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En el bosque

Muchas gracias por las piedras de poder.

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—Ya puedo ver la salida— dijo Maria despejando el camino del túnel.

—Si!!!— todo el mundo grito de felicidad al respirar aire limpio nuevamente.

Maria, acompañada de Lisa, saco un pedazo de cuero de su ropa y empezó a mirarlo con detalle, sobre su superficie varios bosquejos de arboles y montañas estaban dibujados.

—¿Qué es eso?— pregunto Leina acercándose a su lado.

Permitiendo que Leina viera el contenido Maria respondió —Este es un pequeño mapa que hice en mi tiempo libre, si no estoy equivocada estamos muy cerca del rio— guiándose por la posición del sol, ella calculo que debían estar a solo unos kilómetros de él, ella no quería perder la fuente de alimentos que obtenían de él.

¡Roaaaaar!

En el momento que la mitad de las personas ya habían salido del túnel, dos corridas de dientes filosos salieron del bosque mirando a sus presas.

Antes que el caos se desatara en el grupo, todas las mujeres con armas se prepararon para defenderse guiadas por Victoria.

—Los niños que entren al túnel… Luna, Margarita necesitare que me ayuden— grito Victoria levantando su espada.

Sus piernas temblaron al ver un grupo de lobos salir del bosque "Debes ser fuerte, no puedes flaquear en este momento" sin permitir que el miedo la dominara, ella se puso al frente del grupo y grito con furia.

—Luna, Margarita tratare de darles tiempo, asegúrense que nadie se quede atrás—

¡Auuu!

Al ver que sus presas escapaban, los lobos rodearon al grupo lanzándose sobre ellos.

—¡Atrás!— grito Victoria logrando cortar la pierna del lobo más cercano.

Sintiendo como su espada penetraba en la carne, sus ojos brillaron con una nueva esperanza —Podemos contra ellos—

—¡Cuidado! No les des la espalda— con su cabello dorado desatado y sus dos ojos carmesí, como una valquiria Margarita se posiciono detrás de Victoria logrando bloquear el ataque del lobo —Esto es más difícil de lo que parece— aun con el retroceso que llego a sus brazos, ella no se atrevió a soltar la espada.

—Gracias Margarita— dijo Victoria al sentir que el frio recorría su espalda.

—No se queden ahí, sigan peleando— mientras Luna detenía el avance de un lobo, Maria dejo a Lisa en manos de Leina y levantó una espada en sus manos.

Al notar la llegada de Maria, todas se sintieron más seguras, solo había tres de ellos, si podían trabajar en equipo era solo cuestión de tiempo para que ellas vencieran.

—Maria, ayuda a Victoria, por el momento tengo controlado a este—

Escuchando las palabras de Luna, Maria ataco al lobo más grande de los tres, siguiendo su instinto espero el momento en que el lobo no la miraba y sin miedo enterró la espada.

¡Auuu!

Al atravesar la carne del Lobo, los otros dos empezaron a sentirse nerviosos —Funciona, no dejen de atacar, no son tan fuertes como parecen—

Después de unos minutos, un lobo callo sin vida mientras otro estaba lleno de heridas sobre su piel.

Del otro lado, aunque ganaron mucha experiencia manejando las armas, los cuerpos de Victoria y Maria estaban agotados físicamente.

Aprovechando el descuido de una de ellas, el lobo restante se lanzó furioso sobre Victoria a una velocidad superior a la humana.

—¡No!!!— gritaron al no tener tiempo para reaccionar las demás.

Al ver el cuerpo del lobo a solo unos pasos de ella, Victoria cerro los ojos ya sin fuerzas, había echo todo lo posible para aguantar hasta el final, si sus brazos no fueran tan débiles estaba segura de que ella podía vencer al lobo junto a su espada.

¡Slash!

El tiempo se detuvo en un instante, en el suelo la cabeza del lobo rodo con los ojos llenos de negación al no entender que paso.

—Lo hicieron bien— acercándose a Victoria, Jin la tomo en sus brazos sin que ella pudiera reaccionar —Ahora pueden descansar—

—¡Nii-san!— al escuchar la voz de su hermano, Leina salió del túnel con los ojos llenos de lágrimas, ella nunca perdió la esperanza de que su hermano regresara, aunque no sabía que le había pasado durante todo este tiempo, a ella no le importaba mientras el volviera a su lado.

Luego de dar unos pasos en el exterior, las lágrimas de Leina se secaron siendo reemplazados por una mirada fría en su rostro, con una de sus cejas temblando ella no avanzo más mientras las mujeres rodeaban a Jin.

—Lisa, Leina, Tadaima— dijo mirándolas en la distancia.

—Hmpf, nii-san tonto—

Aunque Lisa quiso correr hacia su hermano, ella fue detenida por Daisy y Rosa, el peligro aún se mantenía en el exterior, a menos que Victoria lo ordenara no dejaría que los niños abandonaran el túnel.

Mientras el aroma de Jin invadía el cuerpo de Victoria, esta se sintió como una niña pequeña al estar siendo cargada como una princesa —Me puedes bajar— pregunto encogiendo su cuerpo.

Mirandola con preocupación Jin pregunto —¿Estas segura, aún tenemos que recorrer un largo camino— el peligro aun no había terminado, si el las dejaba a su suerte era cosa de tiempo para que fueran presas de otro monstruo.

—Si, estoy segura—

—Bueno, si insistes— sin darle una segunda mirada Jin la dejo en el suelo.

Acercándose a Leina la tomo en sus brazos aun si ella se resistió —Vamos, no podemos quedarnos aquí— girándose hacia Lisa agrego —Lisa, ven, tenemos que partir—

Con la ayuda de Maria, Lisa salió del túnel con sus ojos húmedos, sin decir una palabra agarro la ropa de Jin sin querer soltarla otra vez.

Cuando Jin vio a Maria a su lado, le dio una mirada fría por un momento, sin apartarla de él dejo que la acompañara y empezó a caminar hacia su nuevo refugio.

Durante el tiempo que Jin estuvo atrapado, el busco en sus recuerdos todos los lugares donde podía instalar su nuevo refugio, ya había pensado en los mejores donde poder proteger a un gran grupo de gente, solo esperaba que la marea de monstruos no detuviera su camino.

Alejándose del grupo, todos se mantuvieron en silencio hasta que Victoria decidido preguntar.

—¿Nos dejara atrás?—

—Parece que no nos considera importantes para él, si no, nos hubiera pedido que lo acompañáramos— respondió Luna.

—Ohh, así que tenemos que solo tenemos que darle una razón para que nos ayude— sin escuchar las palabras de sus compañeras, Margarita corrió al lado de Jin tomándolo de uno de sus brazos.

Sintiendo la suavidad que se presionaba sobre su brazo, Jin levanto una ceja cuando Margarita puso su rostro muy cerca del suyo.

—¿Puedo acompañarte?, si alguien se enferma o tiene una herida puedo manejarlo fácilmente— presionando con más fuerza sus pechos agrego —además tengo experiencia en algo que te podría interesar—

Tratando de controlar su cuerpo, Jin miro a su hermana que parecía gritar si él respondía a su insinuación.

Las demás que terminaron de salir del túnel, al ver la forma provocadora de Margarita negaron en su interior, nunca mendigarían la protección de alguien, todos los hombres desde que llegaron demostraron que eran unas bestias a la más mínima oportunidad.

Luego de pensarlo un momento Jin llego a una decisión —Tienes alguna solicitud, me vendría bien alguien como tú a mi lado—

Mirando pícaramente hacia sus amigas, Margarita movió sus caderas seductoramente hacia Jin —Solo quiero que las protejas hasta que ellas puedan encontrar un lugar seguro, si ellas deciden dejarte por su propia voluntad yo no diré nada, por supuesto, yo me quedare a tu lado—

Al ver como su amiga vendía su cuerpo por la seguridad de ellas, Victoria decidido gritarle a Jin que no necesitaba nada de él, pero antes que pudiera hacer algo, Jin agarro de la cintura a Margarita y la presiono hacia él.

—Diles que se preparen, tenemos que recorrer un largo camino antes que se oscurezca— si alguien se entregaba a Jin por su propia decisión, el no dudaría en tomarla como una de sus compañeras, sabia bien que ella lo hacia para no tener que sufrir un destino incierto en las manos de un desconocido.

—Si— respondió Margarita dando pequeños saltos hacia sus compañeras.

—Leina, eso duele—

En el momento que Jin acepto a Margarita, Maria y Leina fruncieron sus rostros pellizcando su cintura con fuerza, a Jin no le sorprendió la acción de Leina sabía que ella era algo posesiva con él, pero al encontrar la reacción de Maria en su interior se sintió raro con respecto a ella, aún no habían hablado después del beso que se dieron en la noche.

Luego de unos minutos, Margarita regreso al lado de Jin y sin importarle las miradas de las demás intento abrazarlo extendiendo sus brazos.

—Tenemos que avanzar, yo estaré a cargo de su seguridad, así que te recomiendo mantenerte atrás de mi si no quieres salir herida— evitando su agarre, Jin entrego el cuidado de Lisa a Maria y se preparó para avanzar.

—Jin, toma esta espada— dijo Maria acercándose a él.

—¿Tu creaste esto? Se ve de buena calidad, gracias Maria— comprobando el manejo de la espada, Jin la amarro a su cintura y miro al grupo —¡Vamos!—

Siguiendo detrás a Jin, todas se sintieron un poco disgustadas por la decisión de Margarita, ellas creyeron que Jin debía protegerlas por obligación, no les fue suficiente que él las salvara del grupo que las secuestro, ellas querían que el siguiera ayudándolas sin recibir nada a cambio.

Quedándose en silencio, el grupo avanzo con cuidado entre los árboles, cada tanto el grito de un animal pequeño asustaba a los niños, recordando lo que sucedería si eran perseguidos por un monstruo se cubrieron sus labios no queriendo dar problemas a los adultos.

Unas horas después, el sol desapareció detrás de las montañas.

—Acamparemos aquí— despejando los arboles solo con sus manos saco un par de jabalís de su inventario —preparen esto, será la comida de esta noche—

Subiendo a uno de los árboles, Jin no les dio una explicación de donde vino la criatura, tenía que estar pendiente si algún monstruo decidía atacarlos mientras estaban descuidados, con solo su aura no era suficiente para proteger a un grupo tan grande como el que llevaba.

Viendo que no podía alcanzar a Jin, Margarita palmeo su rostro y levanto el ánimo de las demás —Vamos, aprovechemos este tiempo para preparar la comida, no se queden ahí…Victoria, ayúdame a juntar leña, las demás junten hojas para nuestras camas—

—En que piensas tanto— la voz de Eva salió del interior de Jin, ella ya no dudaba de él, todos sus recuerdos y las cosas que el sabia era suficiente prueba para que ella fuera más abierta con él.

—Desde que viste mis recuerdos sabes lo que pasara en el futuro, así que, ¿crees que es momento que deba saber algo de ti? o aun no es el momento— no teniendo mucha esperanza del conocimiento de Eva, Jin espero tranquilo su respuesta.

Escondida en su morada, Eva recordó las imágenes de ella en el futuro, había muchas cosas que ella no entendía, por más que intentara pensar de quien era Belion o porque abandono a Jin, su cabeza empezaba a doler sin poder encontrar una respuesta.

—No necesitas responder ahora, si en algún momento puedes hacerlo seré paciente hasta ese momento— quedándose en silencio, la noche avanzo mientras el olor a carne asada inundaba el ambiente.

—Darling, la comida esta lista, baja a comer con nosotros—

Al escuchar las palabras de Margarita, Leina apretó el cuchillo en sus manos con furia "Debo ser paciente, mientras no permita que se queden solos ella no podrá hacer nada"

Bajando del árbol con un salto perfecto, Jin camino cerca de la hoguera y se sentó al lado de Lisa —No hay nada de que preocuparse, los monstruos no se atreven a acercarse—

—Gracias por todo Jin— acercándose con un trozo de carne asada, Cecilia lo dejo frente a Jin y tomo sus manos con cuidado, hablando en voz baja agrego —No le guardes rencor a las demás, ellas han sufrido bastante desde que todo empezó—

Mirando la figura de Cecilia retirándose hacia sus compañeras, Jin considero en ser mas amables con ellas, recordando la petición de Margarita él tenía que pasar bastante tiempo con ellas.

—Está bien— levantándose continuo —desde ahora todas ustedes estarán bajo mi protección, no dejare que nadie las lastime mientras estén a mi lado—

Tomando el trozo de jabalí, a Jin ya no le importo lo que suceda más adelante o si ellas habían mal entendido sus palabras, estaban a solo unas horas de su nuevo refugio, en el momento que Jin decida mejorar su fuerza, solo aquellos de nivel dorado o superior serán merecedores de pelear contra él.

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