17 CAPITULO 17: JUSTICIA

Han pasado ya varios días, INKU Y TOIRE han resultado muy buen equipo de cazadores, tanto de tierra como en aire o agua.

Gracias a esto han podido hacer envoltorios de carne y las han puesto a secar, KEKI ha estado usando algunos hechizos de fuego para acelerar el proceso, de esta manera tendrán víveres para cuando escasee la comida.

En un río, TOIRE encontró una piedra lisa de hermosos colores y la recogió mientras pescaba.

INKU lo vió, algo divertido le dijo que ¿a poco pensaba matarlos a pedradas a los monstruos?

TOIRE le sonríe un poco apenado, niega el comentario.

Esa piedra le pareció muy linda, pregunta al chico si ¿cree que le gustará a KEKI?

INKU, le sonríe, le dice que supone que si, a las mujeres les gustan muchas cosas de colores.

TOIRE algo burlón le comenta que talvez también INKU debiera encontrar algo para OKE.

INKU le dice que no, eso solo lo hacen los novios.

TOIRE se sonroja mucho, le dice que no necesariamente.

Los amigos también.

TOIRE cambia de tema, pregunta a INKU que desde cuando aprendió a cazar.

INKU no lo sabe, solo recuerda que es una práctica recurrente en su templo.

Era una de las disciplinas ya que cada mes, les cambiaban las tareas a realizar.

Proveer de alimento era una de ellas.

INKU devuelve la pregunta a TOIRE, el le dice que, desde niño, el junto a los demás niños, ayudaban a su mamá a esta tarea, los más grandes de todos.

INKU pregunta si tuvo muchos hermanos.

TOIRE, con una sonrisa le dice que sí, tuvo muchos buenos hermanos, los cuales de alguna manera cree fueron apresados algunos.

Se los llevaron de la aldea, ya no quedaban muchos de ellos al morir su madre.

Era una hermosa mujer que los crió a todos.

INKU comprende que tal vez, TOIRE no tenía padres y esa mujer cuidó de ellos.

No pregunta más.

Deciden regresar, ya tienen muchos peces para cenar.

Como medida preventiva, además de apartarse de los caminos principales, ellos 4 se turnan la vigilancia, de esta manera, ninguno se siente más cansado que otro.

Se han encontrado a muy pocas personas, algunas de ellas, huyendo de sus aldeas que han sido invadidas.

Incluso han compartido su comida con ellos. el transcurso de estos días ha sido productivo.

Además, TOIRE es el más contento, el hecho de que un solo chico cuide de 2 chicas no fue para nada sencillo.

TOIRE no sabe si es causa de la convivencia, o el apego que se ha formado con el tiempo y lo que han pasado juntos, pero, el siente que hay algo en KEKI que lo atrae en sobremanera, en el tiempo en cuando la conoció herida, el nerviosismo de tener que ver su cuerpo frágil, desnudo y hermoso, hace que se sonroje ay se regañe así mismo por pensar en esas cosas, si ella solo necesitaba ayuda, no merece que el piense así de ella.

Su frialdad, su enojo, su compasión y coraje para no rendirse, aun cuando sufrió mucho dolor con las curaciones de esa carne que estuvo a punto de pudrirse, solo de recordarla de vez en cuando, lo hace sentirse extrañamente felíz.

Aunque no se contado a nadie, tal atracción se ha hecho palpable y todos se darán cuenta menos KEKI, ya que eso no está en sus prioridades.

En el camino se han encontrado seres mutados, pero no malignos, así que los han evitado.

Al cabo de dos semanas, han salido por fin de las montañas, por último, queda por cruzar un gran acantilado, se ve algo bonito pese a no haber casi nada de vegetación, como hay un canal en la cima de donde ha ido bajando el rio, el agua cae al acantilado y forma neblina, deben ir con cuidado, el suelo es algo liso, van por las orillas entre las fisuras en ocasiones, pegados a la pared, fueron bajando poco a poco, en las faldas del mismo buscan donde descansar.

Hay un conjunto de cavernas en las faldas de la montaña.

El ambiente se siente fresco y algo sofocado.

Hay un camino muy estrecho por donde cae el agua al frente, queda perfecto como escondite con la cortina de agua.

Todos se van metiendo y acomodando en aquél hueco, es algo amplio.

La vista hacia a fuera es buena, de fuera hacia ahí no por la corriente de agua.

Algunos de ellos se recuestan, otros se quedan sentados.

El turno de OKE será el siguiente, le dicen que duerma ya que en unas 4 horas tocará su turno.

Ella emocionada se acurruca junto a su morral que hizo con tela y está relleno de algunas hierbas, así que lo usa de almohada, semi recargada en la pared de la cueva.

Todos procuran guardar silencio lo mas posible para que ella duerma.

Han caminado mucho así que INKU Y KEKI también dormitan.

TOIRE aun vigila.

Las luces del alba lucen hermosas a través de la cortina de agua, TOIRE se siente agradecido de haber podido disfrutar de la vista.

Le hubiera gustado que KEKI también la mirara, voltea a verla, ella duerme.

Le parece tan bonita durmiendo, se ríe de si mismo, se ha vuelto cursi.

Y sin embargo, siente que puede seguir a su lado hasta el fin del mundo.

FIN DE CAPITULO 17

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