97 Rasguño Parte II

Coloqué el botiquín en el escritorio y saque un poco de algodón y un tónico para limpiar heridas, giré hacia él y le hice una seña para que acercara su rostro para curarlo.

- ¿Qué? - Dijo mientras fruncia el ceño, al parecer no me había entendido.

Me acerqué a él y giré con cuidado su rostro para ver la herida de cerca.

-Probablemente te vaya a doler un poco. - Dije acercando mi rostro para ver con mayor claridad, puse suavemente el algodón húmedo en la herida. - ¿Estas bien? -

-Mmm.- Asintió con la cabeza mientras veía la pared con las pantallas que grababan el interior de la biblioteca.

-Si te lastimo debes decirme. - Lo mire, pero él no dijo nada así que lo tome como un sí.

Continúe limpiando la herida y la sangre que comenzaba a secarse en su cuello, su camisa estaba sucia y no me parecía correcto que lo dejara así después de que me había ayudado. Me alejé de él para tirar el algodón sucio y tomé un ungüento para aplicarle en la herida, así se curaría más rápido y como no era muy grande ni profunda no le dejaría una cicatriz. Me di cuenta de que me veía y le sonreí, el desvió la mirada, mi corazón se sintió extraño, ¿Por qué sentía que me estaba esquivando?

-Pondré esto para que cicatrice. - Louis no dijo nada, y comencé a sentirme ansiosa, cuando le estaba aplicando la pomada vino a mi mente la confesión de amor que le había hecho hace unos días, mi rostro se puso completamente rojo y sin querer hice mucha presión con mi dedo en la herida, él se movió un poco en su lugar pero no dijo nada.

-Perdón. - Mi voz era casi un susurro, pero realmente estaba muy nerviosa. Mi mente daba vueltas tratando de buscar una manera de huir de esa situación, me quede petrificada cuando una idea se vino a mi mente "¿Y si vino a rechazarme porque no le gusto?", mi pecho dolió un poco y me lleve la mano a mi corazón.

- ¿Te duele algo? - Louis giro rápidamente a verme, nuestros rostros estaban muy juntos podía sentir su aliento, si alguno de los dos se movía, aunque fuera un centímetro nosotros nos…

-No. Eh… déjame limpiar la otra herida. - Dije mientras me incorporaba rápidamente y me dirigía a el escritorio para ocultar la rojez de mi rostro ¿Cómo era posible que yo tuviera esos pensamientos durante esta situación?.

Miré hacia el pequeño armario y fui a buscar en uno de los cajones que se encontraban en la parte de abajo una camisa que pudiera quedarle, cuando encontré una azul claro giré y se la di.

-Tu camisa está sucia, dámela para poder limpiarla, no se si sea tu talla, pero creo que es mejor que la que llevas puesta. - Él veía la camisa que había puesto en sus manos fijamente.

-Si no te queda puedo ir y buscar otra. - Dije señalando el armario, aunque sabía que terminaría dándole una mía que me quedaba grande.

- ¿Tienes muchas camisas guardadas? - Su voz parecía un poco fría y distante.

- ¿Mmm?... No, esa es la única, iba a ser el regalo de uno de mis amigos para su cumpleaños, también le iba a dar una corbata, pero terminé dándole una colección de libros porque no creí que se vería bien con ellas. - En mi mente intente visualizar a Mateo con mi regalo, pero no lo veía usando un color que no fuera blanco.

-Ya veo. - Se levantó, se quitó su saco y comenzó a desabrochar los botones de su camisa. -

- ¿Qué… qué haces? - Giré mi cuerpo y cubrí mi rostro con mis manos.

-Cambiándome de ropa como me dijiste. - ¿Acaso Louis estaba burlandose de mi?

-Si, pero ¿no podías esperar a que saliera de la habitación? - Estaba muy nerviosa y estaba sudando, él no dijo nada por un rato así que me quede en el mismo lugar contando del uno al treinta para distraerme.

- ¿Vas a curar mi hombro? - Escuché como se sentaba en la cama y bajé poco a poco mis manos.

Camine hacia el escritorio sin verlo, mis orejas estaban ardiendo y me daba vergüenza que me viera así. Tomé un algodón con tónico y extendí la mano para que lo tomará.

- ¿Qué se supone que haga con eso? - Dijo confundido y giré armándome de valor, pero mi mirada cayó a su piel blanca y a sus músculos definidos, mis mejillas y rostro se volvieron mas rojos de lo que ya estaban. Louis inclino la cabeza hacia un lado y señalo su hombro.

Caminé sin decir nada y limpie su herida lo más rápido que pude, pero él era una distracción que no podía evitar ver, giré hacia el escritorio, tomé el ungüento y lo aplique, cuando terminé, tiré los algodones, guardé todo en el botiquín.

-Puedes dejar la camisa blanca en la cama para que la limpie, te espero fuera. – Dije mientras tomaba las cosas y caminaba hacia la puerta.

-No es necesario voy contigo. - Se puso de pie y caminó tras de mí mientras se colocaba la camisa azul.

-Gracias por ayudarme. - Dije mientras esperaba para cerrar la puerta cuando él saliera.

-No es nada. - Luis me sonrió y vi como trataba de abrochar los botones de sus muñecas.

Tomé sus manos y las abroché, su camisa seguía abierta y mi corazón latía con fuerza porque tenía una gran vista frente a mí. Louis colocó su mano en mi mejilla y movió su pulgar varias veces.

- Tenias una mancha. - Sentí su mirada fija en mi y la calidez de su mano en mi rostro me hizo desear quedarme así con él por otro rato más.

- ¡Sasha! - Di un brinco y miré a mi tras de mí, Alex estaba parado con la boca abierta mientras cargaba unas bolsas.

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