38 Molesto

---LOUIS---

Al parecer yo había invocado a ambos, ellos solo pasaron y cuando me iban a decir algo el representante de Sasha paso a un lado de mi para ir con ella.

- ¿Dónde estabas? ¿Sabes cuan preocupado estaba de haberte perdido? – La forma en la que le hablo no me gusto parecían ser muy cercanos.

-Perdón, es que pasaron unas cosas, además tú te fuiste sin mí. – Ella parecía estar en problemas.

-Señor, ¿me mandó llamar? – Dijo Jonathan, era mi amigo y el doctor particular de mi empresa y de mi familia.

-Revísala a ella, se lastimó el pie hace unos minutos. – Dije para evitar que ella se fuera sin antes revisarse.

- ¿Estas bien?, perdóname por favor cariño, no debí haberte dejado atrás. – Cuando ese hombre le dijo así a ella me molesto, pero trate de no darle importancia ¿Quién era yo para enojarme?

-Estoy bien Matt, no te preocupes. – Ella me vio y solo pude ver incredulidad en su rostro, lo cual solo incremento ese sentimiento molesto.

Mientras Jonathan le revisaba el pie mi mirada se centraba en sus manos que estaban aun aferradas con fuerza, mi hermana comenzó a hacer preguntas que casi me llevan a sacar a todos de mi oficina, me frustraba el que hablaran como si no pasara nada o no tuvieran nada más que hacer, mi mente seguía dando vueltas en cómo debería correrlos hasta que la voz de el doctor me regreso a la realidad.

-Estará bien después de unos días de descanso, no es nada grave, pero si usted se esfuerza mucho el pie dolerá y empeorará. – Cuando termino de decir eso recogió sus cosas y se fue mientras me dirigía una mirada, la misma que me daban Sebastián, Joseph e Isabella.

- ¿Así que estarás en reposo? Creo que será mejor si te quedas conmigo en lo que te recuperas, yo te cocinare y te cuidare. - ¿Escuche bien? ¿Él había ofrecido su casa? ¿Por qué ella se quedaría con él? ¿Ellos tenían otro tipo de relación? No me importaba ya nada solo quería que todos se fueran de mi vista.

- ¿Nunca te gustó ella? – Cuando escuché la pregunta de mi hermana me sentí un poco ansioso así que solo me limite a escuchar la conversación sin parecer que estaba interesado en esta.

-Jajaja, pues... mentiría si les digo que no me gustó. Jajaja, ¿No recuerdas cuando te confesé mis sentimientos en mi cumpleaños, pero tú me dijiste que también me querías y que sería por siempre tu mejor amigo? -

- ¿Yo hice eso?... Es que pensé que me dijiste que me querías porque te di el regalo que tanto querías, nunca imagine que te referías a otra cosa. -

-Lo sé, pero, aunque lo hubieras entendido me habrías rechazado. Pero después de todo yo agradezco el seguir siendo parte de tu vida, ahora entiendo que nuestra amistad es lo mejor que me pudo haber ocurrido y que nosotros no teníamos ningún futuro como pareja. – Al verla a ella asentir me sentí mejor, ellos no eran nada.

-No me digas que tú eres…- Al parecer mi hermana al fin había dejado su lado chismoso y el tema de conversación cambiaría.

-Ella es el autor de los libros que te gustan, pero como ya sabes quién es debo decirte que solo firmo el contrato con la condición de guardar su identidad, así que no puedes decirle a nadie. – Dije para evitar que ella divulgara cosas de trabajo que no le incumbían.

- ¿Solo me gustan a mis sus libros? ¿Eres tú quien tiene sus libros coleccionados en tu habitación en un librero especial para ellos, acaso su fan número uno no eres tú? – En cuanto termino de decir eso quise regresarla en avión a España otros 3 años más.

-Perdón que pregunte hasta ahora, pero ¿Quién eres tú? -

- ¿Yo? - Dijo mientras se señalaba. - Es verdad no me presente, que descortés de mi parte… Yo soy Isabella, la hermana de Louis y Joseph. - Mi hermana le saludo esta vez como era debido, después de que también se presentara el representante de Sasha mi hermano les ofreció a los demás sentarse para platicar más, al parecer se le olvido que teníamos otra junta pendiente, pero aun así me senté en donde el me indico.

-Agradezco su hospitalidad, pero creo que ya es hora de que me marche. – Al parecer Sasha también estaba ocupada.

-Solo será un rato, además no puedes moverte mucho, descansa unos minutos y después nos vamos. - El tal Mateo se sentó a mi lado cosa que no me agrado mucho, pero ella se sentó, todos comenzaron a platicar, al parecer se llevaban bien.

Vi como ella se levantaba y nos hacia una seña para informarnos que tenia que contestar su teléfono, los demás siguieron como si nada, pero después de unos momentos me di cuenta de que algo no estaba bien, ella de pronto fue por Mateo y le dijo que necesitaban irse, cuando escuche hablar de la policía sabia que no era nada bueno lo que ellos hablaban, mi hermano ofreció su ayuda pero lo rechazaron, después ellos se marcharon, me sentí un poco inquieto así que camine con rapidez para alcanzarlo pero el elevador ya había cerrado sus puertas, así que corrí a las escaleras y las baje corriendo, cuando pensé que ya no los alcanzaría la vi caminar hacia la orilla de la banqueta, corrí otro poco más y la detuve antes de que abordara el auto.

- ¿Quieres que te ayude? – Dije mientras trataba de evitar que mi voz delatara el hecho de que corrí hasta ellos desde el décimo piso, ella solo negó la cabeza, me sentí incomodo, pero aun así no me rendí y le di mi tarjeta con mi número de teléfono personal.

-Llámame si necesitas algo, lo que sea a la hora que sea, estaré en menos de 5 minutos contigo. -

-Gracias. – Su voz se escuchaba triste y ansiosa, le ayude a subir al auto y a abrochar su cinturón de seguridad.

-Llámame una vez que llegues. – Cuando volteé a verla me di cuenta de lo cerca que estábamos.

-Lo haré. – Al terminar de decir eso me incorpore rápidamente y los deje marchar.

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