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Prólogo

(POV 3° Persona)

En una pequeña habitación totalmente blanca, y sentada en una lujosa mesa de oficina con varios documentos alrededor, una extremadamente bella mujer miraba al Joven frente a ella.

Mujer: Moriste-. Pronunció con una suave y encantadora voz.

El Joven de no más de 16 o 17 años, se quedó mirando a la hermosa mujer, en parte fascinado por su belleza y en parte aceptando la realidad, pero, debido a su rostro calmado era difícil el darse cuenta de ello.

Joven: …Ya veo-. Al final sólo pronunció esas palabras con absoluta calma.

Mujer: …-.

Joven: …-.

Mujer: ¿¡N-Nada más!?-.

Dándose cuenta de que había perdido su "imagen", la hermosa mujer tosió suavemente antes de seguir.

Mujer: Ahora, cómo la "Diosa del Destino" te daré la oportunidad de elegir entre dos opciones, reencarnar en un mundo de fantasía y con tus recuerdos intactos, o ascender al cielo-.

El Joven se quedó mirando fijamente a la supuesta "Diosa" pensando con una mirada sencilla.

Diosa: (¿¡Tanto tiempo lo tienes que pensar!?, ¿¡Por me tocó alguien tan raro en mi primer día de trabajo!?, ¡Además, según senpai la mayoría de las almas que vienen hasta aquí eligen la primera opción sin dudarlo!, ¡Más si es Japonés, a esos tipos les encantan esa opción!...¡¡!!...¿¡Será que me confundí y no es Japonés!?)-. Aunque se quejaba en su mente, la Diosa no perdía su sonrisa suave, pero, si uno mirará de más cerca notaría que sus labios temblaban ligeramente.

El Joven que parecía por fin tomar una decisión miró a la Diosa y dijo.

Joven: Señorita…¿Diosa?, ¿Ese es su nombre?-.

Diosa: (¿¡Lo haces a propósito o que!?, ¡Elige de una vez!)-. Se quejó, pero, luego notó algo que nunca se había preguntado…¿Cuál era su nombre?, lejos de ser uno, "Diosa del Destino" era más un título que otra cosa.

Diosa: …N-No tengo uno-. Murmuró avergonzada.

Joven: Ya veo-.

Diosa: …-.

Joven: …-.

Diosa: (¡No te quedes en silencio!, ¡También es vergonzoso para mí!)-. Ya con sus orejas un poco rojas se volvió a quejar en su mente, teniendo muchas ganas de salir huyendo por la vergüenza, pero tenía miedo de que se sus Sempai se enojaran debido a ello.

Joven: Entonces, Señorita "Fate"-.

Diosa: …¿Eh?-.

Alzando ligeramente su ceja, el Joven miró a la sorprendida Diosa.

Joven: ¿Hice algo que no debía?-.

Diosa: ¡¡!!...N-No es eso, es sólo que me sorprendió, ¿C-Cómo me llamaste hace rato?-.

Joven: "Fate", significa "Destino" en Inglés, pensé que sería un buen nombre para usted, Señorita-.

La Diosa se quedó mirando fijamente al Joven sorprendida por sus palabras, antes de mostrar una sonrisa feliz.

Diosa: …Fate…Me gusta…*Asentir*…Puedes llamarme Fate, esto…-.

Joven: Kenji-.

Fate: Y-Ya lo sabía, es sólo que no me acordaba-.

Viendo a la Diosa ahora nombrada Fate buscar rápidamente entre varios documentos, Kenji pensó que simplemente no le importaba saber su nombre hasta ahora.

Fate: Aquí esta…-. Dijo en voz baja, antes de darle una leída rápida al documentó que sólo decía "Kenji" en el, y después de un par de segundos su rostro se crispo.

Fate: …¿Has elegido ya?-.

Kenji estaba un poco confundido, notó que el tono de voz de Fate era más suave al igual que la forma en que lo miraba, aún con esas dudas respondió la pregunta.

Kenji: ¿Se puede destruir mi alma?-.

Fate: …¿Q-Qué?-.

Kenji: Si se puede destruir mi alma-.

Fate: ¡Ya te escuché!...¡!...*Toser*…Q-Quiero decir, ¿Por qué quieres eso?-.

Kenji: …No se si merezco una segunda oportunidad, ni mucho menos ascender al cielo, nunca se me dio la opción de elegir, por lo que no se si será buena idea que alguien cómo Yo tenga esas opciones-.

Fate: ¡Lo mereces!-. Gritó con una voz tranquila y sería, una que sorprendió a Kenji.

Kenji: ¿Es así?-. Preguntó sin estar muy convencido.

Fate: *Asentir*…Lo juró por los Dioses-.

Kenji: ¿No eres una Diosa?-.

Fate: *Mueca*…No te fijes en lo pequeños detalles-.

Kenji: (Qué infantil)-.

Fate: Ahora elije la primera opción, no, haré que la elijas lo quieras o no-.

Kenji: ¿A dónde fue mi libertad para elegir?-. Replicó sorprendido.

Fate: Deja de discutir y vive una buena vida, hace mucho que nos pasamos del tiempo establecido y tengo bastante trabajo que hacer-. Con una voz molesta, una hermosa puerta con varios patrones esculpidos en ella apareció.

Kenji miró a la Fate por un momento, y luego miró la puerta, y después de varios segundos tomó una decisión.

Kenji: Gracias-. Bajando la cabeza en dirección de Fate, le agradeció antes de cruzar por la puerta y desaparecer.

Ahora estando sola Fate soltó un suspiró cansado y triste antes de comentar.

Fate: …Suerte-.

Después de ello, Fate esperó a que la siguiente alma llegará, pero, antes de eso reviso por curiosidad a que mundo había enviado a Kenji para reencarnar, tomando la "hoja de vida" de Kenji en sus manos, le dio una rápida mirada antes de ponerse de pie y gritar.

Fate: ¡Mierda!-. Soltando un insultó no propio de una Diosa, no sólo hubo un error en su reencarnación, sino que también había ocurrido en el peor momento y lugar.

Sin fuerzas se dejo caer en su silla y murmuró en voz baja.

Fate: …T-Tienes que ser fuerte, Kenji-. Rezando a sus superiores pidió por Kenji, así cómo para que el alma que acaba de enviar no volviera.

**

---A las Afuera de la Capital Imperial---

En el frío invierno a las afuera de la Capital Imperial, un niño de no más de 12 años caminaba sobre la nieve, su rostro estaba demacrado por la desnutrición al igual que su cuerpo, su cabello color rubio tenía un color apagado y sus pies descalzos los cuáles habían perdido parte de su piel dejaba un rastro de sangre por detrás denotando por cuanto tiempo había estado caminado, pero a pesar de que su cuerpo se encontraba en tal estado, si uno mirada sus ojos notarían que lejos de estar apagados, brillaban con una luz firmé y resuelta, una mirada deseosa de sobrevivir.

Niño: …*Pasos*…*Pasos*…*Pasos*…-.

Cada pasó que daba dejaba una huella de sangre en la nieve que rápidamente era tapado nuevamente por la tormenta, su voluntad seguía siendo firmé pero su cuerpo el cuál no había comido nada en varios días había llegado a su límite por lo que cayo contra la fría nieve.

Niño: …Falta…poco…-. Pronunció en voz baja al ver las antorchas en la gran fortificación.

Sabiendo que faltaba poco para llegar a la civilización, el niño se arrastró en esa dirección, apretando fuertemente sus dientes dejando un sabor a sangre en su boca, una manera de poder mantener su conciencia despierta y de decirle a su cuerpo que no se rinda, en tal estado el niño se movió otros dos metros, llegando justo a la distancia para ser iluminado por la luz de las antorchas y ser vistos por los vigilantes de la fortaleza, pero, nadie notaba su presencia, nadie presentaba atención al moribundo niño, el niño que sabía muy bien que iba a morir, mostró una sonrisa auto burlona en su demacrado rostro, pero lejos de tenerle miedo a la muerte, el niño la vio cómo una vieja amiga que venía de visita.

Niño: …Fue…una…corta…vida…-.

Justo cuando estaba por cerrar los ojos y que la nieve lo abrazara suavemente cómo la parca quién venía a reclamar su alma, el niño escucho a la distancia el ruido de lo que parecía un carruaje y el relincho de los caballos, con las esperanzas devuelta en el, el niño quiso ponerse de pie y gritar por ayuda, pero las palabras no salían de su boca, ni mucho menos podía ponerse de pie, ahora viendo el carruaje pasar fríamente por su costado, el niño finalmente dejo de pelear a medida que su conciencia se perdía pudo escuchar a la distancia la voz clara de una niña.

Niña: ¡Alto!-.

Siendo la voz de la niña y el sonido del carro frenando de golpe la consciencia del niño se oscureció, pero al final en esa oscuridad logró ver cómo una figura roja cómo una llama se acercaba hasta el al mismo tiempo que alejaba el frío y la oscuridad que lo consumía, con esa imagen grabada en su mente se desmayo.

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