128 Arropados

Intenté calmarme un poco y me puse a pensar en cómo él había dado con mi casa, era extraño que llegara así como así, fue ahí que entendí el interés de mi amiga de ayer por la noche para preguntarme si me había contactado Louis, tomé mi celular y le mande mensaje pidiéndole una explicación, pero ella solo se limitó a decir:

"No se de que hablas... pero en caso de que no llegues hoy a la casa les diré a los demás que tuviste que ir a ver algo de la biblioteca a la ciudad vecina pero que te quedarás en casa de mi prima, ella nos apoyará y así tendremos una coartada"

Me sorprendí al leer lo que Ash había escrito.

"¿Qué rayos estás pensando? No es necesario que hagas eso, nos veremos en un rato. Tú y yo hablaremos seriamente"

Espere a que me respondiera, pero solo mando una imagen que decía "suerte". Me resigne a intentar razonar con ella, coloqué mi teléfono en la mesita y escuché como Louis salía del baño, así que voltee para verle, en cuanto apareció frente a mí me perdí por completo, se veía increíblemente adorable, era gracioso verle con su semblante serio estando vestido con esa camisa.

-No te rías. - Dijo mientras rodeaba el sillón y se sentaba a mi lado mientras se secaba un poco su cabello.

-Te ves bien. - Dije sonriéndole, me di cuenta de que se había lavado la cara para quitarse los rastros de sangre, pero aun así faltaba que le colocará algo para que no se le quedara una cicatriz. - ¿Cada vez que te vea tendrás una herida? - Abrí el botiquín y saque un desinfectante de heridas y voltee para aplicárselo.

-No lo sé. - Desvió la mirada y se acercó a mi esperando a que yo lo curara.

-No te lastimes más. - Dije mientras le aplicaba el líquido en la cicatriz que por fortuna no era tan grande ni profunda, estaba cerca de la otra herida que se había hecho un día antes en la biblioteca mientras me salvaba.

Continué limpiándole y proseguí a ponerle una crema en ambas heridas para que no le dejaran cicatriz en su rostro, recogí todo y lo guardé en el botiquín. Louis continuaba viéndome fijamente, mi rostro enrojeció y pensé en una forma para hacer un poco de platica.

-Toma un poco de té se va a enfriar. - Me senté un poco lejos de él cosa que hizo que me mirara con mayor intensidad. - ¿Qué pasa? - Dije mientras le veía de reojo y tomaba una taza para beber el té.

- ¿Quieres tener una cita conmigo? - Su pregunta me había tomado por sorpresa y por poco escupía el té que estaba en mi boca, pude pasar el trago y le miré con asombro ¿De donde había salido este Louis?¿Era el mismo que había conocido antes?.

-Ehh…- Mi mente se había quedado en blanco y no sabía que responder.

-No tienes que responder si no quieres. - Louis por fin dejó de verme para beber el té de su taza, pero por algún motivo sentí que la temperatura estaba descendiendo rápidamente.

-No es que no quiera tener una cita contigo… pero es que lo preguntaste tan repentinamente que no supe que decir. - Dije mientras que le veía con atención.

-Es la primera vez que hago esto, así que es probable que sea un poco torpe en estas cosas. - Él evitaba mi mirada, parecía que estaba avergonzado de la rara situación en la que estábamos ambos.

-También es mi primera vez en esto, así que no te preocupes… creo que los dos aprenderemos juntos. - Louis por fin me vio y le sonreí para que la incomodidad entre ambos desapareciera, quería hablar con él y hacernos cercanos.

- ¿Puedo pedirte algo? -

-Sí. - Dije mientras abrazaba a la taza con mis manos para que se calentarán un poco, seguía lloviendo con fuerza y parecía que el mal clima seguiría hasta mañana.

- ¿Puedes acercarte? Estas muy lejos… no te haré nada. - El oír eso me hizo darme cuenta de que era yo la que estaba creando una especie de barrera entre ambos.

Asentí con la cabeza, dejé la taza en la mesa y cuando me levanté me di cuenta de que cada vez la temperatura disminuía más y más, el cabello de Louis aún estaba húmedo y solo llevaba una camisa muy ligera, era probable que se enfermara, me di la vuelta y fui a el pequeño armario que estaba bajo la escalera para buscar una cobija para cubrirle, cuando regrese Louis me miró extrañado.

-Te resfriaras por mi culpa. - Extendí la cobija y se la puse, me senté cerca de él y seguí bebiendo mi té.

Él se acercó más a mi y me cubrió con la cobija, ambos terminamos arropados bebiendo el té sin decir nada, ni siquiera nos veíamos a la cara porque estábamos completamente sonrojados.

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