1 Prologo

Ciertamente en el principio solo había soledad, caos y tinieblas cubriendo un abismo sin indistinguible final, pero entonces en ese lúgubre espacio apareció Mikel Belov; con su cabello castaño y ojos claros de un extraño color violeta muy típicos de aquellos que presuntamente sufren del síndrome de Alejandría, se encontraba flotando en dicha oscuridad.

Despertó con un dolor de cabeza tan desproporcionado que sus entrañas gemían en sufrimiento, desde las sienes el malestar se transportó hasta su estómago creando una vorágine que marchaba lentamente hacia su garganta transformándose en un vomito bilioso que lo dejo postrado en el corredor antes de siquiera poder llegar al sanitario, en su mente se encontraba una confusión sin precedentes para alguien como el, quien siempre se caracterizó por ser capaz de mantener la serenidad en situaciones de extrema dificultad. Aquel vomito causado por una migraña anormal logro finalmente darle un poco de paz, pues regurgitar, de alguna manera había calmado su mente un poco lo que le permitió pensar en lo que vivió, consternado Mikel susurró.

"Fui transportado a ese espacio infinito y vació, algo realmente ha cambiado dentro de mí, tantos años, siglos, tanto tiempo en soledad, no hay manera de que no fuera todo real".

Al darse cuenta de lo que dijo con un ceño fruncido se preocupó, su mente le había jugado una mala pasada, aquel sueño fue tan realista, le pareció imposible haber imaginado tal gran cantidad de cosas, el conocimiento de lo que había creado en su sueño estaba tallado con fuerza en su mente y alma, el deseaba creer que no estaba verdaderamente loco, en ese momento Mikel pensó "he creado un universo".

Los días lo transcurrían con la normalidad posible luego de haber vivido algo tan difícil de entender, aunque Mikel dejo de ir a estudiar, no había nadie en su vida quien se preocupara por esas cosas; vivía en el último piso de un gran conjunto de apartamentos que fue en otra época la propiedad de su abuelo Alexey Belov, un comerciante eslavo que logró escapar a Sudamérica a finales de la guerra fría; al no tener familia, su abuelo logro huir de su tierra natal con una buena cantidad de posesiones que le dieron la oportunidad de iniciar un próspero negocio Panamá, la vida trato a su abuelo muy bien y su carisma le hizo ganarse buenos amigos además de una hermosa esposa que por cuestiones de la casualidad también era del otro lado del mundo; Xiao Wen, su abuela nacida de padres perseguidos en la época de la revolución cultural China, también encontraron el país que une el mundo por medio de su gran canal una oportunidad de una mejor vida; por estas razones Mikel cuyos padres desconoce siquiera su nombre fue criado únicamente por su abuelo desde su tierna infancia y solo reconoce a su abuela en fotografías e historias contadas por el viejo hombre eslavo en aquellas noches de vodka y tristeza; al morir Alexey, cuando Mikel tenía tan solo 14 años designo un gran Fideicomiso que soluciono cualquier problema monetario que pudiese tener en el futuro su nieto; para Mikel el dinero era solo un numero más y luego de los sucesos de su sueño era aun de menos interés para el algún tipo de bien material, lo cierto es que desde la muerte de su abuelo Alexey había vivido una vida solitaria, en un principio aquellos grandes amigos de su abuelo velaron por su seguridad emocional y física, procuraron que terminara la escuela segundaría, pero el tiempo fue llevando a la tumba a todos los conocidos que velaran por su existencia, el día antes de su "largo sueño" como empezó a referirse al extraño evento solo recuerda algunos detalles, fue a su universidad y en lugar de asistir a clase se quedó en la biblioteca, luego de leer durante unas horas sobre temas sin particular importancia, fue a casa como de costumbre, solo que esta vez sentía un incómodo dolor de cabeza, cuando entro al elevador recuerda haber visto a uno de los inquilinos del piso directamente bajo el suyo, también recuerda que esa persona dijo algunas palabras sobre como tenía una tez poco saludable y le recomendó ir a una revisión médica, al llegar a su apartamento arrojo las llaves al suelo y tambaleándose se metió en su cama, su cuerpo entero temblaba un poco, lo último que recuerda fue escuchar el sonido de un águila o tal vez halcón antes de cerrar los ojos para entrar al "largo sueño".

El tiempo siguió su curso y pronto había pasado un mes, en ese tiempo Mikel estuvo obsesionado con escribir y detallar lo vivido, tratando de analizar durante cuánto se había encontrado en aquel estado de consciencia lejana, lo que había aprendido, lo que era confuso en su mente y las dudas que tenía sobre si era real todo; al principio empezó a buscar la sensación de la energía que lo desbordo al llegar al oscuro espacio vació, sin embargo por más que intento buscarla no logro ningún avance, era como si un delgado velo sin forma evitara que la energía se acercara a su ser, esto lo dejo devastado y con consternación cayó de rodillas en el suelo mientras las dudas lo inundaron una vez más, la poca certeza sobre la realidad del "largo sueño" se esfumo entre sus dedos, quería que fuera real, deseaba con todas sus fuerzas que fuera real, pero la verdad era que no existía la energía caótica que sintió en aquel otro mundo, ahora aquel sueño sobre su hermosa creación era solo una pesadilla que había durado eones. Mikel se recuperó rápidamente de las emociones negativas que lo embargaban, con una mirada decidida pensó en un camino sin retorno, había vivido por incontables años en su universo, las sensaciones que pudo experimentar fueron tan variadas como increíbles, no estaba dispuesto a continuar en una vida que lo alejaría de su creación; Mikel se levantó lentamente, sus ojos delataban su compromiso sobre los que estaría a punto de hacer, con pasos lentos pero firmes se acercó al balcón del apartamento donde vivió con su abuelo durante todos sus años de vida en aquel mundo que ahora parecía extraño para él, mirando hacia el horizonte subió hasta el borde donde a solo un paso lo esperaba el vació de la muerte, en su mente justificaba su elección como la única manera de probar sus creencias.

"Si no puedo volver, prefiero morir" susurro a la nada mientras cerraba los ojos para dar aquel último paso mortal.

Escucho algunas voces en un lenguaje difícil de descifrar, le pareció familiar, pero a la vez lejano y ajeno a él, lo primero que noto Mikel fue que podía sentirlo, estaba nuevamente en aquel lugar, la energía caótica llenaba sus poros y se transportaba por canales internos desconocidos en su cuerpo, estaba ahora seguro de que su elección fue la adecuada, no estaba loco y una vez más el universo pudo contemplar a su creador.

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