Detonación del Núcleo

—¿Hay algo que podamos hacer para detenerlo? —Yuan les preguntó.

—¡No hay! Trataré de detenerlo. ¡El resto de ustedes huyan! —dijo el Abuelo Lan, preparado para sacrificar su propia vida por ellos.

—Sin embargo, Yuan le dijo, «¡No! ¡Yo me encargaré de ello!».

—¿¡Qué?! ¡Morirás! —Lan Yingying le dijo.

—Está bien. Aunque muera, no moriré para siempre. Sin embargo, eso podría no ser el caso de ustedes. —Y sin esperar a que respondieran, Yuan hizo su movimiento, volando hacia el Señor de los Demonios.

—¡Espera! ¡Joven! —El Abuelo Lan intentó detenerlo, pero, ay, Yuan lo ignoró por completo y siguió avanzando.

—¡Jajaja! ¿¡Así que quieres morir, huh?! ¡Esto es perfecto! —El Señor de los Demonios se rió mientras su aura se volvía más volátil e intensa.

El Señor de los Demonios no solo se estaba volviendo más poderoso, sino que su cuerpo también se volvía más y más rojo.