30 Dime que amas

Terminamos de cenar y ambos comenzamos a limpiar la mesa y la cocina. Es increíble como en ocasiones así, el no tener citas en el exterior puede ser relajante.

—Por cierto—dijo Derek mientras terminaba de secar los últimos platos—, te traje un obsequio—salió de la cocina y regreso a los pocos minutos con una bolsa de papel finamente adornada con un moño color azul y me la ofreció. Termine de secar mis manos con la toalla y tome la bolsa, con manos impacientes la abrí y saque su contenido, eran dos boletos para la nueva puesta en escena del musical "Amor sin barreras", salte de gusto y lo abrace con efusividad haciéndolo reír.

—No puedo creerlo—dije aun sorprendida mientras acariciaba su rostro —. Recordaste nuestra conversación, eso es… bueno, simplemente no puedo hablar.

—Por supuesto que puse atención, recuerdo cada palabra que me has dicho desde que nos conocimos. Por ejemplo: tu color favorito es el verde; siempre traes una prenda o un accesorio de ese color, eres una romántica empedernida que disfruta de las novelas románticas y los musicales, amas la opera y el yogurt…

Bese sus labios con ternura tomándolo desprevenido.

—Si continuas así… en verdad no podre ser ayudada, me enamorare locamente de ti y ya no podrás deshacerte de mi—dije con voz seductora haciéndolo sonreír, esa sonrisa que podía hacer suspirar a cualquier mujer, apareció, y con aquel cabello cobrizo rebelde que caía suavemente sobre su frente y sus ojos, esos ojos grises y enigmáticos que me observaban con calidez.

—Esa es mi línea—susurro contra mi oreja —. En algún momento me gustaría escucharte decir que me amas—poso de nuevo sus labios en los míos y profundizo el beso al rodear mi cuerpo con sus brazos.

Después de una nada despreciable sesión de besos y caricias, Derek se dirigió hacia mi dormitorio para llevarse a los niños, lo seguí de cerca y suspire al verlo intentando cargarlos a ambos sin despertarlos. Trague saliva y me arme de valor para decir lo que pensaba en voz alta.

—¿Por que no los dejas dormir? Los tres pueden quedarse aquí e irse mañana temprano, de hecho si quieres yo puedo llevarlos al colegio antes de ir a trabajar—dije en tono bajo, Derek se giro hacia a mi después de volver a dejar a Cassie sobre la cama.

—¿Estas segura? —Su pregunta me hizo sonrojar.

—Por supuesto que si, a fondo del pasillo esta la habitación para invitados, mi tía la usa cuando viene de visita—dije en tono seguro y camine hacia él, coloque mi mano sobre su pecho y lo mire a los ojos—. Los niños pueden dormir aquí y tu… y yo—hice una pausa intentando calmar a mi corazón, me sentía como una adolescente que estaba a punto de besar al chico que le gusta por primera vez —… Podemos dormir en la habitación de invitados.

Decir aquello en voz alta me supuso un esfuerzo inmenso, y Derek pareció verlo por que en sus ojos luchaban el deseo y la duda. Ya le había dicho durante la cena que yo tomaría la iniciativa, aun no podía creer que lo estuviera haciendo tan pronto y él pareció dudar también al respecto.

—Elaine… eso es… de verdad tentador—susurro mientras tomaba la mano que descansaba en su pecho y besaba el dorso con adoración— Y… de verdad que quisiera decir simplemente que si, pero…

La pausa que hizo de pronto me helo la sangre, ¿a caso era rechazo lo que sentía emanar de él?

—¿Pero? —pregunte en susurro.

—Tengo fama de Don Juan y conquistador… no quiero que creas que eso es lo que intento contigo; seducirte y ya… no, yo lo quiero todo de ti, todos los dias, ¿Me crees?

Sonreí y coloque su mano en mi pecho, quería que sintiera el palpitar fuerte y desbocado de mi corazón, Derek comenzó a respirar con mas fuerza y me miro con oscuridad en sus pupilas.

—Por supuesto que te creo…y, yo no te veo como tal cosa—susurre y sin decir nada camine hacia la cómoda para tomar mi pijama, y darle la camiseta grande que Peter había dejado la ultima ocasión que él y Jane se habían quedado en mi casa —. Esta camiseta es de mi hermano, eres un poco mas alto que él, pero creo que te quedara bien, si quieres cambiate en el baño mientras preparo el sillón—dije mientras buscaba las cobijas de repuesto de mi cama y las abrazaba con fuerza, Derek me miro y me cedió el paso mientras me seguía de cerca, los niños dormían plácidamente así que simplemente cerramos la puerta tras de nosotros, Derek se dirigió al cuarto de baño y yo hacia la sala.

Prepare con cuidado el sillón, por fortuna se convertía en cama, de lo contrario el pasaría una noche no tan cómoda. Una vez que termine, camine hacia la habitación de invitados y me cambie por el pijama, una vez que escuche que la puerta del baño se abrió trague saliva y camine de regreso a la sala. Derek estaba sentado en sillón doblando su ropa y poniéndola junto a sus zapatos.

—Creo que esa camiseta esta un poco pequeña—dije mientras admiraba los músculos de su ancha espalda moverse y estirarse.

—Esta bien, me queda bien—dijo en susurro, después giro su rostro y sonrió, sus ojos me observaron detenidamente de pies a cabeza en varias ocasiones antes de carraspear. Mi pijama no era nada fuera de lo común pero para él parecía que llevaba puesto un camisón revelador.

—Bueno, estaré en la habitación de invitados, descansa y… mañana el desayuno corre por mi cuenta, después de todo tu preparaste la cena de hoy.

Di la vuelta y comencé a caminar hacia la habitación de invitados, entre en ella y cerré la puerta. Me senté en la orilla de la cama y enterré mi rostro en las palmas de mi manos. Aun respiraba con dificultad, así que camine hacia el baño de la habitación y comencé a desmaquillarme, y prepararme para dormir.

Suspire una vez me recosté y observe el techo por unos segundos antes de cerrar los ojos, realmente estaba cansada y las emociones de la cena solo habían hecho que me relajara así que el sueño amenazaba con vencerme, me gire sobre el costado izquierdo y cerré los ojos, el sueño comenzó a vencerme y poco a poco comencé a sumirme en un sueño profundo que se vio interrumpido cuando escuche que la puerta se abría con lentitud, mi primer pensamiento fue que quizá alguno de los niños se había despertado por lo que me gire y observe la puerta, me sorprendí tanto al ver que era Derek quien me observaba desde el umbral de la puerta que me senté de inmediato.

—Lo lamento—susurro.

—No, esta bien. ¿Qué sucede? —pregunte mientras me preparaba para ponerme de pie, Derek camino a paso veloz y atravesó la habitación, se inclino hacia a mi, y me beso con tal pasión que me dejo sin un solo gramo de aire en mis pulmones, su lengua acariciaba la mía con tal pericia que gemidos leves salían de mi garganta. ¿Cómo podía alguien besar así de bien? Me pregunte a mi misma mientras enterraba las puntas de los dedos en el cabello de su nuca. Derek empujo mi cuerpo levemente para que mi espalda se recostara sobre el colchón, mientras él, sosteniendo su peso con los brazos se colocaba sobre mi, acaricie sus mejillas y comencé a besar su mandíbula despacio, saboreando el sabor de su piel, Derek gruño y coloco su frente sobre la mía.

—Espera…—dijo en susurro y se dejo caer junto a mi en la cama. Reí y me gire para observarlo —. Elaine, prométeme una cosa—pidió con voz baja —; prométeme que te quedaras conmigo, prométeme que no te iras de mi lado. Prométeme que algún día me dirás que me amas.

Asentí y me acurruque junto a él, Derek extendió su brazo para abrazarme mientras yo recargaba mi cabeza sobre su pecho. Así, ambos nos quedamos dormidos, juntos, cerca el uno del otro. Respirando el aroma de cada uno y siendo arrullados por el latido del corazón del otro.

Entre sueños sonreí en mi interior; me había pedido que le prometiera que algún día le diría que lo amo… pequeño tonto bien parecido; aun no te das cuenta que ya te amo… quizá mas de lo que jamás me imagine que amaría alguien, mucho mas de lo que cualquiera creería, solo que aun no puedo decírtelo, creo que es algo que podría guardar un poco más, fue en ese preciso momento en que decidí que se lo diría durante el viaje a Hawái.

A la mañana siguiente desperté aun acurrucada en los brazos de Derek, jamás había dormido tan tranquila y segura, por lo que supongo que era natural que me quedara dormida, me levante asustada buscando ver la hora, una leve luz se filtraba por la cortina, al ver que a penas eran las seis de la mañana, suspire aliviada y con cuidado salí de la cama, debía preparar el desayuno, bese con delicadeza la mejilla de Derek y salí la de la habitación.

Comencé a preparar el desayuno mientras escucha las noticias, llamo mi atención que hablaban sobre el caso de violación que llevaba, decían que el juicio comenzaría pronto y que todo señalaba que seria el juicio del siglo pues la opinión publica estaba divida, sonreí con hartazgo y continúe batiendo el huevo para echarlo en la sartén.

—Buenos días—saludo Derek desde el umbral de la puerta de la cocina, lucia relajado y su cabello revuelto lo hacia verse mas joven.

—Buenos días—salude mientras lo observaba acercarse a mi —¿Dormiste bien? —pregunte.

—Mejor que nunca, excepto por la parte de despertar sin ti en la cama. Puede sonar pervertido pero creo que me acostumbrare rápidamente a dormir oliendo tu cabello.

Me reí, no sonaba pervertido para nada, yo era la que podía decir frases pervertidas, pues dormir sobre su firme pecho y usar su brazo como almohada era algo a lo que yo también podría acostumbrarme rápidamente.

—El desayuno esta listo… ¿podrías despertar a los niños? —pedí con voz dulce, Derek me dio un beso rápido en la comisura de los labios y salió hacia mi habitación. Regreso a los poco minutos con Cassie colgando de su mano y con Adrien entre sus brazos. Los sentó en las sillas del comedor y comenzó a colocarles las servilletas, lo observe fijamente mientras preparaba a los niños para el desayuno, era tan paciente, tan calmado, los atendía con tal dedicación y amor que un pensamiento cruzo por mi mente…

De pronto comencé a visualizar como seria vivir en esa burbuja rosa de amor filial, todos los días por el resto de mi vida…

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