42 La propuesta (2ª parte)

La pregunta de Derek retumbo en mi cabeza con eco… estaba atónita, no podía creer lo que estaba pasando, parecía un sueño, uno muy bello pero aterrador, lo amaba, no podía negarlo, él se había ganado mi confianza, mi respeto… mi corazón, pero la duda y el miedo se hacían presentes en mi mente, teníamos poco tiempo de conocernos y mucho menos de comenzar a salir, él se había divorciado y tenia dos preciosos hijos, mientras que yo había perdido un hijo y no había estado con nadie desde Steve.

—Derek… yo…—comencé, él tomo mi mano y sonrió, se acerco a mi y susurro en mi oído con voz suave.

—Déjame ser tu refugio y sostener tu manos en los momentos difíciles, permitirme entregarte todo lo que tengo y soy… déjame amarte y cuidarte, solo te pido que me ames y acompañes, y yo te daré mi vida entera. Te amo Elaine Tullor.

Mire a mi alrededor intentando asimilar sus palabras, la sorpresa del show, su hermosa voz, parpadee tantas veces y tan rápido que sin darme cuenta mis ojos se habían llenado de lagrimas, me arroje a sus brazos, haciéndole perder el equilibrio y provocando que ambos cayéramos. Al diablo todo… al diablo el miedo, al diablo el pasado. Debía comenzar a vivir el presente y aceptar que deseaba vivir mi futuro a su lado.

—Si—susurre—. Si, si… si—dije mas fuerte, Derek me miro sorprendido por la efusividad de mi respuesta, se puso de pie sosteniéndome entre sus brazos y atrapo mis labios con los suyos besándome con fuerza, enterré mis dedos en su cabello y lo pegue más a mi, mientras él, por primera vez me besaba con una pasión desenfrenada que estaba dejándome sin aliento y sumamente aturdida. El carraspeo de uno de los meseros nos obligo a regresar a la realidad y tras despegar levemente nuestros labios Derek tomo mi mano izquierda, con lentitud y sin despegar sus ojos de los míos coloco el anillo en mi dedo anular para después besar el dorso de mi mano, con una sonrisa alegre observe el anillo y su brillo singular.

Los presentes explotaron en aplausos y una música suave comenzó a llenar cada rincón del lugar, coloco su mano en mi cintura:

—Me harías el honor de concederme esta pieza—pidió, coloque mi brazo alrededor de su cuello y comenzamos a movernos al ritmo de la melodía.

—No sabia que fueras tan bueno cantando—dije mientras descansaba mi cabeza en su pecho y el nos guiaba haciéndonos girar alrededor del salón.

—Estoy lleno de sorpresas—musito mientras me apretaba más a él. Me reí por lo bajo y levante el rostro para observar sus ojos.

—Si, comienzo a darme cuenta.

Continuamos bailando durante el resto de la canción, simplemente disfrutando de la cercanía del otro, una vez que la pieza termino lo besé.

—Ven, quiero presentarte a alguien:—dijo al despegar sus labios de los míos, tiró de mi para que nos acercáramos al escenario—Frank, Lucy… ella es Elaine, mi prometida—dijo mirando a los cantantes que acababan de interpretar la canción.

Sonreí y extendí mi mano hacia ellos para saludarlos.

—Señorita Tullor, es un placer conocerla—dijo Frank.

—Es un placer—saludo Lucy.

—Es un placer—dije mientras apretaba sus manos alternativamente —. Fue una interpretación hermosa. Amo esa canción y he escuchado muchas interpretaciones pero ninguna con la emoción y la perfección con la que ustedes acaban de interpretarla, permítanme decirles que me he convertido en su fan—. Ellos agradecieron mis elogios y comenzaron a cantar de nueva cuenta, mire a Derek con ojos sorprendidos de nuevo al reconocer la melodía, la canción era del musical West side story: One hand, one heart. El hombre que estaba de pie junto a mi, había demostrado con creces que escuchaba cada palabra que decía con suma atención, y le daba la importancia adecuada. Su propuesta había dejado claro eso y por supuesto había logrado derretir mi corazón.

Me gire hacia Derek y sostuve su mano entre las mías. Él me miro sorprendido.

—Te amo… te amo mucho, Derek Evans.

—Y yo a ti— respondió. Frank y Lucy se retiraron del escenario después de despedirse de nosotros, el cuarteto de cuerdas que los había acompañado comenzaron a tocar una melodía suave y envolvente. Derek y yo caminamos de vuelta a la mesa para sentarnos un momento, las emociones habían sido intensas y ambos necesitamos reponernos un poco.

Derek miro al mesero y le pidió que nos trajera un par de copas de champaña, el camarero camino hacia la cocina y regreso a los pocos minutos con un par de copas que deposito en nuestra mesa. Derek me entrego la copa, tras brindar ambos le dimos un sorbo.

—Derek, volvamos a la villa—pedí con voz grave. Derek sonrió y miro a nuestro alrededor, supongo que estaba pensando lo mismo que yo, debíamos encontrar el modo de salir sin parecer un par de adolescentes desenfrenados. La melodía termino y con ello tuvimos la oportunidad de salir del restaurante sin parecer groseros.

—Carguen la cuenta a la villa—pidió y tras tomar mi mano comenzamos a caminar hacia la entrada. Una nueva ola de aplausos nos acompaño hasta que salimos del sitio.

Caminamos lentamente por la orilla de la playa, sosteniendo los zapatos con una mano y sujetando la mano libre del otro. El ulular de las olas y el canto de los grillos era lo único que se escuchaba, la arena era blanca y suave, muy diferente a la arena que había en casa. Había luna llena y el hotel tenia muy bien iluminados los caminos hacia las villas, por lo que era fácil observar la belleza natural de Hawái.

—Lo que viste ayer en mi departamento es un catalogo de donadores de esperma, comencé a informarme sobre el procedimiento y los costos desde el año pasado, pero no estaba segura de estar lista, así que continúe postergando el abrir el catalogo y mirarlo siquiera—dije en tono bajo—. Antes de conocerte me había rendido en el amor, había tomado la decisión de no volver a confiar en nadie. Esa fue mi forma de sobrevivir, pero cuando conocí a los niños, cuando el pequeño Adrien se aferro a mi de ese modo aquel día en tu casa, comprendí que deseaba ser madre, así que desempaque el catalogo y comencé a observar a los candidatos. Ninguno llamaba mi atención así que, como la mujer controladora y metódica que soy, hice una lista de lo que quería. Lo curioso es que tras terminar de enlistar las características comprendí que estaba describiéndote a ti. Me sentí un poco aturdida al principio pero, después comencé a recordar el modo en que conversamos, tu amor y entrega hacia los niños… y no tuve mas remedio que controlar mi miedo y aceptar que había desarrollado sentimientos por ti.

Derek se detuvo y me miro, dejo caer sus zapatos sobre la arena y coloco sus manos en mis hombros.

—Elaine… yo también necesito decirte algo—comenzó —. Pero no estoy seguro de tu reacción y me asusta un poco que…—Lo interrumpí con un beso, creo que entendía a que se refería… o al menos tenia un par de ideas, de hecho, dos hipótesis, la primera era referente a nuestra conversación aquella noche en mi departamento, quizá Derek continuaba asustado de que yo pensara que él solo quería sexo y nada más, pero después de esta propuesta, después del modo en que él me había demostrado que en verdad me ama, seria estúpido de mi parte imaginar si quiera que esa podría ser la única razón por la que esta conmigo. Derek me había demostrado de la forma mas dulce y cuidadosa que sus sentimientos por mi eran puros y sinceros.

—Ya lo sé—dije en tono bajo contra sus labios—. No necesitamos tener mas hijos si no quieres, después de todo, tenemos a Adrien y a Cassie, con ellos me siento completa, seremos una familia feliz— dije mirándolo. Derek sonrió y acuno mi rostro con sus manos.

—No, no es sobre eso… para serte sincero me encantaría que tuviéramos mucho… muchos hijos, pequeños hermosos con tu nariz… con tus ojos… con tus labios.

Al escucharlo decir eso, no pude contener más mi preocupación y tras reunir todo mi valor pregunte directamente.

— ¿No me deseas?, ¿Es eso… me amas, pero no me deseas? —Mi pregunta pareció sorprenderlo, me estrecho entre sus brazos y me beso. Entre abrí los labios para permitir que su lengua explorara mi boca con libertad, mientras enterraba mis dedos en su cabello para pegarlo más a mi, sus labios descendieron rápidamente por mi mandíbula y comenzó a besar mi cuello con suavidad, continuo su camino hasta mi oído derecho y tras besar el lóbulo con delicadeza susurro:

—Claro que te deseo… si pudiera en este instante te arrancaría la ropa con los dientes.

Escucharlo decir aquello me hizo sonreír.

—Entonces hazlo…—pedí, Derek me levanto de la arena y camino rápidamente hacia la villa, no tardamos mucho en llegar, de hecho estábamos mucho mas cerca de lo que había imaginado. Al llegar Derek abrió la puerta, la niñera se encontraba sentada en el sillón viendo televisión y pego un brinco al ver nuestra tempestuosa entrada, me encogí de hombros y le hice un asentimiento.

—En seguida regreso—informo Derek y camino conmigo en sus brazos hasta la habitación principal. Me coloco con delicadeza en la orilla del colchón—. Iré a despedir a la niñera y asegurarme que los niños estén dormidos—

Lo detuve tirando levemente de su camisa.

—Yo me encargo de los niños—ofrecí, él asintió y ambos salimos de la habitación, mientras Derek se dirigía a la sala, yo entre a la habitación de los niños, ambos dormían plácidamente, me acerque a sus camas y los arrope un poco mejor, observar sus lindas y tranquilas caritas me hicieron sonreír, salí de la habitación de los niños y camine hacia la habitación principal, al entrar me percate que Derek estaba de pie frente a la puerta corrediza, observando la inmensa oscuridad de la noche, levemente iluminada con la luz de la luna.

—Me siento como si fuera un adolescente que no tiene idea de que hacer—dijo al verme reflejada en el cristal de la puerta. Me reí y me acerque a él con paso lento. No era el único que se sentía nervioso, por lo que simplemente recargue mi cabeza en su pecho y aspire su aroma. Rodee su cintura con mis brazos. Mientras el colocaba sus manos en mi espalda, los tirantes y el escote del vestido dejaban desnuda mi piel a la altura de los omoplatos, sentir sus suaves y tibios dedos en mi piel hizo que me recorriera un escalofrió —. Elaine… de verdad necesito decirte algo—susurro.

—Podemos hablarlo después, por ahora solo te quiero a ti—Me puse de puntillas y lo bese, el gruño por lo bajo y pronto nuestro beso se convirtió rápidamente en una lucha de lenguas y dientes. Sentí como deslizo sus manos por mi vestido buscando el cierre, al encontrarlo comenzó a deslizarlo lentamente para poder quitarme la prenda, una vez que estuvo abierto deslizo el tirante derecho primero y después el izquierdo, haciendo que el vestido cayera al suelo dejándome solo en ropa interior frente a él.

avataravatar
Next chapter