1 PRÓLOGO: OSCURIDAD SIN FIN

En medio de la oscuridad, en un espacio que aparentemente no tenía fin, se encontraba un joven de unos 25 años, tenía la ropa desgastada y rota en varios lugares, su cabello era tan largo que, si se ponía de pie, éste le llegaría a los tobillos, pero, quizá lo que más destacaba de éste joven, eran sus ojos, ojos que por momentos no irradiaban ni una sola pizca de vida.

Con una voz ronca, pero con algo de resignación, el joven exclamó:

"*suspiro* otro día más en este lugar eh."

El joven solo sonrío negando con la cabeza indefenso, ya había perdido la cuenta del tiempo que llevaba en ese lugar oscuro y sin fin, por lo que cada vez que su conciencia regresaba, lo consideraba 1 día más.

Al principio, cuando despertó por primera vez en este lugar se asustó muchísimo, gritó, corrió con todas sus fuerzas, lloró, pero aún se esforzó por buscar alguna manera de salir o encontrar a alguien más en este horrible lugar, pero poco a poco, aunque suene irónico decirlo, se fue dando cuenta de la "realidad" de las cosas y que sí, era la única persona que se encontraba en este lugar de oscuridad sin fin, silencio absoluto además de su voz y los pasos que daba, y vacío, ya que aparte de él, no había nada más.

Cuando por fin asimiló la "realidad" en la que se encontraba, entró en desesperación, ya había intentado recordar qué es lo que había hecho para llegar a este lugar sin éxito, en ese momento solo recordaba su nombre y de donde venía, así como a sus padres y el lugar donde estudiaba, pero ni un solo recuerdo de éstos explicaba como terminó en esa situación.

La desesperación lo llenó, para distraerse, comenzó a contar y registrar el tiempo que pasaba en su mente, segundos, minutos, horas, días… El tiempo pasó poco a poco, y el joven se empezó a calmar, lo cual eso en sí mismo era un milagro, ya que cualquiera se hubiera vuelto loco en un lugar como ese, pero el joven decidió empezar a recordar, no para buscar algo en sus recuerdos como lo había hecho antes, sino simplemente para volver a "vivir" esas experiencias, así fue también como se dio cuenta de cuán alterado había estado ya que no se percató que en este extraño lugar no necesitaba comer ni dormir, mucho menos ir al baño.

De esa manera pasaron unos 25 años (de lo que él maso menos había llevado la cuenta), volviendo a vivir su vida a través de sus recuerdos, ya para entonces había notado que todos sus recuerdos eran bastante claros, incluso recordaba el momento en el que por primera vez abrió los ojos cuando nació, además no eran recuerdos borrosos, eran recuerdos muy vívidos, lo cual disfrutó mucho en medio de tanta desesperanza, y fue justo cuando llegó a su experiencia vivida cuando cumplió los 25 años que se dio cuenta, o mejor dicho confirmó lo que él ya había sospechado pero que hace años aún no podía recordar ni enfrentar.

"Yo… ya estoy muerto."

Justo en el momento que llegó a esa conclusión, los recuerdos faltantes, los que eran muy importantes para entender cómo llegó a este horrible lugar, le fueron revelados.

El joven decidió aun no verlos, después de tanto tiempo analizando y reviviendo experiencias muchas veces, ya había aprendido como "bloquear" recuerdos que no quería ver.

"Quizá mi yo de hace unos años, habría saltado directamente a esos recuerdos en su desesperación, pero yo no le veo el sentido, después de todo, ¿Podría cambiar mi situación actual?, además creo que éstos recuerdos son muy especiales y deben de ser analizados a profundidad."

"Pero vaya, al final, todas esas religiones estaban equivocadas, qué cielo e infierno, qué reencarnación, lo que hay después de la muerte es solo un mundo oscuro y vacío, donde estás solo, esperando que tu alma se disperse poco a poco…"

Esa es la conclusión a la que el joven había llegado y que en su opinión tenía sentido, si hiciste buenas cosas en tu vida lo más probable es que te sumerjas en esos recuerdos dentro de este espacio oscuro hasta que poco a poco tu alma se disperse, o por el contrario, si lo único que hiciste fue sembrar el mal, pues todos esos recuerdos te perseguirán hasta que te aloques y tu alma se quiebre, muy parecido a lo que dicen las religiones, solo que sin cielo ni infierno

"Bueno eso es solo una hipótesis mía, además solo estoy yo aquí, así que corroborarlo está fuera de mi alcance, aunque es extraño, llevo ya más de 25 años en este lugar, pero no me siento diferente, si mi suposición es correcta ¿No debería haber desaparecido por completo ya?"

Pensando en ello, el joven trató de encontrar una respuesta a esta pregunta, la cual no tardó mucho tiempo en encontrar.

"¿Quizás es porque aún no sé cómo morí ni las circunstancias de ello, por lo que mi alma no puede descansar en paz y dispersarse?"

"Bueno si es así entonces hice bien en sellar esos recuerdos, por poco y desaparezco."

Dando un suspiro de alivio, el joven comenzó a reflexionar sobre la validez de ello, pero al final solo negó con la cabeza.

"Incluso si me equivoco y termino en este lugar hasta que mi alma se disperse…, ¿no hay nada que pueda hacer verdad?"

"Además, me di cuenta de que mis recuerdos son muy nítidos, prácticamente recuerdo cada libro y novela que he leído por completo, supongo que estudiaré todo lo que pueda por si realmente hay otra vida…"

Aunque la probabilidad de que pasara era casi inexistente, el joven aún mantenía una pizca de esperanza, después de todo, ya había muerto y se encontraba en un lugar muy extraño en vez de desaparecer por completo, eso para él ya era un milagro dentro de lo que cabe.

"Bueno, volveré a repasar mi vida desde el inicio, poniendo énfasis en todo lo que me enseñaron y libros y novelas que leí, bueno supongo que tengo para rato."

Y así, sin más dilación, empezó a repasar sus recuerdos, recreando la vida que vivió, las decisiones que tomó, y así pasó el tiempo.

Habían pasado ya casi 100 años, el joven ya había repasado su vida una y otra vez, donde pasó algo que él mismo no esperaba, o, mejor dicho, nunca se le ocurrió, y eso fue el trauma mental que iba a enfrentar, después de todo, aunque el joven no era ningún asesino, en su vida, sí tuvo un defecto, en cada novela que leía, siempre se ponía en la posición del personaje, al final experimentaba su dolor, alegría y pensamientos, por lo que ya casi al final de su vida, el estado mental que tenía era completamente diferente al que debía tener un joven como él.

Su punto de vista y manera de ver las cosas se asemejaban más a un anciano que a un joven de 25 años, por lo que su relación con sus compañeros en la universidad como es de suponer, no era muy agradable.

Toda esa carga mental la experimentó una y otra vez por los próximos 100 años, por lo que cuando volvió en sí, se dio cuenta que, toda esa emoción que tenía, esa pequeña anticipación que tenía hacia la reencarnación despareció, al final el mismo casi se rompe.

"*suspiro* casi termino quebrando mi alma, demasiada información, emociones y pensamiento al parecer sobregira al alma, de no ser porque selle casi todos mis recuerdos excepto los que me permiten ser "yo", ya hubiera perdido mi conciencia."

Al recordar sobre ello, el joven "sudó" frío, sabía que una vez que el alma colapsa sería el fin de todo.

Después de todo, los entendimientos y conceptos de la vida deben llegar progresivamente y varían dependiendo de la vida que uno experimente, ir más allá de ello sin mejorar mi "alma" es simplemente un suicidio.

Pero claro, al final este incidente le dejó secuelas, perdía la conciencia por cierto tiempo para luego despertar con un gran dolor por todo el cuerpo.

Además, este dolor solo desaparecía cuando quedaba inconsciente, por lo que el joven decidió mantener su conciencia apagada.

Si bien hacer esto es peligroso, tampoco es que tenga otra opción, este dolor es inimaginable, es mejor que solo me despierte en determinados intervalos para observar si cambia mi situación.

Y así pasó el tiempo, el joven al no poder permanecer consciente tampoco pudo verificar el tiempo que había pasado, pero tenía la sensación de que cada vez pasaba más tiempo entre cada despertar.

Tiempo después, en una determinado despertar, el joven se dio cuenta de un aterrador hecho.

"Mi cuerpo se está volviendo más transparente y por si fuera poco se está volviendo cada vez más difícil mantener sellados mis recuerdos"

"ja ja ja, supongo que mi tiempo en este espacio se está acabando eh"

El joven solo sonrió negando con la cabeza indefenso, aunque sabía que nada era eterno y que al final este día llegaría, no esperaba que fuera de esta manera.

"Aunque pensándolo bien, lo único que he hecho hasta ahora es dormir, asi que un final como éste no está mal"

"Además aún me faltan ver mis últimos recuerdos, pues bien, me decidí, el día que desaparezca por completo será el día que veré esos últimos recuerdos y libere el resto que tengo sellado, será una forma épica de irme de este lugar"

Habiendo tomado su decisión, el joven no se preocupó más, y decidió enfrentar lo que tenía que venir sin ninguna duda, además algo bueno de este asunto era que los dolores que lo aquejaban casi habían desparecido, por lo que entrar en meditación fue relativamente fácil.

Así pasó una semana, y el joven que se encontraba en meditación abrió repentinamente los ojos y murmuró:

"Ya es hora"

De repente el joven se concentró en sus recuerdos, primero comenzó a levantar el sello del recuerdo de su muerte, lo cual al verlo, incluso después de experimentar su vida una y otra vez y con su gran estado mental, aún se quedó sin palabras, sin saber si reír o llorar, resulta que el día de su cumpleaños, para cambiar un poco su rutina (además del hecho que vivía solo), salió a correr por una carretera que un compañero le había recomendado que usara ya que era de un largo trayecto y muy utilizada por otras personas, por lo que se dispuso a partir a las 4 de la mañana, y no fue hasta casi el final de la ruta en una zona algo desolada, que escuchó tiroteos, el joven decidió que acercarse a ver qué pasaba era un buen cliché así que hizo lo contrario y siguió su camino, cuando desde los arbustos se asomó una chica de su edad, estaba bastante desaliñada, y tenía una tez pálida, el joven apenas si logró observarla bien cuando un tipo calvo con una pistola apareció de la nada y apuntó a la chica que al parecer ni cuenta se había dado, el joven ni siquiera tuvo tiempo de pensar cuando su cuerpo reaccionó y se interpuso entre el calvo y la chica.

El recuerdo terminaba ahí, con el sonido de un disparo y el grito de una chica.

"Vaya manera más "heroica" de morir, ja ja ja, siempre viví una vida tranquila, en una sola dirección, y pensar que solo un pequeño cambio en la rutina terminaría así"

"Bueno, no me queda mucho tiempo, es hora de abrir el resto de los sellos con mis recuerdos e información adicional, además de mi estado mental"

Y así sin más, el joven se dispuso a abrir el resto de los sellos, pero lo que el joven no se dio cuenta fue el hecho que por cada sello que abría, se iluminaba un determinado lugar del espacio en el que se encontraba, y en el suelo donde se encontraba sentado se fue resquebrajando poco a poco, y al momento en que abrió el último sello, su cuerpo se iluminó con una luz santa, libre de la inmundicia de los mortales, pero al momento siguiente, aparecieron grietas en todo su cuerpo, al parecer, su alma no podía soportar más.

El dolor lo sobrellenó, pero eso no lo molestó, para él, ya había logrado algo que quizás nadie esperaría, y en ese momento, tuvo un destello de inspiración:

"No importa como hallas vivido, si al final del ciclo lo afrontas sin remordimientos, entonces eso ya es suficiente"

Así, con este nuevo pensamiento, su alma terminó de resquebrajarse y como motas de luz, desaparecieron en el espacio sin fin, espacio que, por cierto, sin que él supiera, se había destruido dejando un enorme círculo con marcas extrañas, que se habían iluminado con una potente luz….

avataravatar
Next chapter