3 CAPITULO 3: RIO QUE SUENA

Debido a la tormenta que ha azotado en las montañas, el río está crecido y el curso del agua debajo de la cascada es intrépido entre las rocas.

Por el peso del libro y los pergaminos, el cuerpo de la chica está siendo jalado por la corriente bajo el agua.

Así que el hombre que la persigue, aunque ya ha bajado cerca de la orilla y pone gran cautela mirando hacia todos lados, no logra verla.

El hombre está perdiendo la paciencia, menciona con algo de horror que no puede regresar sin los tesoros… con voz entrecortada, confiesa que sería su muerte si regresara con las manos vacías.

El hombre comienza a arrojar ataques de poder explosivo por sobre el agua, sin saber que a más de 20 metros de distancia, debajo del agua, la chica es jalada por la corriente, contra la que lucha para no soltar su preciada carga, a pesar de ser golpeada entre algunas rocas río abajo.

Al cabo de unos minutos, la corriente la ha alejado de aquél sitio.

Ha estado en grave peligro apenas alcanzando a respirar por instantes bajo el agua con un pequeño hechizo de una burbuja de agua.

La chica está herida y terriblemente cansada, alcanza a ver la orilla, sin embargo, le faltan las fuerzas para nadar hacia allá.

Ha sangrado mucho.

Se aferra a su carga la cual ha envuelto en parte de la capa de monje.

La joven está perdiendo el conocimiento.

Su cuerpo está siendo llevado por la corriente, y aunque ella lucha por no hundirse, es precisamente por sus telas que se le dificulta salir, ya que favorece a la corriente y se atora entre las ramas de algunos arboles caídos en el rio.

La chica deja de luchar.

Cerca de ahí, se desarrolla una persecución, hay un chico ágil que está persiguiendo a un alce, el chico viste modesto, camisa y pantalón de lana, porta una mochila de cuero, una funda con un cuchillo de mediano tamaño, una bolsa de cuero donde carga algunas flechas, una espada atada a su cadera y un arco, se ve sucio, ya que ha andado entre la tierra, está emocionado persiguiendo al alce… el alce al notar una buena distancia entre ellos, se relaja, entonces se detiene por un momento a comer pasto, el joven que sostiene su arco en la mano, se prepara y lo tensa, arroja una flecha, pero no da en el blanco, el alce con rapidez sigue su huida hacia el rio y el chico va tras él, vagando entre la montaña abajo, el alce logra llegar a la orilla, entre unas piedras que comienza a usar para llegar a la otra orilla saltándolas.

El chico apresura el paso, se resbala y rueda la última loma, con una caída de unos 2 metros, el joven se rueda un poco al caer y se levanta a tratar de alcanzarlo, lo sigue de cerca y brinca entre las piedras, ya estando más cerca, está a punto de lanzar otra flecha con una de sus piernas sobre la roca y la otra quedando en el agua, en ese momento, algo lo distrae, siente que algo le ha pegado en la pierna, el voltear a mirar eso, el alce escapa, parece ser ropa, el se desanima un poco al darse cuenta de que perdió a su presa.

En verdad lo necesitaba para la siguiente temporada.

El joven se baja de la roca, estando totalmente en el agua, toca la ropa, se toca algo duro en su interior, lo mueve la corriente queriendo llevárselo, entonces, se apresura a agarrarlo antes de que se lo lleve, es pesado.

Lo lleva la orilla, cargándolo cuando ya está saliendo del agua.

Lo pone en el suelo y lo mira detenidamente, al voltearlo, nota que de este lado está un broche, el reconoce el símbolo, es uno de los que se ven en las iglesias de un poblado cercano, el mismo ha hecho zapatos de encargo para ese pueblo y le piden que le plasme el sello.

El duda, extrañado, no sabe si realmente debe abrirlo o no, lo piensa por un momento, mira que no hay nadie alrededor, al fin, lo abre, dentro encuentra el libro y los pergaminos, el joven se aparta un poco asustado, es demasiado raro que haya cosas valiosas vagando por ahí, se siente un poco nervioso, se da cuenta de que se trata de una capa, la cierra con rapidez mirando alrededor (sin abrocharla) y vuelve al río para ver si encuentra al poseedor de la capa, lo piensa por un momento pero, si el dueño está en el rio, quizá necesite ayuda, el grita para saber si es escuchado, toma las cosas al no obtener respuesta, entonces corre por la orilla.

A lo lejos, alcanza a divisar algo en un árbol dentro del río, hay algo flotando enredado entre las ramas, suelta la carga y corre, al acercarse se da cuenta de que es una persona joven de cabello largo, el cual se mece con la corriente, se ve joven y con demasiadas heridas, el agua a su alrededor tiene rastros de sangre, el joven con prisa, se dispone a tratar de sacarla del agua, al cargarla, sin mala intención, toca el torso, al tacto, se da cuenta de que es una mujer envuelta en su traje de monje.

No puede evitar avergonzarse por haber tocado el pecho de la mujer, sin embargo, debe sacarla, está tan suelto su cuerpo que ni siquiera sabe si está viva, el cuerpo está atorado al árbol, debido a una extraña espada ajustada en su cinturón, esta inconsciente, logra zafarse del árbol utilizando su cuchillo, la saca del agua visiblemente cansado, forcejeó mucho para soltarla del árbol, la lleva a la orilla junto a los pergaminos.

La recuesta y la examina para ver si respira, al no notar respiración decide darle respiración de boca a boca, está fría, quita el cabello de su rostro y se queda un instante como hechizado al ver lo hermosa que es, titubea un instante recordando el tacto de su pecho y se regaña a sí mismo por tener esos pensamientos, procede a darle respiración boca a boca, tapando la naríz cada vez y le da masaje al corazón presionando su pecho.

Aún se nota fría al tacto.

Repitiendo la respiración y el masaje, a los pocos intentos, ella tose y saca un poco de agua y sangre.

De esa forma empieza a respirar, esta inconsciente, el joven se alegra de haber podido salvarla, ahora se siente más tranquilo, mira el rostro de la chica, está demasiado pálido, entonces inspecciona su ropa, nota un sello en la ropa ubicado en el pecho de ella, es del mismo grabado que el de la coraza del libro y supone que es de ella.

El revisa de donde sale aquella sangre que le ha manchado su traje, ubica una herida en el pecho de la chica.

Le preocupa, es una herida grande, es un milagro que esté aún con vida.

Hay mucha sangre.

fin de capitulo 3

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