38 La propuesta (1ª parte)

Aterrizamos en Hawái unas cuantas horas después, había dormido la mayor parte del viaje por lo que me sentía muy despierta y alerta, ayude a los niños a tomar los recuerdos que la tripulación les había dado y comenzamos con el desembarque, las ventajas de viajar en primera clase eran incontables; un ejemplo: nuestro equipaje nos fue dado casi en seguida después de descender del avión.

—Mi asistente Katy, arreglo que el hotel enviara a alguien a recogernos—informo Derek mientras cargaba a Adrien y tomaba de la mano a Cassie. Sonreí al ver lo felices que los niños lucían al lado de su padre y comencé a tirar de la maleta y a sostener la mochila repleta de juguetes que los niños habían insistido en llevar con ellos.

Caminábamos camino a la sala de llegadas cuando las personas comenzaron a reconocer a Derek, por fortuna el personal de seguridad del aeropuerto había sido informado también, por lo que no tardaron mucho tiempo en venir en nuestro encuentro para acompañarnos a la sala de llegadas. Tras ser rodeados por los guardias solo podíamos escuchar los cuchicheos de la gente, pero ya nadie hizo el intento por acercarse a nosotros.

—Por aquí señor y señora Evans—dijo el guardia, mi corazón se detuvo al escucharlo llamarme señora Evans.

Salimos a la sala y vimos a una señorita joven vestida de etiqueta y aun hombre con uniforme de chofer sosteniendo un letrero con el apellido "Evans" escrito con letra clara y grande. Nos acercamos de inmediato al sitio donde nos esperaban.

—Señor Evans, buenos días. Mi nombre es Kono Amoa y soy la encargada de llevarlos al hotel. La señorita Katy Green reservo nuestra villa Premium para usted y su familia.

Derek sonrió y tras soltar la mano de Cassie por un momento estrecho la mano de la chica que nos observaba con amabilidad.

—Muchas gracias, ella es la señorita Elaine Tullor mi novia y mis hijos, Adrien y Cassie.

La chica nos miro alternativamente y sonrió.

—Es un placer, por aquí por favor.

La seguimos junto con el chofer hasta una camioneta blanca, el chofer subió nuestro equipaje y después nos abrió la puerta, Derek acomodo a Cassie primero en el asiento para niños mientras que yo cargaba a Adrien y comenzaba a colocarle el cinturón de seguridad. Adrien tomo un mechón de mi cabello y sonrió.

—Elaine… ¿Tu quieres a mi papá? —Su pregunta me hizo mirarlo sorprendida, acaricie su cabeza con mi mano.

—Y a ustedes también—susurre mientras jugueteaba con su cabello.

—¿Y te vas a quedar para siempre con nosotros? —pregunto de nuevo.

—Adrien, aunque no este siempre con ustedes, yo nunca dejare de amarlos y tampoco desapareceré de su vidas—No podía hacerle tal promesa, ellos ya habían perdido mucho, estaba segura de que si algo ocurría y tenia que alejarme ambos lo resentirían demasiado.

—¿Lo prometes? — Levante mi dedo meñique en forma de gancho y tome el suyo para cerrar la promesa.

—Promesa de meñiques—dije mientras al levantar la vista mis ojos conectaban con los de Derek.

Una vez los niños listos, ambos nos subimos en los asientos de atrás, el chofer cerro la puerta y arranco. Permanecí en silencio admirando los paisajes y la belleza del inmenso mar que se abría frente a nuestro camino conforme nos acercábamos a la zona hotelera.

—¿En que piensas? —pregunto Derek.

—En que este lugar es hermoso—dije mientras tomaba mi teléfono del bolso junto a mi y tomaba un par de fotografías.

Llegamos al hotel y la camioneta se detuvo. Bajamos primero el y yo para ayudar a los niños.

—Por aquí, por favor—dijo la señorita Amoa, la seguimos hasta la recepción, al entrar al hotel quede maravillada por lo espaciosa de la sala de espera y la enorme pecera que estaba detrás del mostrador de la recepción.

—Señor y señora Evans… es un placer tenerlos con nosotros, su villa esta lista, tal y como no lo solicito la señorita Green ya cuenta con utensilios de cocina y la despensa lista. De cualquier modo la villa incluye todos los alimentos y bebidas, puede disfrutar de nuestros bufets en el restaurante que esta junto a la segunda salida de su villa o pueden pedir servicio a la villa. Contamos con servicio de niñeras profesionales, un spa abierto las 24 horas, área de juegos para los niños y una boutique de ropa para toda la familia. Además de tener espectáculos en vivo durante la cena.

Había sido tanta información que por un momento sentí como mi mente giraba. Por fortuna Derek estaba mas acostumbrado a todo esto, así que simplemente sonrió y firmo la hoja de entrada. La señorita Amoa nos guio hacia dentro del hotel y pronto entendí a que se referían con eso de las "villas", el hotel estaba lleno de pequeñas casitas de varios tamaños y terminados. Continuamos caminando por el pasillo hasta llegar al fondo del hotel, donde había cabañitas mucho mas grandes, incluso con playa privada y autos para golf estacionados.

—Esta es su villa, la playa es privada y tiene vigilancia las 24 horas, los autos de golf son para su único uso, al lado derecho se encuentra el restaurante principal y al izquierdo esta el restaurante privado, los espectáculos comienzan a las siete y son gratuitos. Si necesitan algo, pueden marcar 0 desde su teléfono y se les atenderá de inmediato. Disfruten su estancia.

Mire a los niños y entramos los tres corriendo hacia la villa, era realmente enorme y acogedora, con dos habitaciones enormes, sala, comedor y una cocina integral con todo lo necesario. La pantalla de televisión era igual de impresionante y los muebles lucían caros y lujosos. Entre junto con los niños a su habitación y observe como brilla el sol reflejándose en las olas del mar. Derek entro poco después con el equipaje y negó divertido.

—Muy bien… a cambiarse, vamos a jugar a la playa—propuso.

Los niños comenzaron a desempacar, o mejor dicho a arrojar todo lo que había dentro de su maleta buscando los trajes de baño. Mientras tanto Derek y yo abrimos la puerta que conectaba la habitación de los niños y la principal, la cama era realmente hermosa, tenia velos a los cuatro lados y un dosel enorme. La vista era exactamente igual de hermosa y en la terraza había un jacuzzi. Realmente tenia un ambiente acogedor y romántico. Derek reviso el closet y tomo un par de cosas y me las ofreció. Observe sus manos y vi que era un traje de baño completo y una pañoleta larga de color verde esmeralda.

Corrimos los tres hacia la playa y comenzamos a jugar con una pelota enorme y rosa que estaba en la terraza de nuestra habitación, era como si no hubiéramos viajado cerca de doce horas. Justo cuando el sol comenzaba a ocultarse los niños por fin nos habían dejado descansar un poco, mirábamos la puesta de sol con suma atención los cuatro recostados sobre las toallas. Adrien y Cassie estaban literalmente encima de mi, mientras que yo me recargaba ligeramente en el hombro de Derek. Aun me dolía un poco el costado y el pómulo, pero era como si todos los problemas y las preocupaciones se hubieran quedado en Miami.

—Mami… tengo hambre—dijo Cassie tirando levemente de mi dedo índice. Sorprendida por lo que acababa de escuchar mire a Cassie quien me dedicaba una sonrisa tierna.

—Mmm… si, yo también tengo hambre… vamos a comer—ofrecí y me puse de pie cargando a Cassie en mi brazos.

Entramos en la villa, Derek parecía estar en shock tanto como yo.

—Creo que deberíamos pedir servicio a la habitación—ofreció Derek mientras sostenía la puerta para nosotros.

—Mejor vayamos a cenar al restaurante—dije en tono alegre.

—Estas agotada, te ves pálida, dejemos la cena para mañana y pidamos algo al hotel y descansemos.

Al escucharle decir aquello levante el rostro por instinto y mire mi reflejo en el cristal de la puerta, era cierto, tenia un par de bolsas negras bajo mis ojos. Me encogí de hombros en señal de disculpa. Derek acaricio mi cabello y cerro la puerta detrás de nosotros.

—Niños es hora de una ducha… pediré la comida. —dijo Derek mientras caminaba hacia el teléfono que descansaba en la mesa junto al sillón de la salita—Buenas noches, podría enviar por favor dos hamburguesas de pollo con papas fritas y dos pastas con salsa boloñesa—pidió en tono amable y después colgó—. Iré a ayudar a los niños con su ducha, mientras tanto relájate—dijo y se preparaba a subir las escaleras cuando detuve su andar tomando suavemente su muñeca derecha.

—Derek, Cassie me llamo "mami" —susurre, el se giro hacia mi y tomo mi cintura con sus manos —. Me emociono tanto que dijera eso… pero… tengo miedo

—No, tranquila… todo estará bien—dijo en tono suave —. Esta noche después de que los niños se duerman vamos a cenar fuera, pediremos un niñera y podremos conversar. Hay tanto de lo que quiero hablar contigo.

Recordé que había visto el catalogo de donadores y pensé, yo también debía hablarle de muchas cosas.

—De acuerdo—musite y me puse de puntillas para besar sus labios.

Cenamos con calma mientras veíamos televisión. Los niños poco a poco comenzaron a caer presas del sueño, se veían tan angelicales, ahí, durmiendo sobre el sofá. Derek se acerco y cargo primero a Adrien, yo me acerque a cargar a Cassie pero Derek me detuvo.

—Pedí que te trajeran algo de la boutique del hotel, espera a que llegue, yo me encargo de los niños.

Lo observe subir las escaleras con Adrien en sus brazos y espere a que tocaran la puerta. Pocos minutos después alguien toco a la puerta, camine para abrirla y vi a uno de los empleados del hotel sosteniendo una caja enorme.

—Señora Evans, aquí esta su encargo—informo y me ofreció la caja, la tome y agradecí con voz suave para evitar despertar a Cassie.

Derek bajo listo para llevarse a Cassie a la habitación. Miro la caja y sonrió.

—Ve a prepararte, yo me encargo.

Asentí y subí después de él, entre en la habitación principal y abrí la caja. Mis ojos se abrieron como platos al admirar el vestido que contenía la caja, lo tome con ambas manos y lo mire mas de cerca, el corte era exquisito y el color verde esmeralda le daba un apariencia formal y elegante, los tirantes eran delgadas cadenas doradas con pequeños diamantes, el escote en "V" era sensual pero no demasiado pronunciado. En pocas palabras… era una belleza de vestido. Acompañado por las zapatillas perfectas a juego.

Me cambie de ropa, me peine y maquille. Derek había pensado en todo, había preparado todo lo necesario para pasar una larga temporada aquí. Una vez que estuve lista baje las escaleras y mire a Derek vestido con un pantalón gris y una camisa negra… sin corbata y con el cabello desordenado tenia un aspecto juvenil, sus ojos se abrieron al mirar de pies a cabeza.

—Te ves hermosa—dijo mientras se acercaba a mi, acaricie de forma instintiva la solapa que el botón abierto de su camisa creaba y sonreí.

—Pues tu te ves… sexy—dije riendo. Derek me ofreció su brazo y salimos de la villa despidiéndonos de la joven niñera que esperaba a fuera de la villa.

Caminamos en silencio hacia el restaurante, yo me preparaba a entrar al del hotel pero Derek me detuvo.

—Te tengo una sorpresa—dijo mientras me guiaba hacia el restaurante privado. Me deje guiar por el hasta llegar a la entrada. Los meseros abrieron la puerta para nosotros y nos guiaron a la única mesa que se encontraba al fondo. Derek movió la silla para ayudarme a sentar y después camino hacia la silla de enfrente. Las luces se apagaron de pronto y una melodía suave y sumamente conocida para mi comenzó a sonar en el lugar. Las luces se encendieron, frente a nosotros había un escenario donde un hombre comenzó a cantar, se me erizo el vello de la nuca al reconocer la letra. Estaba cantando "All i ask of you" pronto la voz de una soprano se unió a la melodía, Derek me observaba mientras yo me perdía en la letra… en la melodía… en la voz de los cantantes.

La canción estaba por terminar… Derek se puso de pie y camino hacia, pude sentir su presencia detrás de mi, y disfrute del modo en que coloco sus manos en mis hombros, se inclino y comenzó a cantar en mi odio:

"Say you'll share with me one love, one lifetime

Say the word and I will follow you.

Share each day with me

Each night, each morning

Say you love me! "

Su voz era melodiosa, aunque no podía competir con la potencia del tenor que cantaba frente a nosotros, su voz era hermosa y varonil. Justo cuando termino de cantar aquella estrofa camino hacia mi, poniendo una rodilla en el suelo me miro y me mostro una cajita de terciopelo negro, la abrió y me deslumbro el diamante del anillo que contenía.

"You know I do

Anywhere you go, let me go to

Love me, that's all I ask of you"

La soprano termino la ultima frase en dueto con el tenor y la música ceso.

—Elaine Tullor, ¿Te casarías conmigo?

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