31 El asalto

—Elaine, ¿Tu siempre cocinas para ti en las mañanas? —pregunto Adrien mientras observaba con ojos soñadores el plato con huevos y tocino que acababa de poner frente a él.

Asentí y camine hacia él.

—¿Te gusta? —pregunte emocionada mientras observaba como se llevaba la cuchara a la boca, rápidamente el asintió y comenzó a saborear con mayor rapidez la comida, mire por el rabillo del ojo a Cassie, quien también comía y disfrutaba la comida.

—Mi mamá nunca nos cocino—dijo en voz baja, sentí un nudo en el estomago y me incline hacia él, acaricie su cabello con delicadeza y sonreí.

—Algunas mamás, no saben como hacerlo… pero, si les gusta tanto la comida que cocino, estaría encantada de cocinar para ustedes cuando quieran.

Lo había dicho sin pensar y sin antes consultar con Derek sobre ello, así que me gire levemente para mirarlo y sondear su reacción ante mi ofrecimiento; su rostro era una mascara, no había molestia o felicidad, parecía estar analizando lo que acababa de escuchar. Los niños por el contrario tomaron mi ofrecimiento con tal alegría que Adrien se puso de pie y me abrazo, sentí como el calor que emanaba de su pequeño cuerpecito derretía poco a poco mi corazón, lo acurruque junto a mi cuerpo y sonreí. Derek pareció por fin salir de su análisis y sonrió de oreja a oreja al ver la escena, mientras yo miraba a Cassie, quien parecía estar intentando reprimir su necesidad de abrazarme también, así que estire mi mano, invitándola a venir a donde estaba, Cassie se puso de pie y me abrazo también. Me sentí feliz y completa al tener a los dos pequeños aferrados a mi con esa fuerza.

—También… a partir de hoy, yo los llevare a la escuela cuando su papá no pueda y pasare a recogerlos—informe con la voz suave, y sinceramente un poco nerviosa. Los niños levantaron en rostro y miraron primero a su padre y después a mi —. Solo si ustedes quieren, claro…—dije intentando romper con el silencio que de pronto se apodero de la habitación. Ambos niños sonrieron y asintieron casi al mismo tiempo, sabia que su necesidad de una figura materna era alta, y después de comenzar a salir con su papá me había prometido no entrometerme en esa parte de la vida de Derek, pero, Anne había tenido mucha razón al decirme que, ellos buscaban una madre y yo añoraba un hijo. Por lo que después de pensarlo con detenimiento había decidido proponer mi ayuda; además claro de la preocupación de que Abigail intentara algo encontrar de los niños para hacer sufrir a Derek.

—Papá… ¿Elaine se mudara con nosotros? —Pregunto Cassie, Derek casi se atraganto y me miro, me dio la impresión de que buscaba que yo respondiera a esa pregunta.

—No, cariño… yo solo estaré con ustedes después de la escuela un rato, hasta que su papá venga por ustedes, y solo será mientras esta trabajando en su nueva película—La decepción apareció en los ojos de ambos niños, me sentí culpable de inmediato por ser tan directa en mi respuesta—. Pero verán que nos divertiremos mucho y… ustedes continuaran visitándome como ayer o yo iré a visitarlos como el fin de semana pasado.

Al escuchar mi aclaración, ambos niños parecieron tranquilizarse y tras darme un beso en cada mejilla, ambos regresaron a sus respectivos asientos y continuaron desayunando. Mientras tanto Derek y yo intercambiamos miradas y guiños mientras desayunábamos.

Una vez que terminamos, Derek se encargo de ayudar a vestir a los niños mientras yo tomaba una ducha, y después mientras él se duchaba yo me encargue de poner sus almuerzos y de peinar a Cassie; por fortuna, había practicado mucho con Lily, por lo que las coletas bajas quedaron primorosas.

Listos los cuatro para salir, Derek extendió su mano hacia mi mientras yo cerraba la puerta con llave.

—Había olvidado devolverte esto—dijo en tono apenado, mire su mano y vi que tenia mi cepillo, creí que lo había perdido—. Lo dejaste en mi casa el día de la entrevista—termino con un encogimiento de hombros, supongo que los recuerdos habían venido a su mente también.

—Gracias, creí que lo había dejado en el baño de los juzgados—dije sonriendo y tome el cepillo, sin siquiera mirarlo lo metí en mi bolsa y camine con los niños tomados de mis manos hacia el elevador, Derek se puso su acostumbrada gorra y sus lentes oscuros antes de subir al elevador.

Los cuatros bajamos riendo, y caminamos hacia el estacionamiento, el guardia hizo un asentamiento y continuo mirando las pantallas de las cámaras. Al llegar a los autos que estaban estacionados uno junto al otro, Derek me ayudo a acomodar a los niños en el asiento trasero y después a acomodar sus mochilas en la cajuela, una vez que terminamos de acomodar todo, aprovechamos que la tapa de la cajuela estaba abierta para darnos un beso rápido.

—Avísame cuando llegues a la escuela—pidió mientras acariciaba mi mejilla con delicadeza.

Asentí y volvía juntar mis labios con los suyos.

—Te llamare cuando llegue a la oficina—prometí, adelantándome a su siguiente petición. Él sonrió con suficiencia y tras besar mi frente camino hacia la puerta trasera de mi auto, les dio un beso a los niños y les susurro instrucciones, ambos pequeños asintieron sonriendo. Espero a que me subiera en asiento del conductor, cerro la portezuela y me observo meter la reversa, tantos los niños como yo nos despedimos agitando la mano en su dirección y acelere.

Mientras conducía puse un poco de música y observaba a los niños cantar las canciones y mover sus cabezas al mismo ritmo. Llegar a la escuela no fue difícil, ayudarlos a bajar y cargar sus mochilas tampoco represento gran problema. Lo único que jamás espere, fue que la mujer de la puerta cuestionara la razón para que llevara a los niños a la escuela, eso me cogió con la guardia baja.

—¿Es usted la nueva niñera del señor Evans? —pregunto al mujer mientras me observaba de forma despectiva. Sonreí y trate de mantener mi lengua bajo control, pues quería gritarle:

" ¡No, idiota… soy su novia!"

—No, soy amiga de su papá—dije en el tono mas suave que pude. Sonrió aun pensando en mi respuesta y después observo a los niños, al ver que se aferraban fuertemente a mis manos, no tuvo mas remedio que dejarlos pasar y dejar de preguntar estupideces. Me agazape frente a los niños, bese la mejilla derecha de ambos y los ayude a ponerse su mochila en los hombros —. Vendré a recogerlos a las dos… pórtense bien—susurre y los despedí con la mano. Ellos me lanzaron besos y caminaron juntos hacia el aula; mire una ultima vez a la mujer de la puerta y camine de regreso al auto.

Normalmente subo y coloco los seguros, digamos que es un arco reflejo de desconfianza, pero me sentía tan relajada que lo olvide por completo, encendí el auto y arranque, movió la pantalla para llamar a Derek mientras avanzaba por la calle de la escuela, escuche el tono del teléfono, justo cuando el contesto, gire a la derecha para tomar la avenida.

—Acabo de dejar a los niños en la escuela—informe con calidez —. Y la mujer de la puerta pensó que era tu nueva niñera—dije aquello ultimo con un tono menos cálido.

Derek rio divertido.

—¿Y que le dijiste? —Su pregunta me hizo curvar los labios en una media sonrisa de satisfacción.

— En realidad nada—respondí—. Creo que con la familiaridad del trato de los niños hacia mi, fue suficiente para que ella entendiera que mi posición era un tanto diferente. Aunque sinceramente, tenia deseos de gritarle que soy tu novia.

Hice una pausa, esperando que el respondiera a mi comentario.

—Podrías habérselo dicho—dijo en tono serio—. "Novia" —susurro pensativo —. Ese titulo aun se queda pequeño para ti.

Me reí, al ver que estaba a punto de llegar a la oficina suspire.

—Estoy llegando a la oficina, te llamare cuando recoja a los niños del colegio.

Derek rio y tras enviarme un beso a través del auricular suspiro.

—De acuerdo, si no contesto en seguida, no te preocupes, tengo grabación hasta las nueve, así que llegare tarde.

—De acuerdo, cuídate…

Quería decirle: Cuídate… te quiero, pero aun no me atrevía a ser tan directa, por lo que simplemente le envié un beso también antes de colgar.

Al llegar a la oficina, note que había un hombre de pie frente a la puerta del edificio, su apariencia andrajosa llamo mi atención pero no quería hacerlo sentir incomodo por lo que simplemente conduje hasta el estacionamiento. Después de aparcar el auto en mi sitio estaba terminando de retocar un poco el maquillaje de mis ojos cuando escuche que la portezuela se abría. Sorprendida por el sonido, gire el rostro tan rápido como pude pero aquel andrajoso hombre ya tenia medio cuerpo dentro del auto y tiraba con tal fuerza de mi cuerpo que sentí el aire escapar de mis pulmones cuando golpeo mi estomago con su puño, me saco del auto como si fuera una muñeca de trapo y no una persona, me arrojo contra el suelo de cemento, tomo mi bolso rebusco en el hasta que encontró mi cartera y unos folders amarillos. Hice el intento de ponerme de pie, ya que gritar estaba fuera de discusión, pues aun no lograba que el aire entrara por completo a mis pulmones.

Al ver que estaba poniéndome de pie, el hombre me arrojo mi bolsa a la cara y salió corriendo. El cierre del bolso me rasgo la piel del pómulo.

—¡Au… auxilio! —grite con todas las fuerzas que me quedaban —¡Ayuda! —volví a gritar, el guardia del edificio llego corriendo con mi cartera en las manos, se agazapo junto a mi y llamo por el radio al departamento de seguridad.

—La señorita Tullor se encuentra herida en el estacionamiento de empleados, llamen una ambulancia. Intente detener al agresor pero me arrojo la cartera de la señorita y salió corriendo con mayor rapidez.

—Entendido, ya llamamos a una ambulancia—informo el otro guardia.

Mientras tanto yo, aun intentaba asimilar lo que había pasado. Era la primera vez que sufría un asalto, era la primera vez que me sentía tan indefensa. Mi cerebro termino de analizar cuando recordó que aquel hombre se había llevado los folders con documentos.

—Creo que… esto no fue solo un asalto—susurre.

Esos folders contenían la documentación de las pruebas recabadas en el caso de violación que estaba llevando, eran los documentos con los que sustentaría mis argumentos en el juicio de hoy.

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