119 Enojo Parte III

Mi hermana levantó su rostro y limpio sus lagrimas para verme.

- ¿Cómo es que no lloras? - Puso su mano por mi mejilla para acariciarla. -Es malo que guardes todo, un día explotará lo que has acumulado y eso será malo para tu salud. -

-Nada me pasará. - Acaricié su cabello y a mi lado escuché que mi hermano suspiraba mientras sollozaba aún.

-Se supone que la que debe sentirse mal soy yo. - Dijo Isabella mientras le daba palmaditas en la espalda a Joseph.

-Será mejor que no regreses a casa, mañana iré a hablar con nuestro padre y traeré tus cosas. - Dije mientras frotaba mi cuello con mi mano.

- ¡Iré contigo! -Dijeron los dos al mismo tiempo y después se vieron mutuamente.

-No, es mejor si no va ninguno, además ustedes cuidaran de la empresa hasta que regrese. - Mis dos hermanos me miraron con preocupación. -No le haré nada a nuestro padre. - Dije para calmarles, posiblemente pensaban que le causaría problemas o armaría un escandalo en la casa de mis padres.

-No es eso… ¿Qué tal si llevamos a la quiebra a la empresa? - Dijo Isabella mientras me miraba con miedo.

- ¿Cómo podrán hacerlo en unas horas? - Tras decir eso dude un poco. -También tienen a Sebastián. - Por alguna razón el mencionarle me preocupo, los tres estarían juntos y sin ninguna supervisión o alguien que les controlara.

-Tienes razón, nosotros cuidaremos el negocio mientras tu no estas ¡No te preocupes! - Joseph sonrió con confianza, pero mi mente decía ¡Preocúpate!, aun así, confiaba en ellos mas que en nadie así que solo asentí con la cabeza.

-Entonces mañana buscare un apartamento para quedarme ahí. - Dijo Isabella, mi hermano le miro de pies a cabeza.

- ¿Tu sola? Ni lo pienses, no te dejaré en un lugar sin que alguien te cuide. - Negó varias veces y se cruzó de brazos.

-No te iras a ningún lado, esta es tu habitación y tu casa, todo lo que necesites te lo daré yo. - Dije levantándome de la cama para salir.

- ¿Yo también puedo venir contigo? - Dijo Joseph que fue codeado por mi hermana.

-Tú tienes tu casa. - Replico Isabella mostrando su inconformidad.

-Yo también quiero vivir con mi hermano, no seas mezquina. - Joseph miro indignado a mi pequeña hermana, sabia que si no les separaba comenzarían a pelear.

-Cada uno puede tomar una habitación, solamente están prohibidas las fiestas, traer mujeres o a hombres, y por supuesto no se peleen o hagan escandalos. - Dije mientras tomaba a mi hermano del hombro para irnos, pero el me miraba con un brillo especial en su rostro.

-Creo que hoy es el mejor día de mi vida. - Joseph cubrió su boca y llevo su mano a su pecho.

-Descansa, mañana hay muchas cosas por hacer… Todo estará bien, confía en mí. - Dije mientras le daba un beso en la frente a Isabella.

-Siempre lo he hecho. - Mi hermana me miro y regalo una gran sonrisa.

-Vamos. - Mire a Joseph y salí de la habitación, espere a que el estuviera en el pasillo para cerrar la puerta, cuando ��l se iba a ir a su habitación le detuve.

- ¿Es esto por lo que hoy bebiste así? - Mi hermano se quedo quieto y miro hacia la pared.

-En parte lo es, también lo hice porque estaba preocupado por ti. -

-No bebas para calmar los problemas… la próxima vez puedes decirme lo que sea que te pase, te escuchare y te ayudare. -

- ¡Entonces iré contigo hermano! - Joseph sonrió y acaricie su cabello.

-Ve a dormir. - Camine a mi habitación y entre a ella.

-Descansa hermano. - Dijo Joseph asentí con la cabeza y le vi alejarse rapidamente, cerré la puerta y fui a mi cama para dormir o al menos intentarlo, tenía tantas cosas por arreglar en un solo día.

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