6 CAPITULO 6: IREMOS…

Las líneas de luz se sellaron uniéndose con las que ya estaban, al completarse, se ha formado la inscripción: "tanto amó DIOS al mundo que ha enviado a uno de sus ángeles a INFRAMUNDO".

Él se sorprende, entiende que es cierta la leyenda, sin duda este es un libro muy especial y cree firmemente que, este libro juega un papel vital para hallar a la Princesa de los mil años.

Sin duda alguna, esto es lo que desean encontrar aquellos que persiguen a la chica.

El voltea a ver a la chica y se ve sorprendido, ella está consciente, lo mira con toda seriedad, está tratando de incorporarse, el joven deja el libro de lado y se apresura a ayudarla a incorporarse.

La joven aún está algo desubicada, sonrojada por la fiebre, ella nota que trae puesta una camisa sobre su ropa y al sentir las manos de el, cuando la está sosteniendo, le sorprende no estar sola.

La joven reacciona levemente, y al tratar de apartarse, siente dolor.

La respiración de ella está acelerada por el veneno.

El joven la ha ayudado a sentarse, ella, se asoma por dentro de su ropa por el cuello de la camisa.

Al ver que está vendada y su ropa cerrada, entiende que aquél chico tuvo que ver su cuerpo desnudo.

Se siente avergonzada.

El le pregunta por como se siente, ¿acaso le duele la cabeza? ¿siente calor? ¿está mareada?

Cada palabra de el joven retumba en su cabeza y es poco audible para ella.

Si, por causa de la fiebre le duele la cabeza y los oídos, es tanto el dolor que es poco lo que le escucha.

Ella levanta la mirada y se encuentra con el rostro de el.

Quizá demasiado cerca, mira como el, le pregunta cosas y solo atina a tratar de leer sus labios.

El joven entiende que ella no le ha prestado atención.

De alguna manera le intimida un poco que ella mire sus labios.

Así que trata de hablar lento.

Le confiesa que se alegra de que despertara, también se disculpa por haber tenido que llevarla hasta ahí, aclara que, no se atrevería a hacerle algo indebido.

También se disculpa por haberla desnudado, pero debía atender su herida.

Ella baja su mirada y cierra sus ojos por un instante, tiene un dolor agudo en sus oídos.

El se da cuenta que en verdad está muy mal.

Sin duda si trae infección, se le ha ido a los oídos, eso de alguna manera le dará un poco de tiempo a que no ataque la herida.

El joven saca un frasco diminuto, lo abre con cuidado.

Toma la mano de la chica y le vierte un poco en la mano de ella que el mismo sostiene para que no se abra la palma.

Le hace el ademán de que beba, mientras ella lee sus labios.

Ella lo ve a los ojos con inquisitez, lo nota sincero y al parecer es buena persona, ella guarda silencio un poco, mira el líquido que tiene en su mano.

El está a la espera.

La joven pregunta por el libro.

El joven no lo puede creer.

¡Ella se encuentra delirando y lo único en su mente es ese libro!

Ella en tono serio lo cuestiona por el libro.

El joven resignado le pide que ordene sus prioridades… ella en verdad debería considerarse un milagro y eso que todavía no está fuera de peligro.

En cambio, debe tomarse esa medicina, son muy buenas y escasas, de pueblos alejados de esta región así que conseguirlas no es fácil.

La joven vuelve a mencionar el libro.

El joven se molesta con ella.

No es porque sea testaruda o insistente, es, porque se le hace una tontería que no le importe su propia vida.

El molesto le dice que si ¡solo eso le importa!

El se coloca la mano de ella en la pierna de la chica, se levanta, va por el libro y lo acerca a la chica.

Mira como la mirada de la chica, se llena de agradecimiento, el, toca la mano de la chica, entonces ella ya no pone resistencia y toma la medicina.

El respira profundo y suaviza su rostro, ella se ve sonrojada por la fiebre, el piensa que se ve muy linda.

El joven le expresa que, es extraño que su medicina no cerrara las heridas de aquella chica, la joven le explica que, es posible que aquella espada que la hirió tenga veneno de basilisco.

Es uno de los pocos venenos que hacen imposible cerrar una herida.

De no haber sido por su medicina, se habría podrido ya que ese veneno pudre la carne.

El joven no puede evitar hacer un gesto de horror.

Mientras en su mente resuena: De no haber sido por su medicina, se habría podrido ya que ese veneno pudre la carne.

La joven hablaba con el, cuando pierde el conocimiento.

El joven, nota que, con el paso del tiempo el rostro de la chica ya no está sonrojado, la fiebre también le ha bajado aunque, no se le ha quitado.

Su respiración también ha cambiado, ya se siente un ritmo mas normal.

Cuando ella despierta, se ve mejor, el dolor de sus oídos ha cesado.

Su cuerpo aún está maltratado ,pero parece que fuera de peligro.

Él joven dice llamarse TOIRE (sig. Baño) y le explica a grandes rasgos (mientras recoge todo lo que puede) lo que ha pasado desde que la encontró, este hecho, a ella de cierta manera le pareció tierno que haya cuidado de ella, sin siquiera conocerla o sabe quien es, el fue valiente y, que la haya hecho pasar por su esposa, sin duda es algo que nunca hubiera esperado de nadie.

Ella suaviza su mirada, agradece todo lo que TOIRE hizo por ella, mientras trata de levantarse, le informa que debe irse, TOIRE la corrige, deben irse los dos.

Ella está de acuerdo, a ninguno le conviene quedarse mas tiempo, logra ponerse de pie, y trata de levantar su libro.

Sus piernas le fallan doblándose, ella piensa que en verdad es una inútil, ni si quiera puede mantenerse en pie.

¿Cómo demonios piensa que podrá llegar a salvar a la princesa?

TOIRE se acerca a ella, quien tiene la mirada en el suelo y sus puños cerrados.

TOIRE le dice con voz suave, ella deberá confiar en él e ir a su casa para que pueda sanar, que luego ella podrá hacer lo que quiera, antes no, han tenido suerte de que esos tipos traían prisa, por eso no perdieron el tiempo matándolos, pero, si vuelven a verlos, es seguro que lo harán.

Ella en esas condiciones, en verdad no llegará lejos de la cueva.

Ella sabe que tiene razón.

Su orgullo como hechicera está por los suelos, ella toma un momento y lo mira, ella sabe que con tal herida solo les dará en bandeja de plata aquél tesoro por el que murieron todos en el templo, además, necesita desaparecer temporalmente mientras sana, ella decide confiarle que, no la buscan a ella exactamente.

TOIRE contesta que lo sabe, de alguna manera lo dedujo porque ella preguntaba por el libro hasta dormida, (esta pequeña sorpresa la sonroja) eso es lo que ellos quieren.

Ella se ve algo sorprendida, se siente vulnerable con él.

Hacía tanto tiempo que no se sentía tan indefensa.

Es un sentimiento extraño...

TOIRE, va hacia ella con su mochila cargada, y la abraza para levantarla, ella inquieta, le dice que la suelte e intenta soltarse, lastimándose en el acto.

Con mucha seriedad TOIRE le dice que lo deje trabajar, si ya la ha cuidado hasta ese momento, es inútil que rechace su ayuda, es tanta su convicción que ella cede.

Si tanta vergüenza le da, entonces la llevará en su espalda.

Se pone su mochila adelante y la ayuda a subir.

Ella se agarra de él, algo avergonzada, salen de la cueva y ya está por atardecer.

Es uno de los peores momentos para salir de la cueva, sin embargo, es necesario, ya han permanecido mucho tiempo en la cueva.

Ha sido una suerte estar a salvo.

Saben que, antes de la noche deben encontrar refugio, pero es mejor irse que quedarse.

Durante el camino, TOIRE le pregunta serio ¿porque es tan importante el libro que, hasta la vida de ella es menos importante?

Ella no dice nada, solo lo mira de reojo.

fin de capitulo 6

fin de temporada 1: el comienzo

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