrarla, había observado cada centímetro cuadrado del lugar, sintiendo decepción de las pocas medidas de seguridad que tenía el mismo, aunque, le adjudicaba eso mas bien a la paranoia del ex dirigente supremo de la C.I.A. ya que, se aseguró de que no hubiera cámaras digitales ni dependencia a sistemas eléctricos computarizados, lo que limitaba a cero las posibilidades de sufrir un ataque cibernético a distancia, él mismo asesino podría entender esa manera de pensar, ya que, sabía que incluso la cámara de un celular podría delatarlo, ni se hable de un sistema de seguridad, y alguien que dirigió una de las mejores redes de espionaje en el mundo, sabría que no existe nada como un sistema informático infalible.

Jack también lo sabía, por ello no era un gran fan de la tecnología de punta, aunque, no la rechazaba del todo, cosas como un avión, un vehículo terrestre de avanzada o un sistema de bloqueo de cámaras, eran útiles en su profesión, si bien su maestro le enseñó a nunca depender de nada, también le enseñó a usar todo lo posible, aunque, siempre teniendo en mente que cualquier cosa puede ser destruida o perdida, y el asesino debe adaptarse a ello si quiere sobrevivir, aunque, rara vez un asesino llegará a viejo, pero, saber que puedes morir en cualquier momento y aceptarlo, no implica de modo alguno que no se peleará por sobrevivir hasta con la última de las fuerzas que le queden en el cuerpo, una ironía divertida para el asesino, a decir verdad.

Las enseñanzas del viejo, siempre fueron importantes, aunque aprendidas con severidad, en su mayoría con sangre, puede que en el rostro confiado que siempre mostraba, y en su manera de actuar siempre tranquila y despreocupada no lo pareciera, pero, bajo su ropa, esta lleno de cicatrices, algunas narraban algún error que tuvo al trabajar, o un blanco particularmente aferrado a la vida, pero, la mayoría de ellas, fueron hechas en su adiestramiento, el viejo asesino, no toleraba errores, y lo rompió física y mentalmente antes de hacer de él la persona que caminaba con tranquilidad en la oscura noche, pasando por callejones solitarios y carentes de cámaras de seguridad, sin temor a las alimañas y ratas que moraban esos callejones, en sentido literal o figurativo, ya que, cada vida quitada a un criminal, era un pequeño grano de arena mas al desierto que quería formar.

Tardó apenas unos minutos en llegar a su destino, un edificio de oficinas de varios pisos que pertenecía a una compañía privada llamada Hormiga de Metal, dedicada a desarrollo de tecnología de avanzada, una compañía que siempre consideró que tenía un nombre poco llamativo y su lema "Creamos tecnología con el tamaño y el poder de una hormiga" le parecía poco ingenioso al asesino, no obstante, era innegable que, a pesar de que era relativamente reciente, comenzaba a desplazar a los gigantes de la computación y la telefonía a un paso constante y seguro. Las luces en el edificio estaban apagadas, pues el horario general de labores había pasado hacía varias horas, y los burócratas suelen abandonar sus áreas de trabajo luego de que eso sucede, algo con lo que Jack contaba.

Entrar a un edificio así no sería un problema habitualmente, y mas aún a este edificio que conocía mejor que la palma de su mano, tenía en su mente los planos detallados del mismo, incluyendo la posición de las cámaras, las estaciones de guardia, y las rondas que solían hacer los mismos, por ello, entrar como un fantasma era un pasatiempo que tenía, aunque, no tenía la necesidad de hacerlo, tenía credenciales que lo autorizaban a entrar y salir a placer del inmueble, aunque nunca en su vida las había usado, y a decir verdad en raras ocasiones cargaba con ellas, por que , para alguien como él, cada oportunidad de practicar sus habilidades, era preciada.

Tardó varios segundos mas de lo habitual en llegar a la oficina privada del presidente ejecutivo de la compañía, aparentemente cambiaron el patrón de guardia esta noche, seguro algo que podría agradecer al poderoso señor del edificio, o mas bien a uno de ellos, los gemelos que manejaban la compañía usualmente estaban separados, y él sabía que el mas sociable de ellos, tenía un evento de caridad esta noche, y que el que lo esperaba era quizá a quién podría llamar mejor amigo, si llamara alguien de esa manera.

—El primo de uno de los guardias necesitaba trabajo, lo escuché mientras hablaban en el comedor, así que lo llamé y lo contraté, se llama Ricardo, es un joven prometedor, atlético y responsable, aunque apesta a tabaco y licor barato, entre otras cosas, pero, si no escuché nada romperse asumo que lo evitaste como al resto, espero que te fuera más entretenido hacerlo esta noche, después de todo, el nuevo casi me hecha a mí mismo por no tener las credenciales de la compañía, y amenazó a mi hermano con romperle el rostro si no lo dejaban hacer bien el trabajo para el que lo habían contratado, es violento, y a decir verdad me agrada, me recuerda un poco a mi mismo a su edad, pero, te lo presentaré después, muero de curiosidad por saber si descubriste algo de nuestras nuevas amigas —

Jack le sonrío mientras negaba con la cabeza, el menor de los gemelos era una persona bastante particular, a la que apodaban "serpiente" por usar siempre un traje verde, por los tatuajes de serpiente que sobresalen del cuello y de las mangas, por el anillo de serpiente, y porque es por mucho, el mas engañoso y convenenciero de los gemelos, sin temor a mentir ni embaucar a otros para lograr sus objetivos, aunque, el apodo lo arrastraba desde su juventud en las pandillas, en la edad en la que se había hecho los tatuajes que tanto solía lucir.

—Nada, ni siquiera el viejo Kruger sabía nada de esta pequeña, salvo por que hay mas como ella, pero, unas docenas como ella, y todos nosotros resultaremos obsoletos, ¿Sabes que solo les apodan ángeles por que sus uniformes tienen alas estampadas en la espalda? No lo esperaría de un hombre como él, pero, se esta haciendo viejo, todos lo estamos haciendo, en diez años, no soñaría enfrentar una de esas cosas siquiera, pero, si queremos evitar que se produzcan en masa, debemos saber como las producen, quienes lo hacen, y mandarlos con los verdaderos ángeles a juicio divino — el hombre frente a él río por lo bajo mientras lo miraba con confianza.

— Así que el cliente era Kruger, no se si debería sorprenderme de ello o no, daba por sentado que él tenía sus hombres de confianza para hacer su trabajo sucio, pero, nadie mejor que tú, asumo, por otra parte, creí que no creías en divinidades —

— No lo hago, si existiera un dios, del panteón que fuera, no tendría que ocuparme yo de los condenables —

—Entonces tienes un serio complejo de dios — Jack negó con la cabeza mientras soltó un suspiro de cansancio sentándose en la silla que estaba frente al escritorio de su amigo, y sonrió.

— No se nada de dioses, pero te aseguro que si existieran, no se verían como yo, aunque hablando de seres superiores, tendré que llamar a los sin rostro, entre cobrar un favor importante, o pagar por información, prefiero pagar, el dinero nos sobra, pero, los favores escasean estos días — la gesticulación de la serpiente se hizo mas infantil al hablar de la oscura compañía de investigación que dominada el negocio de la información en el mercado negro, los sin rostro, un grupo que sabía todo de todos las inteligencias de las potencias mundiales eran niños a su lado, pero, eran costosos sus servicios, por ello Jack solía pasar de sus servicios, salvo que fueran necesarios.

—Hablando del diablo — Jack sabía lo que eso significaba, mientras la puerta de acceso se abría y entraba al lugar uno de los guardias de seguridad, que al entrar se arrancaría el rostro y el uniforme para revelar un atuendo oscuro y una máscara negra sin rasgos que ocultaba la identidad del sin rostro.

—Ya esperaba que me llamaran, pero juraría que mi disfraz era perfecto, ¿Qué me delató en esta ocasión? — Jack no se dio la vuelta, en su lugar se levantó junto con su silla y la puso junto a la de su amigo para que el sin rostro que solía hacerse llamar Colibrí quedara frente a ambos, había notado que algo iba mal con ese guardia desde que lo evitó, pero, quería que su amigo hablara, a él no le gustaba hablar de sus trucos, pero a la serpiente le encantaba hacerlo.

—Cuando pase cerca de ti olía al perfume de Jonatan, pero, conozco a mis empleados, fuma a escondidas en los puntos ciegos de las cámaras, y tu no hueles a tabaco, supongo que eso y una corazonada mía me dijeron que no eras él — levantó los hombros al terminar de hablar, como si no fuera nada, aunque, en realidad no era nada, de vez en cuando la serpiente mostraba instinto, quizá hubiera sido un buen asesino de haber sido entrenado por el maestro de Jack, quizá.

—¿Ha pensado en trabajar para nosotros? Quizá haya lugar en los detectives de campo — una mala broma, no había detectives de campo en su organización, lo había mencionado en algunas ocasiones, su negocio es la información, pero en la era digital, donde todo estaba en la red.

—Me gusta lo que hago, pero ya que tienes prisa de hablar de negocios, creo que Jack estaba mencionando que iba a llamarte—

Jack, que había sido solo un testigo silencioso, entonces sonrió, a decir verdad los tres allí presentes se tenían cierto nivel de confianza, lo que era raro, en el modo de vida de todos, un empresario que destruye a su competencia, un recolector de información, y un asesino, y los tres solían relajarse en presencia de los otros, como si el destino los hubiera orillado a conocerse.

—Ángeles, quiero sabes quienes son y quién los hace — Jack hablo con seguridad, sabía lo que quería, como siempre que llamaba al sin rostro. Este tomó asiento frente a ellos, mientras ponía en el escritorio una computadora portátil carente de marca que nunca se apagaba.

—Ángeles, no esperaba que la razón de tenerme aquí callera en la teología— Jack rio entonces por lo bajo, era una de las primeras veces que el colibrí de los sin rostro no entendía lo que él quería decir, y él disfrutó de ese momento, especialmente luego de ser importunado por su presencia.

—Nada de teología los estadounidenses, los alemanes y los rusos llevan decenas de años tratando de hacer un súper soldado, un soldado perfecto e invencible que cambie por si mismo las tornas de una guerra, pero, con el creciente avance de la tecnología ese proyecto cayó en el olvido, hasta que alguien lo completó, creando a los llamados ángeles, una niñas que superan por sí mismas a un pelotón de miembros del SEAL, así que quiero saber quién esta tras el proyecto de ángeles, no me interesa como lo hacen, solo quiero que dejen de hacerlo— El sin rostro no se movió, intentaba procesar lo que acababa de escuchar, era algo poco habitual, por no decir que nunca antes le habían hecho llamar por una información así.

—¿Es una broma? — tenía que preguntar, por el tiempo que los conocía, jamás le habían bromeado así, pero jamás le habían pedido que investigara lo que investigaría un fan de comics a los 13 años en internet.

—No podría ser mas serio, una sola de estas ángeles podría eliminar una embajada del mapa, un equipo, estoy seguro que podría doblegar la casa blanca, y no, no estoy exagerando en modo alguno, vi una en acción, y estoy fascinado con ella, como profesional, quiero eliminar al que las crea, pero personalmente, quiero enfrentar una de esos pequeños monstruos, y dispararle entre las cejas — Había venido pensando eso como asesino había encontrado pocos rivales que le hicieran difícil hacer su trabajo, y podría contarlos con los dedos, pero estos "ángeles"" era superior a él en fuerza velocidad, reflejos, incluso su entrenamiento en el arte de la muerte era impecable, y eso era tan aterrador como excitante.

El sin rostro tecleó en su portátil, sin entender exactamente lo que estaba buscando, descartando información irrelevante, pero incluso limitar las cosas a situaciones en las que una mujer joven estaba involucrada eran inconmensurables para revisarlas todas, e inútiles, ya que serían solo trivialidades, un traficante murió cerca de Nueva Orleans hacía un par de años el informe policiaco decía que había muerto por un ajuste de cuentas de un rival, pero un testigo dijo que vio a una joven matando al hombre, aunque parecía irreal y su testimonio fue descartado, como lo otros tantos que tenían similitudes respecto a una chica asesina, no obstante, no era nada que valiera la pena mostrar, por lo que suspiró pesadamente, algo que no solía hacer, y concentró su mirada en Jack.

—No hay nada por lo que cobraría, pero puedo contactar a la sede central, lo que implicaría que el precio inicial se duplicaría, si existe, lo encontraremos, pero si no, de todas maneras, se le cobrará la suma correspondiente, ¿Esta dispuesto a continuar? — Era la primera vez en su larga carrera que tenía que decir eso, él era un trabajador del mas bajo nivel, pero con privilegios, la única razón por la que no había ascendido a un puesto mejor, era por que era de los mejores tratando a clientes, y eso era mas valorado en su puesto que en uno superior, por lo que se le mantenía en su sitio, aunque se le pagaba sustancialmente mas que a los demás de su nivel, en razón a su productividad, los de su rango, tenía calificaciones, en cuanto a satisfacción de clientes, y la posibilidad de conseguir la información sin recurrir a la sección de la sede central que llamaban "la Biblioteca" donde se reunían los mejores recolectores de información y además de robarla, la almacenaban y clasificaban, se decía que si un bibliotecario no podía encontrar lo que buscabas, simplemente no existía.

Jack no dudó ni un segundo y aceptó pagar el doble, hubiera aceptado pagar diez veces la tarifa habitual si encontraba lo que buscaba, así que lo consideró un trato justo, y entonces el colibrí trató de comunicarse con su bibliotecario asignado, de nombre clave Abeja Reina, a pesar de nunca haber tenido que contactar con la sede para una investigación, conocía el procedimiento, él enviaba lo que tenía que ser buscado, y el bibliotecario asignado le enviaba la información, y también sabía lo que pasaría cuando las cosas no marchaban como debería, la pantalla de su aparato portátil brilló de color rojo, con la leyenda, "Signos vitales de Abeja Reina Inexistentes, enlace autodestruido" era posible que alguien muriera, era algo que todos debían enfrentar tarde o temprano, y los pequeños aparatos portátiles similares a una computadora que portaban todo el tiempo, se autodestruían cuando los signos vitales de su portador desaparecían, así que, aunque era extraño, podía pasar, el colibrí no le dedicó mucho interés a su antiguo bibliotecario y en su lugar probó con el bibliotecario de respaldo, que se asignaba en caso de que el predeterminado pereciera, hasta allí todo era relativamente normal, pero cuando el mismo mensaje se repitió, el sin rostro supo que algo iba realmente mal, era casi imposible que dos bibliotecarios perecieran con tan poca brevedad que no se le había notificado una reasignación de los mismos, aunque también estaba previsto, en esta circunstancia, el enlace se comunicaba con un bibliotecario al azar para atender el asunto de manera temporal, pero, el mensaje se repetía, esta vez señalando que todos los bibliotecarios habían perecido, y nadie podría atender su solicitud, eso era algo completamente improbable, solo tendría sentido, si, de alguna manera estaban atacando la sede central, pero ni él mismo sabía donde estaba esta, aunque debía aceptar que, lo improbable, estaba ocurriendo de verdad.

El sin rostro no sabía que decir a los presentes, no sabía ni siquiera como reaccionar ante lo que estaba pasando, pero lo que si sabía era que la organización "los sin rostro" ya no existía, y debía adaptarse a las circunstancias.

—Me temo que me será imposible procesar su solicitud, y, me iré de aquí, como consejo personal, les sugiero hacer lo mismo — diría mientras activaba la autodestrucción de su enlace para simular su muerte, aunque, supo que era inútil, él era una persona que carecía por completo de instintitos, pero lo compensaba con una mente ágil y racional, no obstante, los hombres frente a él, tenían los instintos que a él le faltaban, y se percató de que tanto la serpiente, como Jack, apuntaban con sus armas de fuego a la entrada del lugar y disparaban dos balas cada uno, sin dejar de apuntar sus armas a la entrada, quién atacaba a los sin rostro hacía un buen trabajo sin duda, y venía a por él, pero, para su mala suerte estaba con dos profesionales, la serpiente, hijo menor de un empresario no muy adinerado, que a la muerte de su padre se entregó a los vicios, las pandillas y las armas, un perro de presa amaestrado y hábil, que regresó al negocio familiar luego de que su hermano gemelo comenzara a ser financiado por un inversionista anónimo, ahora, en lugar de matar directamente a una persona, la destruye, le quita todo, y ve como se sumerge en la miseria, alguien peligroso, y adinerado que no dudaría un segundo en quitar de su camino a quien se pusiera en frente suyo, pero la joya de la corona era Jack Hunter, probablemente el mejor asesino del mundo, una sombra que solo se conoce por su fama, pero que es temida por todos los que tienen poder, si bien alguien atacaba a los sin rostro, él en particular, sabía que no estaría mas seguro en ningún otro sitio, por lo que se levantó con calma de su silla, mientras dejaba su enlace en el escritorio justo frente a donde había estado sentado, lo había programado para autodestruirse, pero el enlace esperaba una confirmación de voz para hacerlo, luego, el colibrí se colocó detrás de los otros dos, para no entorpecerlos, y para salvaguardar su vida, estando atento a lo que sucedía, como siempre estaba.

La puerta se abrió, con la fuerza de un guardia muerto que funcionó como ariete, y entonces pasó lo impensable, tras el guardia, valiéndose del cuerpo como escudo, entró una joven de quizá diecisiete años, delgada vistiendo un atuendo negro, aparentemente de piel teñida de negro, misma que sostuvo al guardia muerto y lo lanzo contra Jack, este se apartó del trayecto del proyectil humano saltando a su izquierda mientras disparaba contra la chica, cayendo al suelo, y levantándose en el acto, escuchando las detonaciones de su propia arma y del arma de la serpiente, pero ella esquivó los disparos del asesino, y de la serpiente con movimientos que hasta ahora los tres hombres allí creían imposibles de realizar, mientras lanzaba un cuchillo que se habría incrustado en el cuello del sin rostro, de no ser porque Jack lo desvió usando su arma de fuego, él sabía que era ella, y estaba tan excitado como podría estarlo cualquier persona a la hora de enfrentar algo que lo supera por completo, pero con la firme intención de salir victorioso.

Las balas se le acabaron primero a la serpiente que se cubrió detrás del escritorio para recargar mientras Jack le daba cobertura, era la primera vez en la vida que el veterano asesino no acertaba en su blanco, pero eso ya lo esperaba, reconoció el estilo de las artes marciales de un ninja en su actuar, también esperaba que la chiquilla se acercara como lo hizo, y el golpe con el que sabía que ella planeaba atravesar su cuerpo con un ataque limpio en el pecho, había visto como una de esas cosas hacía exactamente eso en el pasado, pero, él no era un simple guardia de seguridad, era Jack Hunter, uno de los mejores asesinos en el mundo, y, ya conocía ese movimiento, por lo que logro evadir el golpe mortal girando su cuerpo, al tiempo que disparaba su arma apuntando al rostro de la pequeña, pero, ella desvió su arma con la mano izquierda, y aprovechando la cercanía, lanzó hacía su propia izquierda a Jack, como si de un muñeco se tratara.

Jack contaba con la fuerza y velocidad de los ángeles, por lo que no le tomó del todo desprevenido, y disparó desde el aire, mientras la serpiente que acababa de recargar, hacía lo mismo saliendo de la cobertura, pero la chica lanzó el escritorio contra Jack al mismos tiempo que este se estrellaba contra la pared a su espalda, Jack apenas pudo recuperarse del golpe y moverse un instante antes de que el escritorio impactara en el lugar en el que había estado al chocar contra la pared, pero el ángel concentró su atención en ese momento en la serpiente, abofeteando su arma para quitársela de las manos y lanzarla contra uno de los muros de la habitación, la serpiente no estaba costumbrado a sentir miedo, pero, era exactamente eso lo que sentía, miedo, un terror puro que solo podría sentir una bestia cuando sus instintos le decían que frente a él, estaba una bestia mucho mas peligrosa que él mismo, aunque sonrió, estar aterrado era una experiencia nueva para él, y estaba agradecido de sentirla, sin su arma, estaba perdido, pero jamás indefenso, eso nunca lo estaría, después de todo al inició de su vida en las pandillas, ni siquiera usaba un arma, ya que tenía sus dos ofensivas mas importantes al finalizar los brazos, fue popular y temido gracias a sus golpes, a los que apodaban mordidas de serpiente, por lo que, aún sin confianza de ganar, pero con la intención de vender cara su derrota, cerró sus puños y trató de golpear a la pequeña, que detuvo su puñetazo con la mano izquierda, y con su otra mano le dislocó el hombro, la serpiente contuvo un grito de dolor mientras miraba impotente como la pequeña le tomaba la el otro brazo para dislocarle el otro hombro, y luego lanzaba un golpe a su rostro, aunque ese golpe nunca logró llegar allí.

El sonido de una detonación resonó con fuerza en la habitación, mientras una bala atravesaba el hombro del ángel dejando inútil su brazo. Luego una descarga mas atravesó el otro hombro de la chica, que volvió la vista hacía Jack, creerlo muerto fue un error, aunque aún sin los brazos era aún peligrosa, él lo supo cuando se abalanzó en su contra tratando de estrellar su hombro en el estómago de Jack, este en lugar de hacer un movimiento vistoso, se apartó simplemente saltando a un lado, y cuando ella se estrelló con la pared siguió disparando, en su contra, en el muro quedó la marca del hombro del ángel, y Jack supo que ella casi atravesaba un muro de concreto, por lo que tragó saliva y siguió disparando, cuando las balas alcanzaron el cuerpo del ángel esta se hizo mas lenta, pero no era suficiente, parecía que era una maldita máquina asesina del futuro, o alguna cosa de ciencia ficción, ya que él estaba seguro de que un ser humano se detendría por esas balas, incluso el mismo Jack no podría seguir peleando mucho más, luego de eso.

Y por si no fuera lo suficientemente surreal todo eso, cuando ella se acercó a él nuevamente, levantó su brazo derecho y lanzó un golpe contra su rostro, Jack estaba seguro de que había dejado inútiles los brazos de aquella monstruosidad en cuerpo de niña, pero, ahora ella movía su brazo derecho como si nada le hubiera pasado, por lo que Jack trató con una estrategia desesperada y se agachó para saltar hacía atrás mientras apuntaba su arma a la pequeña, y solo entonces notó que la computadora enlace del sin rostro estaba en el suelo detrás del ángel, aunque no le dio importancia hasta que escucho que el colibrí gritaba la palabra "detona" y la computadora explotó, el cuerpo del ángel funcionó como escudo de la explosión para Jack, especialmente porque a pesar de recibir lo peor, apenas y se movió de su sitió, dando un par de pasos hacía enfrente de manera involuntaria, por lo que valiéndose de la situación, apuntó a la cabeza de la bestia, y disparó, la primera bala del asesino entró en la frente de la pequeña, pero, él asesino no dejó de disparar por eso, con un blanco que no se podía mover para esquivar sus disparos era imposible que él fallara, en un instante las balas de Jack atravesaron los ojos, el corazón y la columna vertebral del ángel, y el asesino solo entonces relajó su postura, mientras la chica caía al suelo sin vida, al ver que el cuerpo no se movía más, Jack se acercó y siguió disparando a la cabeza de la caída hasta vaciar el cargador de su arma, antes de acercarse a su cuello y revisar su pulso, ella estaba muerta sin duda, entonces Jack suspiró aliviado, de haber estado solo, habría muerto sin duda, estando con un hábil compañero, en un territorio conocido para ambos, y viendo llegar el ataque, apenas y había sobrevivido, en retrospectiva, si en aquel callejón no hubiera sido la protegida de Kruger, y se hubiera tratado de este ángel, habría perdido el encuentro, sin embargo, había algo que no le terminaba de convencer.

Tras verificar la muerte, fue a auxiliar a su amigo, que tenía una mirada feroz en el rostro dirigida al ángel, si las miradas mataran, esa mirada despedazaría por completo a alguien, pero no era así como funcionaba el mundo, Jack entonces procedería a reacomodar los huesos de la serpiente, que no emitió un solo grito de dolor, y en su lugar, comenzó a mover los dedos de sus manos cerca de su rostro, como tratando de creer que de verdad pudiera moverlos de nuevo, antes de ir a recoger su arma en silencio, luego se quedó en cunclillas frente a la pequeño monstruo.

—No puedo creer que sigamos vivos, pero debemos salir de aquí, si saben que esta cosa falló, enviarán otras como ella —

Jack entonces pondría la mano en su hombro, mientras pasaba con su vista de la difunta al colibrí un par de veces antes hablar.

—No creo que pase, esa niña es un monstruo, nadie enviaría a mas de uno a atar un cabo suelto que debería estar indefenso, ¿no es así?, Colibrí — ambos hombres miraron al sin rostro, que en ese momento soltó un largo suspiro y se acercó a examinar el cadáver de la pequeña.

—Coincido con tu análisis, aunque, nunca imaginé que sería un cabo suelto, debemos deshacernos del cadáver de la niña, nos lo llevaremos, y el guardia muerto, seré yo —

Señaló mientras se acercaba al cadáver del ariete humano que había usado el ángel para entrar a la estancia y se quitaba la máscara, y el resto de su traje, mostrando un rostro pálido, una cabellera negra bastante descuidada, y una complexión delgada que vestía unos vaqueros de mezclilla y una playera blanca, sin estampado alguno, el antes sin rostro procedió a ponerle el atuendo al cadáver con cuidado, y luego fue a por el cuchillo que antes le había lanzado el ángel, para clavarlo en el cuello de su doble y luego tomar asiento en una de las sillas de la oficina, las experiencias de los últimos minutos habían sido demasiadas hasta para él.

— Para mañana este hombre tendrá una doble vida y acceso a una cuenta con medio millón de dólares, eso debería cubrir las huellas, y crear la ilusión de mi muerte, todos morimos alguna vez, aunque en mi caso, sería mi tercera muerte, no creo que otro Sin Rostro haya sobrevivido, yo apenas lo conseguí, con las mejores condiciones posibles, por lo que debo solicitar su protección, hasta que se haya verificado mi muerte, siendo honesto, aún estamos todos en riesgo, y si no desciframos lo que sucede, tarde o temprano nos encontrarán, y nos eliminarán, no hay información acerca de los clientes de un Sin rostro de mi rango, por cuestiones de privacidad, pero, el edificio pertenece a los gemelos, así que quién encontró a los Sin Rostro, podría solo deducir que me reuní con uno de los dos, y si una de estas asesinas entró a este lugar ignorando los daños colaterales en bajas civiles, no creo que dudaren en eliminar a ambos — Ante esas palabras Jack sonrió, mientras tomaba asiento y señalaba al cadáver.

— Eso no será necesario, las rondas de seguridad no pasan cerca de esta oficina, y no tendría sentido cargar un cadáver desde alguno de los otros pisos hasta esta oficina, pero, después de todo, el gerente Michael necesitaba alguna manera de entrar sin levantar sospechas, ha estado vendiendo información a la competencia, pero eligió un mal día para venir a poner un micrófono a la oficina de los gemelos, o eso deduzco que venía a hacer, naturalmente investigué a cada persona de la empresa, hasta los conserjes, y esta pequeña coincidencia, será una buena tapadera, imaginemos que el gerente general de la empresa había digamos citado a un sin rostro para investigar a los gemelos, ya sea por que quería adueñarse de la empresa o venderle esa información a la competencia, el ángel llega a matar al sin rostro, despacha antes al gerente, pero, no espera que el sin rostro tenga experiencia en combate, y mientras asesina al cliente, el sin rostro le dispara en la cabeza, luego, ve que se mueve aún, y decide rematarla, varias veces, no solo por el riesgo, sino porque esta frustrado, acaban de matar a un cliente frente a sus ojos, suena creíble, para quién mandara a este monstruo, tenía habilidad en las artes marciales, pero, tenía poca experiencia en combate real, no creo que pudieran confirmar su letalidad pudo cometer un descuido, que le costara la vida, aunque sea poco probable, el único problema, es que esto será un escándalo, para la empresa, pero, perder algunos millones, será mejor que perder la vida, ninguno de los presentes estuvo aquí, Serpiente, será mejor que vallas a casa, asumo que tienes la coartada de la dama de compañía de costumbre, apégate a ella, Colibrí, recupera tu uniforme, los gemelos se encargarán de la tormenta del escándalo, si quieres mantenerte con pulso, sígueme, quizá no te agrade lo que voy a decir, pero las reglas han cambiado, puedes seguirme si quieres vivir, o puedes perecer solo, este ataque no fue una coincidencia, de alguna manera, los sin rostro estaban marcados para morir, con un arma apuntándoles, y nosotros tiramos del gatillo —

Tras esas palabras, la serpiente y el Colibrí miraron al asesino, tenía un semblante ciertamente extasiado, como si esta situación lo emocionara, sabían lo que eso significaba, el instinto de bestia le gritaba a la Serpiente que huyera de allí, mientras que el Colibrí solo asentía, incapaz de replicar nada, hacía un tiempo que el asesino había encontrado una estabilidad poco habitual en su profesión, ambos lo sabían, pero, ambos también conocían aunque superficialmente los antecedentes de Jack, y le temían, el hombre por sí, ya era peligroso, pero el monstruo en su interior, era simplemente aterrador.