235 Meditación

--- LOUIS ---

El día anterior había sido uno bastante ajetreado, estuve trabajando hasta altas horas de la noche solo para despejar un par de días y disfrutar con calma el pequeño viaje. Aunque al principio estaba en contra de que más personas se unieran a mis planes con Sasha, pude ver que no era tan malo. Mis hermanos estaban esforzándose al máximo y de acuerdo con lo que Sasha me había dicho sus amigos estaban igual. Podría ser un viaje un poco escandaloso, pero era seguro que sería algo divertido.

Mi trabajo había dado frutos, y había superado mis propias expectativas al ver que había terminado con todo unas horas antes de que nos reuniéramos y partiéramos. A mis hermanos aún les faltaban ciertas cosas así que fue mi turno de ir a despedir a mis abuelos. Ellos estaban algo tristes por irse tan pronto pero ya tenían planeadas varias cosas que no podían retrasar. Me insistieron en ir en cuanto tuviera tiempo a su casa junto con Sash, querían presumirla con sus amigos y vecinos. Fue difícil decirles adiós, no porque no quisieran alejarse de mí, sino que les preocupaba que no cumpliera con mi palabra de llevarla a ella conmigo.

- ¿Fue difícil despedirse? – Preguntó con una sonrisa John que al parecer sospechaba de la razón por la que me había tomado tanto tiempo.

-Bastante. - Me recosté en el respaldo de mi asiento mientras que regresábamos a la ciudad.

-Compréndalos, están emocionados de verle a comenzar a formar una familia. –

-Solo estamos saliendo. - Respondí lleno de cansancio recargando la cabeza en la ventana.

- ¿No se ve en un futuro con la señorita? - Me miró por el retrovisor.

-Claro que sí. Estaría más que feliz, pero me refería a que vamos comenzando. No quiero que se sienta presionada por mi familia. –

-Pero nunca está de más expresar lo que usted quiere lograr a futuro con la señorita. Eso facilitará que ambos entablen una relación solida con mucha comunicación. –

- ¿Y si sus planes son distintos? ¿No se sentirá presionada por lo que yo diga? –

-A mi parecer la jovencita no es el tiempo de persona que se asusta por cualquier cosa. Creo que ella es capaz de decir si algo no le gusta. – Asentí de acuerdo con lo que decía John. – Si me lo permite, creo que usted debería dejar de tener miedo por expresar lo que siente y reprimir sus sentimientos. Las cosas no tienen un orden preestablecido, algunas veces solo debe dejar de presionarse y dejar que todo suceda. –

-Sí, lo sé. Pero es difícil, toda mi vida he vivido así, no es como si pudiera cambiar de un día para otro. Estoy intentándolo. – Mire por la ventana con algo de frustración.

-Lo puedo notar, va por buen camino. – Sonrió mientras miraba con atención el camino. - ¿Ya terminó con su trabajo en la empresa, cierto? – Sus ojos mostraban un brillo especial.

-Sí, vayamos a la biblioteca. Sasha me dijo que estaría ahí. – Él asintió con una gran sonrisa. - ¿Hay alguna florería cercana? –

-Conozco una, es de las mejores en la ciudad. - Me miró con complicidad.

-Vamos primero ahí. –

Después de comprar las flores nos dirigimos a la biblioteca, aparcamos y bajé en búsqueda de Sash pero no la veía, no había nadie. Escuché algo proveniente de la habitación en donde ella me había atendido y fui a buscarle. Lo primero que vi fue a el chico que le ayudaba aferrándose a ella. Sin pensarlo dos veces me dirigí y la alejé de él. Sabía que ella no estaba haciendo algo malo, pero no sabía de las intenciones que tuviera ese chico que estaba sobre la cama sin camisa. Salí de la habitación y después de que todo se aclarara, me sentía algo tonto por estar celoso, pero era imposible de que yo supiera lo que estaba pasando. Al verla derramar lágrimas entré en pánico porque pensaba que le había hecho daño, pero al comprender porque estaba así me sentí aliviado y algo enternecido de ver que ambos éramos torpes y lentos para comprender las cosas que nos pasaban, pero me alegre de que esto no se hubiera salido de control y se haya resuelto casi inmediatamente.

Al llegar a la casa de Sasha me quedé fuera atendiendo un par de llamadas, guardé el celular en mi bolsillo y entré. Lo que vi al subir las escaleras fue a Sasha cargando un montón de sabanas y almohadas, era peligroso para ella el caminar casi a ciegas. Puso las cosas a lavar y fuimos a la cocina para ver que faltaba para que ambos se mudaran. Platique con ella, pero a pesar de mis intentos por coquetear con ella no los notaba. Era inocente y lenta para captar indirectas o entender el sentido de lo que quería decir, pero era muy tierna. Las cosas comenzaron a escalare cuando comenzamos a jugar, y aunque yo había comenzado tuve que rendirme por ser una situación peligrosa, además de que en algún momento podrían bajar Tom y John.

Tomé aire mientras me sentaba a su lado y reflexionaba sobre mis actos, tenía que pensar dos veces antes de volver a empezar un juego. Al tranquilizarme giré para verla y continuar con la lista de cosas por hacer, pero nada salía a como yo esperaba. Comprendí lo que acababa de pasar una vez que ella salió corriendo con el rostro ruborizado. Miré a mi celular quien había sido el culpable de lo que acababa de pasar. Regresé a hacer mis ejercicios de meditación, tenía que dormir a lo que había despertado.

- ¡Jefe! ¿Qué hace aquí? – Dijo una voz causando que saltara por el susto.

-Vine a ayudarle a Sash y a Tom a arreglar la casa para que se muden. – Dije tratando de recomponerme mirando a la señorita Ashley quien al oír lo último se alarmo.

- ¿De que habla? ¿Dónde está Sasha? – Pregunto ansiosa mirando a su alrededor.

-Yo tampoco sé mucho del tema, así que no le podría decir con claridad. Me parece que esta en el cuarto de lavado. – Ella asintió y estaba por irse, pero se detuvo.

- ¿Se encuentra bien? Parece que tiene fiebre, su rostro y orejas están algo rojas. –

-Estoy bien, deberías ir con ella. Yo terminaré de hacer la lista. - Tomé el lapicero y la libretita excusándome y evitando el tema.

-Si necesita beber agua aquí tengo esta botella. Esta limpia. – Me la dio y se fue de la cocina.

Bebí casi toda el agua y retome mi meditación, aunque era más difícil hacerlo porque al parecer cada vez llegaban más personas al lugar.

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